Tocado y hundido: Vinícius noquea al Girona y el Real Madrid deja sentenciada la Liga (4-0)

El Real Madrid ha aplastado al Girona en el Santiago Bernabéu (4-0) y ha dejado encarrilada la Liga. Era un duelo trascendental, porque los catalanes se han erigido como la cenicienta de España, aunque el rol también podría extenderse por todo el continente. Su epopeya hasta ahora ha tenido mérito, pero parece que tendrán que conformarse con el premio de consolación, jugar la Champions el año que viene. No es poco.

El bagaje es importante en este tipo de encuentros. Hay un nerviosismo que se palpa en aquellos que se ven por primera vez en el escenario, con los flashes y los focos apuntándoles. Hubo mucho de esto en el Girona y muy poco en el Madrid. Perder está permitido, pero hacerlo por miedo es un debe importante en el currículum.

La derrota ha sido mucho más que eso para el Girona. Estuvieron muy alejados de ese fútbol audaz y atrevido que han practicado, no hubo una imagen reconocible en el Bernabéu. Cuando los catalanes quisieron figurar, ya habían desaparecido las cámaras. La presión asfixiante del Madrid fue suficiente para dejarlos noqueados.

Es plena época de carnaval y Vinícius se divirtió como si estuviera en Río de Janeiro. Él mismo se encargó de perforar el muro infranqueable del Girona y de hacer que Bellingham sonriera. El infortunio, más tarde, se cebó con el británico, porque se marchó lesionado tras un pisotón de Pablo Torre. A pesar de los dos goles que logró, no fue su mejor partido en el Madrid.

El intento del Girona

Vinícius marcó el primero con un derechazo cuando el partido recién había empezado. El miedo se esfuma cuando uno controla la situación; cuando es consciente de su rol y ha explorado el terreno. El Girona todavía estaba en esa fase cuando el brasileño emitió el mensaje: la Liga la quieren (y mucho) en Madrid.

El Girona no estuvo exento de orgullo y se puso el mono de obra. Había que trabajar mucho para ocasionarle disgustos al Madrid. El balón ya lo tenían, pero no encontraban a sus atacantes. No hubo ni rastro de la triangulación que tanto les caracteriza. Lejos de soltar la correa, mantuvieron al perro bien atado. Fue un disparo en el pie.

El broche de Rodrygo

Los blancos estuvieron encerrados en su área sin ningún contratiempo. Aquellos les dio alas: jugar a campo abierto contra un equipo cuyos centrales no son especialmente rápidos. Así llegó un pase de Vinícius disfrazado de Modric. O de Laudrup. El afortunado de recibirlo fue Bellingham, que en el tercer gol también se benefició de una jugada individual del brasileño.

Rodrygo cerró la goleada como actor secundario, pero de los que siempre está presente. También hubo tiempo para que Joselu fallara un penalti provocado por Arda Güler. La Liga, salvo que los blancos noten las numerosas bajas y el cansancio por jugar en Europa, ha quedado prácticamente sentenciada. Aunque los gerundenses se fueron desanimados a casa, muchos firmarían el que será su premio de consolación esta temporada. Cuestión de perspectivas.