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Arda Güler en el país de las maravillas: lo que han levantado los fichajes del Real Madrid
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ES TURCO Y TIENE 18 AÑOS

Arda Güler en el país de las maravillas: lo que han levantado los fichajes del Real Madrid

El equipo blanco continúa su política de incorporar a jugadores jóvenes y desconocidos por los que paga ahora un precio menor de lo que, en teoría, le costarán en el futuro

Foto: Güler, en su presentación como jugador del Real Madrid. (EFE/J.P. Gandul)
Güler, en su presentación como jugador del Real Madrid. (EFE/J.P. Gandul)

"Antes de todo quiero agradecer a toda mi familia y a todas las personas que me han aportado para llegar al Real Madrid en este momento. También agradezco las palabras del señor presidente. Yo también quiero ser una leyenda del club". Con estas sabias palabras, Arda Güler se presentó ante la directiva y la prensa. Pero ¿quién es Arda Güler? Eso se preguntó el aficionado madridista, acostumbrado a las más pintorescas nacionalidades. Pero no a fichar a niños absolutamente desconocidos presentados como estrellas en ciernes.

Atendiendo a su cuerpo y a su cara, es un adolescente todavía por desarrollar que ha jugado una docena de partidos en el Fenerbache. Sus skills recuerdan a los del primer Canales, por su carisma, desenvoltura y esa mezcla entre pausa y electricidad con la que algunos zurdos llenan de sueños la cabeza de los hinchas. No hay mucho más que decir sobre él. Costó 20 millones de euros. Precio de saldo, casi ridículo, por alguien con ese nombre de animal fantástico precedido del zumbido de la palabra genio. Se anuncia crack o accidente ferroviario. No habrá término medio. Pero más interesante que su cabezón adolescente de fábula de Pixar es todo lo que de repente ha movido a su alrededor.

Un nutrido grupo de especialistas nos contaron cómo iba a encajar en la plantilla del Real Madrid, en la que por primera vez no hay demasiados mediapuntas conceptuales. Esos jugadores sin sitio definido que desde muy niños juegan para el aplauso en los jardines. Esos especialistas comentan su juego como en cuarto milenio se habla del interior de un platillo volante: únicamente de oídas. Ni nadie en su sano juicio ha visto un partido del Fernebache; ni nadie que haya estado en un ovni ha vuelto para contarlo. Hablan de transición defensiva y ofensiva y ponen muchas flechitas hacia diferentes lugares, como si la posición de un jugador de fútbol en el campo fuera la de un museo en la aplicación Google Maps.

placeholder Güler, en su presentación en el Bernabéu. (Reuters/Vincent West)
Güler, en su presentación en el Bernabéu. (Reuters/Vincent West)

Un fichaje desconocido

Entre esos especialistas y los insiders, se puede decir que en los alrededores del Madrid hay unas de las industrias más importantes de la capital. ¿Qué es un insider? Es un periodista, youtuber o tuitero (o las tres cosas a la vez) que vive de contar exclusivas sobre los fichajes o la actualidad del club blanco. Ninguno de ellos sabía nada sobre este fichaje, nadie le había hecho scouting. Estaba fuera de cualquier radar conocido y, solo unos días antes, se anunció como nuevo jugador del Barcelona. Así estaban de enterados.

Estos insiders llevan años comiendo del tema Mbappé y todavía no se ha dado un solo caso en el que hayan acertado un movimiento del francés. Su vocabulario está lleno de promesas de futuro y enigmas sobre supuestas fuentes de dentro del club. Son una especie de excrecencia de la prensa deportiva tradicional. Prensa que durante años vivió de exclusivas y cotilleos de jugadores amigos o jugadores rebotados, con la que llenaba las infinitas páginas que el aficionado pide para cubrir sus horas muertas. Eso significaba un lento desangrarse para el Madrid. Era un caballo de Troya que hacía imposible la independencia del club y supeditaba la política de fichajes a los intereses de representantes, jugadores veteranos y periodistas que jugaban a ser dioses. Tras el segundo advenimiento de Florentino, Mourinho decidió blindar el vestuario. Silencio. Y el club le siguió por esa senda. El espeso alquitrán que inundó todo el Madrid en la decadencia de Iker Casillas, enseñó al presidente el camino a seguir.

No más jugadores españoles con mando en plaza amigos de los periodistas. No más periodistas revoloteando alrededor del Bernabéu. Construcción de la narrativa del Madrid desde dentro del club. Utilización de periodistas cercanos para filtrar lo que el club quiere que se sepa: naderías, fruslerías y opiniones chiripitifláuticas, que son de las que beben los famosos insiders. El club opina, en la parte noble del Bernabéu se cree, según fuentes cercanas a Florentino... Hay toda una sarta de lugares comunes con que el insider da a entender su trato directo con alguna de las divinidades del interior de la institución. Suele ser mentira, pero en el caso de que sea verdad, da lo mismo. El Madrid es un ente blindado. Todas las migajas que deja salir carecen de importancia. Ese momento mágico en el que un alto directivo de la entidad se acerca a un periodista, y le deja caer una información, tiene el mismo valor que una encuesta electoral. Al fin y al cabo el Madrid es como los Reyes Magos y todos somos un poco niños esperando a que se abran los regalos.

placeholder Florentino Pérez cambió en su segunda etapa como presidente. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Florentino Pérez cambió en su segunda etapa como presidente. (EFE/Rodrigo Jiménez)

No hay que filtrar los grandes fichajes

El club sabe bien que las piezas importantes se cazan en silencio. Y el caso del niño turco es un buen ejemplo. En todo caso, al Madrid le interesa que se habla continuamente de los blancos. Que se excite al madridismo y al antimadridismo. Que el Madrid sea la gran conversación general, el tópico central del fútbol, algo que se confunda con una multinacional del entretenimiento. Y que hace tan difícil analizar con dos dedos de frente la lógica interna del club más ganador de la historia del deporte.

