Es noticia
Ricardo Serna: "Cuando llegué, la Copa de Europa era la deuda pendiente del Barça"
  1. Deportes
  2. Fútbol
ENTREVISTA CON EL EXJUGADOR

Ricardo Serna: "Cuando llegué, la Copa de Europa era la deuda pendiente del Barça"

Siempre soñó con vestir de azulgrana y lo logró en 1988. En la Ciudad Condal coincidió con su ídolo, Johan Cruyff, y ganó la primera Champions de la historia del club

Foto: Ricardo Serna, en un partido con la Selección Española. (Cedida)
Ricardo Serna, en un partido con la Selección Española. (Cedida)

La ilusión de Ricardo Serna (Sevilla, 1964) siempre fue jugar en el Barcelona. Tras el Motín de Hesperia, Johan Cruyff, su ídolo, fue contratado como entrenador culé y tuvo libertad total para fichar. Y el sevillano fue uno de los elegidos. "Cumplí así el sueño de mi infancia", confiesa en conversación con El Confidencial.

Su llegada la Ciudad Condal se produjo en 1988 con una ciudad en plena transformación para albergar los Juegos Olímpicos de 1992. "Me pillaron todos los cambios de la ciudad", explica. Ese mismo año, hizo historia al integrar la plantilla que ganó la primera Copa de Europa de la historia del club en Wembley.

Su apego al Barça aún continúa. Aunque vive en Sevilla, trabaja en el área social del equipo culé y viaja por toda España para visitar las diferentes peñas y agrupaciones. Ahora se acerca el Clásico, un partido en el que "nunca hay favorito".

*****

PREGUNTA. ¿Cuándo era más difícil ser futbolista, antes o ahora?

RESPUESTA. En todas las épocas ha sido difícil. En la vida todo va evolucionando y, evidentemente, hay una competitividad distinta a la que teníamos anteriormente.

P. ¿Cómo empezó usted en el fútbol?

R. Como cualquier chaval de la calle. En aquella época, en los 60 y 70, los niños jugábamos mucho en la calle. Difícilmente encontrábamos espacios para jugar y otras veces, ni siquiera teníamos balón. Por tanto, a veces nos teníamos que inventar la pelota con cartón, con goma o con lo que fuese.

P. ¿Cuándo llegó al Sevilla?

R. En infantiles. Jugué un campeonato cerca de casa, me vieron y me fichó el Sevilla. Estuve cuatro años en la cantera y luego seis como profesional. Más tarde me marché traspasado al Barcelona, donde me quedé cinco temporadas y de ahí me fui al Deportivo.

Foto:

P. ¿Contempló alguna alternativa al fútbol?

R. Solo estaba enfocado en el fútbol, aunque también continué con mis estudios. Terminé hasta el COU (actual Bachillerato), pero luego me costó seguir. Al jugar domingo, miércoles y domingo, solo tenía un día libre y se me hizo complicado, especialmente por la asistencia en clase. Si no me hubiera ido bien como futbolista, habría hecho alguna carrera.

P. El Sevilla de los 80 no es el de ahora. ¿A qué aspiraba aquel equipo?

R. La filosofía del club ha cambiado por completo. En aquel equipo, el 70 u 80% éramos jugadores procedentes de la cantera. Jugadores humildes a los que no nos costaba entrar en la dinámica del primer equipo, porque los veteranos habían pasado por lo mismo que nosotros. A pesar de ser un equipo lleno de canteranos, logramos dos clasificaciones seguidas para jugar la UEFA con Manolo Cardo. Evidentemente, había dificultades económicas y eso impedía al club realizar una serie de fichaje con los que competir con los equipos grandes.

placeholder Pintinho fue compañero de Serna. (Cedida)
Pintinho fue compañero de Serna. (Cedida)

P. En aquel equipo coincidió con Pintinho. ¿Le parece el último futbolista bohemio?

R. Era un jugador distinto a los que había en el club, sin duda. El Sevilla apostó por un jugador brasileño con mucha visión de juego y con muy buena técnica. Los brasileños son gente muy formal y respetuosa, pero tienen una forma de vida particular. La afición no se preocupó de lo bohemio o no que fuera Pintinho, sino de su forma de jugar. A nosotros nos dio mucho caché el tenerlo ahí en medio campo junto a Juan Carlos (Álvarez) y Francisco (López Alfaro).

"La afición no se preocupó de lo bohemio o no que fuera Pintinho, sino de su forma de jugar"

P. Buyo también estaba en ese equipo. ¿Ha sido uno de los mejores porteros de la historia de España?

R. Habría que medirlo en estadísticas. Era uno de los jugadores que venían de fuera y que aportó muchísimo a la entidad. Hizo muy buen trabajo y eso le sirvió para jugar en el Madrid y en la Selección. Fue uno de los mejores porteros de aquella década. Colocarlo tan arriba es complicado porque ha habido muchos y excelentes porteros: Casillas, Zubizarreta

P. El presidente era Luis Cuervas. ¿Qué tal con él? Era un presidente con carácter.

R. Era una persona muy especial y un presidente muy allegado a los jugadores. Yo tuve buena relación con él el tiempo que coincidimos. Tenía una forma de pensar en la que, si no estabas en línea con él, tenías diferencias. En mi caso, el trato fue bueno.

