Messi aparece para dar confianza a una aburrida y previsible Argentina

La pasión que derrocha la hinchada argentina llenó en el último partido de la jornada dominical el lugar sagrado de la Copa del Mundo 2014, el estadio de Maracaná. La albiceleste entraba en escena con la máxima estrella del campeonato al frente, Leo Messi. Enfrente, la sorprendente selección de Bosnia, debutante en un Mundial, y que terminó perdiendo 2-1 ante una versión sosa, por momentos anodina, de la bicampeona mundial.

Sufrir no sufrieron los sudamericanos. Sobre todo porque a los dos minutos se adelantaronen el marcador tras un gol en propia puerta de Kolasinac tras el saque de una falta lateral botada por Messi. Sabella formó a defensa de cinco, por detrás de estrellas del fútbol europeo como Mascherano, Di María, Messi o Agüero. Pero la primera parte fue plomiza, llegando a apagar los cánticos de su numerosa afición. Fútbol lento, inconexo, lejos de lo que debe demostrar un aspirante a tan alto título.

La Bosnia de Dzeko, aseada, adoleció de velocidad en sus transiciones, y no tuvo nunca la agresividad ofensiva necesaria para empatar el partido. A diferencia del gran Inglaterra-Italia de la víspera, en este partido todo eran errores, fallos en la entrega, acciones defensivas tan extrañas como ver a un central despejando de rabona o un centro del campo despoblado, con las defensas reculando siempre. El 1-0 era lo único que mantenía la emoción con el paso de los minutos. Eso, y la incógnita de saber si Messi aparecería de una vez por todas.

Y así fue.En el minuto 65, cuando la propuesta de uno y otro bando era a cada cual más inofensiva, 'resucitó'con rotundidad el crack del Barça. Arrancó con balón desde tres cuartos tras recibir de Gago (que había entrado en el descanso rompiéndose la defensa de cinco albiceleste), se apoyó en Higuaín (otro cambio) y lanzó ajustado al palo desde la corona del área. Con el 2-0, segundo tanto de Messi en las Mundiales, se despertó Argentina entera, y se llenaron los bidones de confianza que se estaban empezando a quedar vacíos.

Pero el desconcierto seguía, en un equipo que en ataque suma ingente cantidad de calidad técnica. El problema es que el fútbol ni son matemáticas ni se basa en el funcionamiento de los videojuegos, donde los buenos siempre juegan bien y más si los pones uno al lado de otro. En definitiva, Argentina dio bastantes muestras de tener problemas como equipo.

Mucho más cuando, a falta de seis minutos para el 90, Bosnia conseguía recortar distancias por medio de Ibisevic. La albiceleste, partida en dos, era incapaz de moverse con un mínimo de lógica táctica, Di María se hinchó a perder balones y el ataque simplemente se chocó una y otra vez contra la defensa de los balcánicos, con la única excepción de la citada jugada del 2-0.

Ese breve resurgir del mejor Messi y los tres puntos son las únicas noticias positivas para Argentina. Habría que pararse a analizar todo con más detenimiento para ver si las negativas no fueron muchas más. Pero bueno, esos debates, con la victoria conseguida, se hacen de manera más cómoda y pausada. Y conviene nunca olvidar que con Messi en el equipo todo es posible.

- Ficha técnica:

2 - Argentina: Romero; Zabaleta, Campagnaro (Gago, m.46), Federico Fernández, Garay, Marcos Rojo; Maxi Rodríguez (Higuaín, m.46), Mascherano, Di María; Agüero (Lucas Biglia, m.87), Messi.

Seleccionador: Alejandro Sabella.

1 - Bosnia: Begovic; Mujdza (Ibisevic, m.69), Bicakcic, Spahic, Kolasinac; Besic, Hajrovic (Visca, m.71), Pjanic, Misimovic (Mendujanin, m.74), Lulic; Dzeko.

Seleccionador: Safet Susic.

Goles: 1-0, m.3: Kolasinac en propia puerta. 2-0, m.65: Messi. 2-1, m.85: Ibisevic.

Árbitro: Joel Aguilar (El Salvador). Amonestó al argentino Marcos Rojo y al bosnio Spahic.

Incidencias: Partido de la primera jornada del Grupo F disputado en el estadio de Maracaná, ante 74.738 espectadores.