Porque existe esa lógica, más allá del cotilleo general, de la habladuría, de la exageración merengue o del antimadridismo rampante. La última estrella que fue fichada por el Madrid en su cenit, fue Hazard. Un estropicio. Hace seis años. Una glaciación en términos futbolísticos. El dinero árabe hace imposible esa realización infantil que suponían los megafichajes veraniegos de Floren. Así que, ya desde tiempo atrás, el centro de la política de fichajes del Madrid es pillar al crack en el momento que deja el primero de sus destellos sobre el césped. Incluso Bellingham, a pesar de lo aparatoso de su precio, es algo así. El Real que ganó la Champions 2017 era el siguiente: Keylor, Marcelo, Ramos, Varane, Carvajal; Kroos, Modric, Casemiro, Isco; Karim y Cristiano.

Marcelo vino al Castilla con 18 años, los mismos que tenía Varane, quien arribó inmediatamente al primer equipo. Ramos había sido comparado con Hernán Cortés en una temporada fulminante en el Sevilla. Con 19 años ya era titular en el Madrid y lo fue hasta su partida. Carvajal es un canterano profesional desde que nació en su ciudad dormitorio. Isco llegó con 21 años y la promesa del barroco andaluz colgando de sus tobillos. Casemiro fue otro que arribó adolescente al Castilla y se hizo hombre en el Madrid. Benzema fue fichado con 21 años como gran promesa de la Francia suburbial. Keylor fue una cosa rara. Un extranjero de mediana edad que destaca en un club español y es fichado por el Madrid por cuatro perras. Solo Cristiano, Modric y Kroos eran jugadores ya maduros que acabaron de afinarse en el Real.

Años después, en la Champions de las remontadas, este era el 11 titular: Courtois; Mendy, Alaba, Militao, Carvajal; Modric, Kroos, Casemiro, Valverde; Vinícius y Benzema. A los veteranos se le junta un fichaje de un agente libre de gran solera: Alaba. Un central muy joven (semi) hecho en Portugal y, por tanto, de precio desorbitado: Militao. Otro de los chavales comprados en Sudamérica y lanzados del Castilla al primer equipo: Valverde. Un fichaje de nivel medio (los más escasos porque suelen salir fatal), Mendy. Y, por fin, Vinícius: el arquetipo de cómo se mueve el Real por el escenario de los veranos. Un chico maravilla al que se sigue durante un tiempo y que es cerrado por una cantidad absurda para un niño (50 millones). No contaremos la historia que sigue. Ya la saben ustedes.

placeholder Benzema ha salido del Madrid este verano. (Reuters/Hamad I Mohammed)
Benzema ha salido del Madrid este verano. (Reuters/Hamad I Mohammed)

Hay más fichajes de este calibre. Rodrygo, Kubo, Odegaard, Reinier, Brahim y ahora Endrick, un demonio que parece un minotauro. Mitad toro, mitad brasileño encelado con el balón. No todos han salido católicos. Reinier anda perdido en una sucesión de cesiones y no parece que vaya a volver jamás a la casa madre ni tampoco que se pueda sacar rendimiento económico de él. Brahim parecía que iba a seguir el mismo camino, pero su último año en el Milán le ha puesto en la senda de los verdaderos futbolistas. La próxima temporada medirá su valía real. Kubo fue una delicatessen. Un japonés que pintaba geishas con su pierna izquierda. Garabatos preciosos de ver pero tan efímeros como una escultura de arena.

Ha encontrado acomodo en la Real Sociedad, un sitio confortable y profesional donde cada cosa está en su sitio. Desde la lluvia hasta la afición, todo saben comportarse. Es un aliado ideal para los descartes del Madrid. Algo así como una realeza de juguete. Allí también vivió un par de años Martín Odegaard. Un noruego presentado como el próximo de los grandes jugadores, que nadie en el Madrid decidió creerse. Fue vendido por 40 millones y casi parece que se le ofreció en sacrificio al Dios de la Premier. No fue así. Es la princesa del Arsenal y su juego sencillo e íntimo de alta gama, ha llevado a los gunners a combatir la Premier hasta el último aliento.

Y volvemos al turco bendecido por Özil. Arda Güler. Un jugador con una diéresis. El tipo de pequeños genios al que el Madrid puede acceder y así, tirándolos contra los acantilados, se acabará sabiendo si el chico vale para la Antártida blanca o bien deberá partir en busca de otros horizontes más compasivos.

"Antes de todo quiero agradecer a toda mi familia y a todas las personas que me han aportado para llegar al Real Madrid en este momento. También agradezco las palabras del señor presidente. Yo también quiero ser una leyenda del club". Con estas sabias palabras, Arda Güler se presentó ante la directiva y la prensa. Pero ¿quién es Arda Güler? Eso se preguntó el aficionado madridista, acostumbrado a las más pintorescas nacionalidades. Pero no a fichar a niños absolutamente desconocidos presentados como estrellas en ciernes.

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