P. ¿Hubo compañeros que no pueden decir lo mismo?

R. No sé. Eso lo tiene que decir cada uno, en función de su caso. Las diferencias más claras aparecían en las renovaciones, porque ahí cada uno tira para su lado. Yo tenía, además, buena relación con su familia.

Foto: Imagen del último Clásico celebrado en el Bernabéu. (EFE/Juanjo Martín)

P. ¿Cómo se fraguó su fichaje por el Barcelona?

R. Yo tenía 24 años y finalizaba contrato. En aquella época, había una norma por la que todo menor de 25 años se tenía que quedar un año retenido en el club. El Sevilla me vendió por 200 millones de pesetas (1’2 de euros), así el equipo recibió un dinero que no hubiera conseguido si me hubiese ido un año más tarde.

P. ¿Le hizo un favor al Sevilla, no?

R. Se había terminado un ciclo y el club se aprovechó de esa situación.

P. En Barcelona coincidió con Johan Cruyff, su ídolo. ¿Es el mejor jugador que ha visto?

R. Desde pequeño yo era del Barcelona por una serie de circunstancias. El club se portó bien con mis padres, que una vez estuvieron en una concentración y les dieron una postal, unos banderines, una insignia… Eso me lo dio mi padre a mí cuando yo era pequeño y me hizo muchísima ilusión. Como se produjo el Motín de Hesperia, él llegó como entrenador y le dieron libertad para fichar a jugadores. Y yo fui uno de los quiso incorporar. Se cumplió mi sueño de la infancia.

placeholder Cruyff era el ídolo de Serna. (EFE/Enric Fontcuberta)
Cruyff era el ídolo de Serna. (EFE/Enric Fontcuberta)

P. ¿Qué tal con Núñez? Usted incluso lo emocionó.

R. Hay muchos jugadores que, cuando llegan al Barça, dicen que han sido del club desde pequeño y es mentira. Supongo que él estaba harto de vivir momentos así. Él no se lo creía y, en aquel momento, llevaba en mi chaqueta un par de fotos. En una de ellas, estaba vestido cuando era un niño con la camiseta del Barcelona. Núñez se emocionó en ese momento.

P. Tenía fama de duro negociador.

R. Fue un buen presidente y muy allegado a los jugadores y a los trabajadores del club. Realmente, no era él, sino otro directivo, Antón Parera, la persona con la que era duro negociar.

P. ¿Cómo de importante fueron para el 'Dream Team' los fichajes de Laudrup y Koeman?

R. Cuando yo llegué a Barcelona, el club hizo diez o 12 fichajes de jugadores nacionales de muy buen nivel: López Rekarte, Salinas, Eusebio, Unzué, Valverde, Bakero… Llegamos y nos encontramos con un sistema de juego y con una forma de ver el fútbol completamente distinta. Al principio, nos costó trabajo adaptarnos porque jugábamos con uno, dos o tres defensas. Eso implicaba mucho riesgo y, sobre todo, que algunos tuviéramos que jugar en medio campo cuando estábamos acostumbrados a hacerlo más atrás. Todo eso tiene su tiempo de adaptación. La llegada de las figuras que me mencionas nos dio un plus que nos permitió competir al máximo, especialmente en Europa.

P. ¿Con qué ciudad se queda, con Sevilla o con Barcelona

R. Son distintas. He estado contento en todas las ciudades por las que he pasado: La Coruña, Granada, Mallorca, Barcelona, Sevilla…

"Sin haber ganado la Champions, el prestigio del Barça no era el mismo que ahora"

P. Usted ganó la primera Copa de Europa del Barcelona. ¿Era un trauma para el club?

R. Era la deuda pendiente, porque el club tenía 90 años de historia y aún no lo había ganado. Por eso el prestigio del club no era tan alto como ahora. Había muchísima ilusión cuando se jugó la final en Sevilla en 1986, pero se perdió. Eso fue un palo muy gordo. En mi primer año ganamos la Recopa, pero no fue hasta el 92 cuando conseguimos la Copa de Europa. Fíjate si éramos atrevidos que jugábamos el 80% del partido en campo contrario. Era el trofeo que faltaba en las vitrinas y nos sentimos orgullosos de conseguirlo.

P. ¿Cómo fueron los días previos a la final?

R. Tranquilos, porque el equipo ya había jugado finales y estábamos acostumbrados a ese tipo de partidos. La plantilla estaba mentalizada de que esa era nuestra oportunidad.

placeholder Stoickhov, en una comparecencia de prensa. (EFE/Alejandro García)
Stoickhov, en una comparecencia de prensa. (EFE/Alejandro García)

P. En aquel equipo estaba Hristo Stoickhov. ¿Qué tal se adaptó a Barcelona?

R. Se integró con mucha facilidad, porque el vestuario del Barça era un piña de gente buena y competitiva. Todo aquel que llegó a la plantilla fue bien recibido y se adaptó con rapidez. Tengo una anécdota de su primer viaje con el equipo.

