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Drama en el Atleti: Carrasco falla un penalti en el último minuto y caen en la Champions
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Drama en el Atleti: Carrasco falla un penalti en el último minuto y caen en la Champions

El empate deja a alemanes y a españoles, que fueron superiores, eliminados de la competición. En la misma noche, el Barcelona y los colchoneros se quedaron fuera

Foto: Rodrigo de Paul y Morata celebran el segundo gol del argentino. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Rodrigo de Paul y Morata celebran el segundo gol del argentino. (EFE/Rodrigo Jiménez)

El Atlético de Madrid se mueve entre dos aguas. Es capaz de lo mejor y de lo peor al mismo tiempo. De salir atontado en un partido crucial a redimirse como saben los grandes equipos cuando se han dado cuenta del error. Su situación era la más parecida a la de un funambulista porque estuvieron casi todo el tiempo en el alambre. El Metropolitano, como bien dijo Simeone en su momento, es "parecido al circo romano". En ese caos, el empate deja a los colchoneros y al Bayer Leverkusen fuera de la Champions (2-2).

La misma noche en la que el Barça quedó eliminado, el Atleti confirmó el fracaso del fútbol español. Se puso difícil el encuentro cuando se adelantó el Bayer Leverkusen, pero los locales no se achantaron en absoluto. Aunque rápidamente llegó el empate, la tranquilidad no se alcanzó en absoluto porque solo servía la victoria, más aún después de la victoria del Oporto en Brujas (0-4).

placeholder Simeone da instrucciones a sus jugadores. (EFE/Chema Moya)
Simeone da instrucciones a sus jugadores. (EFE/Chema Moya)

El mazazo llegó poco antes del descanso, cuando Hudson-Odoi dejó mudo a todo el Metropolitano. No hay peor efecto psicológico que encajar un gol antes del camino a los vestuarios. Hasta ese momento, los madridistas sonreían como el Joker. Uno de los suyos, Xabi Alonso, estaba dejando fuera de la Champions al eterno rival.

La perseverancia del Atleti

La charla de Simeone en el intermedio tuvo que ser motivadora, cargada de esas frases espontáneas que solo los argentinos saben generar. Quién sabe si les habló de que "si se cree y se trabaja, se puede". Y el equipo demostró que había posibilidades, porque la afición jaleó como un factor extra a tener muy en cuenta.

La insistencia en la segunda parte fue tal que recordó a los mejores momentos del Cholo. No son los mejores momentos de la etapa del argentino, pero estos partidos reivindican por qué quizá es el mejor entrenador para el Atleti con independencia del resultado. El equipo estuvo muy activo, moviendo rápido la pelota, con muchas ocasiones que le sirvieron para empatar con rapidez el encuentro por medio de Rodrigo de Paul.

placeholder Saúl cabecea un balón dividido. (Reuters/Marcelo del Pozo)
Saúl cabecea un balón dividido. (Reuters/Marcelo del Pozo)

El Bayer Leverkusen se encontró con su caja de Pandora particular cuando llegó el empate. Desde la banda, Xabi Alonso gritó como nunca antes se le había visto. El Atleti dominó el partido a su antojo y el equipo alemán estuvo a su merced. Cuando el donostiarra jugaba, normalmente era a la inversa. Su Madrid sometía, y bastante, al conjunto de Simeone.

El empuje del público

Nahuel Molina confirmó por qué es un gran fichaje para este Atleti. A veces, es difícil determinar si se trata de un lateral de fútbol o de Forrest Gump. Con esa resistencia, sería capaz de estar un año sin parar de correr. Qué entrega la suya. Seguro que el Cholo ha tomado buena nota de su rendimiento.

Simeone y algunos jugadores, como Witsel, pidieron el apoyo del público en esos instantes finales. Un tramo en el que estuvo especialmente fino Antoine Griezmann. Otro de los méritos del Cholo esta temporada es la recuperación del francés, que no anduvo fino el año pasado. Cada vez está más cerca de su mejor versión colchonera, esa en la que era un jugador diferencial al servicio del equipo. Una especia de D'Artagnan si fuera un mosquetero.

placeholder Witsel corre para llegar a la pelota. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Witsel corre para llegar a la pelota. (EFE/Rodrigo Jiménez)

La perseverancia en el ataque dejó la defensa adelantada, con posibilidad de sufrir contras. Ahí emergió Jan Oblak, que recordó por qué aquellos 16 millones que se pagaron por él fueron una auténtica ganga. Al ver cómo corrían Diaby con Giménez, uno se da cuenta de que era la reproducción de la liebre y la tortuga. Ahí estaba toda la apuesta del Leverkusen, en el contraataque.

El árbitro había indicado el final del encuentro. Los jugadores se iban al túnel de vestuarios cuando tocó el silbato y revisó una jugada. Penalti a favor del Atleti, con Carrasco encargado de lanzarlo. La gente volvió a sus asientos. Y lo lanzó Carrasco. Y lo falló. Luego Saúl remató al larguero. El destino fue cruel con los colchoneros.

El empate no convence a ninguno, porque los deja a ambos fuera de la Champions. Ahora el Atleti depende de sí mismo para, al menos, jugar la Europa League. Los alemanes, sin embargo, tendrán que esperar para ver lo que hagan los colchoneros.

El Atlético de Madrid se mueve entre dos aguas. Es capaz de lo mejor y de lo peor al mismo tiempo. De salir atontado en un partido crucial a redimirse como saben los grandes equipos cuando se han dado cuenta del error. Su situación era la más parecida a la de un funambulista porque estuvieron casi todo el tiempo en el alambre. El Metropolitano, como bien dijo Simeone en su momento, es "parecido al circo romano". En ese caos, el empate deja a los colchoneros y al Bayer Leverkusen fuera de la Champions (2-2).

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