La huida inesperada de Leny Yoro puede ser la mayor bendición para el ataque del Real Madrid

Desde hace varios meses, el Real Madrid trabajaba duro para reforzar su defensa de cara a la temporada venidera. Una vez el club supo que Nacho Fernández, el capitán, dejaría el equipo cuando acabara el curso, era necesario replantearse una línea vital para el equipo, donde otro jugador fundamental como es David Alaba continúa lesionado y, por tanto, era necesario incorporar a uno o dos jugadores. Así, pronto un nombre propio comenzó a sonar con fuerza: Leny Yoro.

El central francés, de 18 años, se convirtió en un futbolista del gusto de la directiva blanca, en un fichaje que, por calidad y por forma, recordaba al tan exitoso de Raphaël Varane años atrás. Pero, de manera inesperada, la contratación se torció y el central francés decidió firmar por el Manchester United, en un movimiento que ha dejado al conjunto blanco con un problema. Pero, como suele ser habitual, esa situación complicada puede tornarse en una ventaja inesperada.

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En estos momentos, el Madrid cuenta con cuatro centrales en el primer equipo, de los que solo Antonio Rüdiger está en perfectas condiciones. Eder Militao, tras la larga lesión del pasado curso, también comenzará completamente sano, pero con la necesidad de recuperar el ritmo y quitarse el miedo típico tras una rotura de cruzado. Alaba todavía tiene varios meses de baja y Jesús Vallejo aparece en el horizonte con la más que posible opción de tener que marcharse.

Esas cuentas, sumadas a la intención que tenía con Yoro, hizo que el Madrid se decidiera a vender a Rafa Marín al Nápoles, lo que genera un hueco en el centro de la zaga. Y, por ello, ahora el club blanco debe de valorar la mejor opción: o acudir al mercado en busca de otro central, bien contrastado para completar la nómina de jugadores disponibles o joven para que vaya cogiendo experiencia y aproveche sus oportunidades... o volver a tirar de un parche.

Y es que una de las soluciones pasa por hacer que Aurélien Tchouaméni se reconvierta a la posición de central. El pasado año, entre Liga y Champions, disputó un total de 10 partidos en el eje de la defensa, con mucho acierto, pues el Madrid no perdió ninguno de esos partidos y, hasta en cinco ocasiones, dejó la portería a cero, enfrentándose a equipos como Manchester City, Barcelona, Girona o RB Leipzig. Es una de las posibilidades que pasa por la cabeza de Carlo Ancelotti.

Pero ese movimiento puede ser positivo para que el Madrid pueda encajar todas sus piezas. El reciente fichaje de Kylian Mbappé y la llegada de Endrick complicaba la manera de ensamblar a todos los jugadores en el ataque blanco. Es cierto que la temporada que viene será larga, con muchos partidos y competiciones, pero no es menos cierto que, pese a tener una plantilla amplia, se antojaba complicado dar acomodo a todos en el once. Y la huida de Yoro podría permitirlo.

El hecho de que Tchoauméni tenga que retrasar su posición, libera un puesto en la medular, donde tendrá acomodo Jude Bellingham. Le podrán escudar Valverde, Camavinga, Modric o Ceballos. O, incluso, jugadores de banda como Arda Güler o Brahim. Eso permite que Mbappé, Vinícius y Rodrygo ocupen la zona de ataque, con Endrick preparado para tener muchos minutos tras la salida de Joselu. Un movimiento que puede servir para encajar las piezas en el once.

Si por algo destaca Ancelotti en los últimos años, además de ser un gran conocedor de su plantilla, es por saber inventarse soluciones en momentos difíciles: Camavinga y Lucas en los laterales, Tchouaméni y Carvajal de centrales o Modric de falso nueve son algunas de las más recientes. El Madrid seguirá explorando el mercado en busca de un central pero, en caso de no encontrar algo a buen precio, la solución la tiene en el equipo. Y puede ser una bendición para el ataque blanco.