"Stoickhov acababa de llegar y se llevó todo el vuelo hablando con su diccionario"

P. Cuente, cuente.

R. Viajábamos a Japón para jugar unos amistosos y le tocó a mi lado en el avión. Aunque no sabía español, estuvimos prácticamente todo el viaje hablando. Intentaba aprender rápidamente porque quería integrarse. Tenía el diccionario al lado y me iba preguntando cosas. La gente procedente del este de Europa tiene una facilidad asombrosa para aprender idiomas. Y a los pocos meses ya hablaba español de maravilla.

P. ¿Notó el cambio de vestuario, de Sevilla a Barcelona, a nivel de egos?

R. Imagínate. Pasé de un vestuario de canteranos, con gente con la que había coincidido en infantiles, juveniles…, a uno en el que están los mejores jugadores del país y extranjeros de mucha calidad. El vestuario del Sevilla era muy bueno en calidad humana y en el del Barça había una mentalidad distinta, pero también había buena gente.

P. A usted se lo recuerda con el walkman el día de la Liga de Tenerife. ¿Fue el título más inesperado de su carrera?

R. No sé qué decirte. En el fútbol, puede pasar de todo hasta que el árbitro pita final. Lo teníamos complicadado, pero sabíamos cómo es este deporte. El Madrid jugaba contra el Tenerife, un equipo que le cogió la medida dos veces. Nos aprovechamos de esas derrotas y ganamos dos Ligas.

Foto: sanchis-real-madrid-avion-buyo-milla-tenerife

P. ¿Les dijo Cruyff algo especial antes de aquel partido?

R. No creo, porque Johan era muy tranquilo. Hay muchas formas de meter presión al jugador y él lo hacía de otra manera. Él siempre tenía a todos preparados, con la misma mentalidad, jugaran de titular o no. Siempre estábamos muy concentrados.

P. Volvemos al 92. ¿Cómo fueron los cambios en la ciudad por la celebración de los Juegos Olímpicos?

R. A mí me pilló la transformación de la ciudad, porque llegué en el 88 y me fui en el 93. Además, ese mismo año ganamos la Copa de Europa. Como Nando y yo éramos sevillanos, el club nos mandó con el trofeo al Pabellón de Cataluña de la Expo. Fue una unión increíble entre ambos eventos.

P. ¿A quién ve favorito en el Clásico?

R. Nunca lo hay. En 1990, jugamos la final de Copa del Rey contra el Madrid en Valencia. Nosotros llegamos mal y ellos venían muy bien. Y ganó el Barcelona. En estos casos, no se mira la estadística del partido anterior o los resultados del año anterior. El momento de los equipos cuando llega el partido no suele tener importancia. Se va a jugar en octubre y no es determinante, porque queda mucha Liga.

placeholder Serna entrenó a Sergio Ramos cuando tenía 15 años. (Reuters/Christian Hartmann)
Serna entrenó a Sergio Ramos cuando tenía 15 años. (Reuters/Christian Hartmann)

P. ¿Cómo eran aquellos partidos contra La Quinta del Buitre?

R. Partidos especiales, sin duda. Ambas aficiones siempre piensan en ese partido cuando se disputa. Todo aquello que rodea al encuentro siempre tiene importancia. Contra La Quinta, nos enfrentábamos a la base de la Selección Española. Habían ganado cinco Ligas seguidas y eran un equipo complicado. Con ellos y con Hugo Sánchez, Maceda, Gordillo…

P. Del Barcelona se marchó al Deportivo. ¿Cómo vivió la tarde del penalti de Djukic?

R. Me pasó lo de Tenerife, pero a la inversa. Si hubiera ganado aquel día, hubiera sido mi cuarta Liga consecutiva. Los penaltis los fallan los que los tiran; los que tienen esa valentía. Fue una pena, porque la ciudad estaba muy ilusionada.

P. Usted entrenó a Sergio Ramos en la selección andaluza sub-15. ¿Tenía cosas diferentes?

R. Claro. Cuando coincidimos, jugaba de lateral y se incorporaba al ataque muy bien. Lo hacía igual con independencia de estar en una defensa de cuatro o de cinco. Como carrillero era un puñal.

P. ¿Aún le paran por la calle?

R. Sí, sí, sobre todo la gente mayor (risas). La gente joven no me ha visto jugar y no saben quién soy.

La ilusión de Ricardo Serna (Sevilla, 1964) siempre fue jugar en el Barcelona. Tras el Motín de Hesperia, Johan Cruyff, su ídolo, fue contratado como entrenador culé y tuvo libertad total para fichar. Y el sevillano fue uno de los elegidos. "Cumplí así el sueño de mi infancia", confiesa en conversación con El Confidencial.

FC Barcelona
El redactor recomienda