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El Barça más débil de la década solo tiene una fortaleza: Ansu Fati
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La gran amenaza azulgrana

El Barça más débil de la década solo tiene una fortaleza: Ansu Fati

Con Lucas Vázquez como posible lateral derecho, el delantero azulgrana representa el mayor argumento ganador del Barça. A sus 18 años y con el '10' de Messi, es el elegido culé

Foto: Ansu Fati celebra un gol en LaLiga. (Reuters)
Ansu Fati celebra un gol en LaLiga. (Reuters)

Ya hace bastantes temporadas que el nivel de los Clásicos ha dejado de ser el de antaño cuando Pep Guardiola y José Mourinho dirigían a Barça y Real Madrid respectivamente. Sin embargo, cuesta recordar una coyuntura donde el equipo azulgrana llegue con tan pocas fortalezas destacadas y tantas dudas colectivas. Algo que ni la derrota cogida con pinzas en Champions ahuyenta. Si bien el Real Madrid de Carlo Ancelotti cuenta con los suficientes argumentos ofensivos como para ganar cualquier partido de diferentes modos, el Barça solo tiene dos formas: por pura supervivencia (el gol de Piqué ante el Dinamo de Kiev) o a través de su mejor futbolista (Ansu Fati). El resto son solo debilidades acentuadas por un Ronald Koeman incapaz de apaciguar los ánimos en el Camp Nou.

Foto: Koeman echa una bronca a Ansu Fati por fallar el 2-0. (EFE)

Aunque la diferencia entre ambos conjuntos en la tabla de clasificación es de únicamente dos puntos, la confianza y sensaciones que transmiten son radicalmente opuestas. Mientras el Barça aún no sabe qué tipo de equipo quiere ser y vive una crisis deportiva permanente, el cuadro blanco presenta un potencial ofensivo temible que únicamente debe equilibrar con su fase defensiva. Los pupilos de Ancelotti tienen debilidades a la hora de replegar, presionar arriba y defender los costados de su centro del campo, pero gozan de una fluidez ofensiva inalcanzable para su rival de hoy en estos momentos. Y es que los azulgranas han ido sacando los partidos a trompicones, más por corazón que por cabeza y en situaciones límite.

Entre tanto pesimismo, hay un elegido con la habilidad de amortiguar el estado emocional del FC Barcelona: Ansu Fati. El joven hispanoguineano, recién renovado con una cláusula de 1.000 millones de euros, es uno de los principales pilares competitivos del club de cara al futuro más inmediato. Por ello carga en su mochila con dos grandes responsabilidades; la primera es consabida de sobras, el dorsal ‘10’ de Leo Messi. Aquel número mágico que le otorga el cartel de estrella en ciernes tras haber atravesado una concatenación de cuatro intervenciones de rodilla que le alejaron del césped durante 10 meses. La segunda es que es, sin ningún ápice de vacilación, es el futbolista mejor dotado para dinamitar un partido de altos vuelos.

Todo en uno

El esperado regreso de Ansu Fati no pudo ser más esperanzador aunque fuese ante un desmigajado Levante. En la primera pelota que tocó, verticalizó el juego, se lanzó a la yugular del defensa y soltó un latigazo endiablado. En la segunda acción, desbordó a su lateral y no forzó un penalti por los pelos. Cuando el partido agonizaba, recuperó un balón perdido, remató con veneno y desató la euforia en el Camp Nou para coronar su vuelta. Desde entonces, todos los focos han girado en torno a un futbolista ultradeterminante que cuenta con todas las virtudes necesarias para levantar a un transatlántico a la deriva. Y es que no pudo hacer nada en las derrotas contra Benfica (3-0) y Altético de Madrid (2-0), pero anotó el 1-1 frente al Valencia (3-1) y estuvo a punto de sentenciar el duelo ante el Dinamo de Kiev.

placeholder Ansu Fati representa toda la esperanza del barcelonismo. (Reuters)
Ansu Fati representa toda la esperanza del barcelonismo. (Reuters)

Ansu Fati es puntualidad goleadora por encima de todas las cosas (suma dos tantos en 95 minutos) y un argumento ganador de partidos. En otras palabras, el Barça puede estar protagonizando un partido errático, malo y a merced del rival, pero a sus 18 años, Ansu ya tiene en su mano poder alterar narrativas e invertir inercias a través de su individualidad. En un conjunto que va corto de dinamita, fantasía, desequilibrio, energía y sorpresa en el último tercio del campo, el joven valor culé es un oasis en el desierto de talento ofensivo que presenta el Barça. A la espera de que su sociedad con Memphis Depay progrese, Ansu tiene como principal socio a Jordi Alba y sus continuas apariciones por la línea de fondo. Él es la profundidad y Ansu, el martillo.

En este sentido, hay un dato alarmante en clave azulgrana: solo ha mantenido a cero la portería en dos de los ocho partidos ligueros que ha disputado hasta el momento. Si miramos la Champions League, se repite la historia (se fue goleado ante el Benfica y el Bayern de Múnich y no lo hizo contra el Dinamo de Kiev). Si comparamos las estadísticas en LaLiga con sus rivales, comprobaremos cómo la entidad catalana ha encajado ocho goles (más que Real Sociedad, Real Madrid, Sevilla, Atlético de Madrid, Athletic Club y Villarreal). Con problemas en el repliegue y con grandes distancias entre líneas, este Barça no es fiable en defensa y si quiere ganar, debe anotar mínimo dos goles por regla general.

placeholder Koeman y Ansu Fati se saludan al finalizar el partido ante el Valencia. (EFE)
Koeman y Ansu Fati se saludan al finalizar el partido ante el Valencia. (EFE)

Ahí es donde el papel de Ansu Fati vuelve a atraer todas las miradas del barcelonismo. Sin un delantero centro de nivel que pueda marcar la diferencia en el área pequeña y con un Memphis Depay menguante, el hispanoguineano es la mayor amenaza goleadora de los hombres de Ronald Koeman. El Real Madrid ha demostrado tener graves problemas en ambos laterales para contener a los extremos rivales. Si bien Ferland Mendy ya ha vuelto y la banda izquierda volverá a contar con un corrector de primer nivel en defensa, la banda derecha apunta a recaer de nuevo en los pies de Lucas Vázquez. Es una oportunidad de oro para un torbellino atacante como el '10' azulgrana.

Ya hace bastantes temporadas que el nivel de los Clásicos ha dejado de ser el de antaño cuando Pep Guardiola y José Mourinho dirigían a Barça y Real Madrid respectivamente. Sin embargo, cuesta recordar una coyuntura donde el equipo azulgrana llegue con tan pocas fortalezas destacadas y tantas dudas colectivas. Algo que ni la derrota cogida con pinzas en Champions ahuyenta. Si bien el Real Madrid de Carlo Ancelotti cuenta con los suficientes argumentos ofensivos como para ganar cualquier partido de diferentes modos, el Barça solo tiene dos formas: por pura supervivencia (el gol de Piqué ante el Dinamo de Kiev) o a través de su mejor futbolista (Ansu Fati). El resto son solo debilidades acentuadas por un Ronald Koeman incapaz de apaciguar los ánimos en el Camp Nou.

Ansu Fati