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Frío, 300 militares y menú único de asados y espaguetis: la aventura española en el Mundial 78
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ANÉCDOTAS INVEROSÍMILES

Frío, 300 militares y menú único de asados y espaguetis: la aventura española en el Mundial 78

A la Selección le ocurrió de todo en la infame concentración que vivió en La Martona, un lugar a las afueras de Buenos Aires. El cocinero que le asignaron no sabía cocinar

Foto: Cartel del Mundial de Argentina 78. (Archivo)
Cartel del Mundial de Argentina 78. (Archivo)

Jugar un Mundial es, en ciertos aspectos, la coartada perfecta para blanquear tu imagen. Lo intenta Qatar en esta edición y lo hizo Argentina en 1978. Hubo una época en la que los futbolistas eran célebres, pero no estrellas mundiales. En consonancia con ese rol social, los lugares en los que se alojaban tampoco eran hoteles de cinco estrellas ni las estancias rozaban el lujo. El ejemplo más claro, la infame concentración de España en Argentina 78.

Argentina era una dictadura liderada por Jorge Rafael Videla cuando albergó el Mundial de 1978. La Martona, una finca ubicada a las afueras de Buenos Aires, acogió a la Selección Española. El clima de tensión se notó en una concentración custodiada por 300 militares. Según apuntaron varios integrantes de aquel equipo, "parecía un campo de concentración".

placeholder Cardeñosa fue uno de los que integró aquella Selección. (EFE/José Manuel Vidal)
Cardeñosa fue uno de los que integró aquella Selección. (EFE/José Manuel Vidal)

Las decepciones se sucedieron una tras otra. Aunque la nutrición no era un aspecto tan primordial como ahora, lo que ocurrió con el menú rozó lo inverosímil. El cocinero que le asignaron a España no sabía cocinar. No se trata de una exageración. No sabía cocinar. Por tanto, las comidas se repitieron a lo largo de la estancia. Siempre había asados y espaguetis, en el desayuno, el almuerzo y la cena. Recetas de piso de estudiantes aplicadas a deportistas de élite.

La ayuda de los familiares

El menú tuvo ciertas modificaciones gracias a las familias de Rubén Cano o de Rafa Marañón, que llegaban cargados a la concentración. Los jugadores, cansados de comer siempre lo mismo, les pedían que trajeran fruta y pescado para repartirlo por las diferentes habitaciones.

La comida no fue el único problema, porque el frío también se convirtió en enemigo de los españoles. Las habitaciones tenían techos altos y eran muy grandes, pero sin calefacción. La solución fue tapar las rejillas de ventilación y pegar las camas en el lado contrario del dormitorio para evitar el frío. Las horas no pasaban en aquella concentración en la que no había las distracciones tecnológicas de ahora. Mientras que algunos salían a pasear por allí, otros se iban con los militares a cazar patos con las metralletas.

placeholder Estatua de Kubala, seleccionador en aquel Mundial, en las puertas del Camp Nou. (Reuters/Albert Gea)
Estatua de Kubala, seleccionador en aquel Mundial, en las puertas del Camp Nou. (Reuters/Albert Gea)

Desigualdad en los alojamientos

Las condiciones de alojamiento, no obstante, no fueron las mismas para todas las selecciones. Mientras que España sufrió en La Martona, Holanda se alojó en el Hindú Club, un lugar de más calidad al que accedieron sus mujeres e hijos. El siguiente problema llegó con los entrenamientos. Para llegar a La Martona había que dejar la carretera de lado y acceder por un camino de tierra. España, por su parte, tenía que desplazarse cuatro kilómetros, hasta el campo del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA), para entrenarse. Aquello enfadó aún más a los jugadores, que consideraron que la organización les había tomado el pelo.

placeholder Kempes fue campeón del Mundial de 1978. (EFE/Alejandro García)
Kempes fue campeón del Mundial de 1978. (EFE/Alejandro García)

El entrenamiento tampoco se realizaba en óptimas condiciones. Como consecuencia del frío que hacía en Buenos Aires, había una capa de hielo de cuatro centímetros que sumó un inconveniente más a la Selección Española en aquel Mundial.

La Martona es una urbanización con chalets, zona hípica y campos de golf en la actualidad. También tiene dos campos de fútbol cuyo césped está en perfectas condiciones y que no existían en aquel momento. Un Mundial accidentado y en el que España tampoco tuvo suerte al ser eliminado en la fase de grupos (fue tercera en un grupo con Brasil, Austria y Suecia). En Qatar, por cierto, la Roja de Luis Enrique compartirá lugar de concentración con Argentina, concretamente en la Universidad de Qatar. Cosas del destino.

Jugar un Mundial es, en ciertos aspectos, la coartada perfecta para blanquear tu imagen. Lo intenta Qatar en esta edición y lo hizo Argentina en 1978. Hubo una época en la que los futbolistas eran célebres, pero no estrellas mundiales. En consonancia con ese rol social, los lugares en los que se alojaban tampoco eran hoteles de cinco estrellas ni las estancias rozaban el lujo. El ejemplo más claro, la infame concentración de España en Argentina 78.

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