Leche gratis, planes de pensiones y un coche: cómo el Plan ADO reventó el deporte español

El rey Felipe enarbolando la bandera española. Montserrat Caballé y una canción para la posteridad. Magic Johnson, Michael Jordan y Larry Bird en el Pabellón Olímpico de Badalona. Una ciudad que se abrió al mar. Los alemanes del sur. Una tregua de ETA. Leche Pascual. Un Seat Toledo. Planes de pensiones en La Caixa. 22 medallas nunca antes conseguidas.

Hablar de Barcelona 92 es apelar a la nostalgia; es parafrasear a Jorge Manrique y pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. En el 92, además, había profundos motivos para ello. España llevaba tiempo alejada de los flashes y de los focos. Pero recuperó el protagonismo con unos Juegos Olímpicos que todavía perduran en la memoria colectiva.

El éxito no se redujo en exclusiva a la puesta en escena. Hasta 1992, España había conseguido 26 medallas olímpicas. No obstante, en la capital catalana cambió la tendencia y se lograron 22. Unos números incomprensibles sin el Plan ADO, el programa ideado en 1987 (vigente aún) para apoyar el desarrollo de los deportistas de alto rendimiento. La financiación para la preparación de los atletas se consiguió con la ayuda de patrocinadores.

"El Gobierno tenía miedo de que se repitiera un mal resultado como el del Mundial 82, por eso pusieron en marcha este plan". El que habla es Fernando Sánchez Bañuelos, ejecutivo del plan ADO entre 1988 y 1992. "Lo que ocurrió en 1982 fue una vergüenza para el deporte español. Por tanto, los jefes pensaron que no podía repetirse en Barcelona. Y espabilaron".

La preparación del Estado

Los ideólogos de esta medida fueron Javier Gómez-Navarro y Carlos Ferrer Salat. El primero era presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD). El segundo, del Comité Olímpico Español (COE). El trauma nacional aún estaba presente cuando se inició el Plan ADO; tan solo habían transcurrido cinco años desde el Mundial 82, cuando España fue eliminada en la segunda fase.

Hablamos con Gómez-Navarro sobre la puesta en marcha del ADO.

PREGUNTA. ¿Cómo surgió la idea?

RESPUESTA. Había intranquilidad en el Gobierno por lo que pasó en el 82. Los Juegos Olímpicos eran para impulsar a Barcelona y el éxito deportivo del país. España es un lugar donde hay baja autoestima y en 1992 la recuperamos.

P. ¿Qué tal la búsqueda de financiación?

R. El dinero lo podría haber puesto el Estado. Sin embargo, me entrevisté con las federaciones y no tenían capacidad técnica para preparar a los deportistas. Para que no hubiera un control federativo, buscamos patrocinadores. Tenga en cuenta que en las elecciones de las federaciones votaban los entrenadores y los atletas.

P. ¿No surgieron dificultades?

R. No, no. Los responsables éramos Carlos Ferrer, que había sido presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), y yo. Ferrer no era como Garamendi, que no es nadie.

Las exigencias de las becas

P. ¿Cómo se tomó el Gobierno el Plan ADO?

R. Bien, bien. Felipe (González) delegaba mucho en los ministros y tratábamos más con Javier Solana, que nos apoyó en todo. Solana me dijo que la organización la sabían hacer los catalanes, pero que era imprescindible que tuviéramos éxitos deportivos. La experiencia del Mundial había sido un fracaso.

P. Solo el 36% de los becados duró los cuatro años. ¿Tan exigentes eran las condiciones?

R. Sí, sí. Trajimos entrenadores extranjeros y a cada deportista le fijamos un objetivo al año. Si no lo cumplían, perdían la beca. El deporte de élite es exigente y, si no estaban en ese nivel, era mejor que lo dejaran.

El relato de Gómez Navarro lo corroboran deportistas que se beneficiaron del ADO. Una de ellas fue Theresa Zabell, oro olímpico en vela junto a Patricia Guerra en Barcelona. Zabell lo explica en conversación con este periódico: "Las becas se renovaban cada año. En mi caso, estaban supeditadas a que quedara entre las ocho mejores del mundo. Hubo compañeros que las perdieron, porque no consiguieron esas posiciones. Vivir en Barcelona tenía unos costes y, si no tenían los ingresos de la beca, pues tenían que ponerse a trabajar en otra cosa. Muchos deportistas, por tanto, se quedaron por el camino".

La cuantía de los deportistas

Los deportistas recibían un importe mensual que variaba. Carolina Pascual, plata en gimnasia rítmica en Barcelona, así nos lo explica: "A mí me daban entre 5.000 pesetas (30 euros) y 10.000 (60). Me servían para apoyarme en mis necesidades, porque vivía en Madrid. Dispuse de dinero para llevar la vida aquí: me compraba galletas, esparadrapos… También lo utilizaban mis padres para venir desde Orihuela (Alicante) a verme. Habrá gente que hizo dinero con esa paga, pero yo no".

La cuantía no fue la misma para todos. Habla Zabell: "Me daban un millón de pesetas (6.000 euros) al año, unas 80.000 pesetas (480 euros) al mes. Eso me permitían cubrir los gastos, no tener que trabajar y dedicarme en exclusiva al deporte".

"El mantenimiento de las becas dependía de las federaciones. No recuerdo cuántos deportistas se quedaron sin ella, pero fueron muchos", reflexiona Juan Miguel Hernández, director general del ADO entre 1989 y 1992, en El Confidencial. Solo el 36% de los becados en 1988 llegaron a Barcelona.

La vinculación con los deportes

Las empresas mostraron una extraordinaria predisposición. El objetivo fue generar un vínculo entre las compañías y los deportes, por eso cada una se hizo cargo de una disciplina. Leche Pascual fue vinculada con la natación, Coca-Cola con el atletismo, Seat con el ciclismo, Bimbo con el tenis y Renfe con el piragüismo.

Las empresas aportaban financiación, mientras que TVE les daba publicidad como compensación. Antes de que empezara la competición, hubo vicisitudes con los patrocinadores. Lo cuenta Hernández: "Cuando me incorporé en 1989, ya se habían seleccionado las empresas que aportaron financiación. Hubo que hacer una gran tarea de marketing y patrocinio. Además, tuve que cambiar el deporte con el que algunas estaban relacionadas y adecuarlo; quedaba por ver cuál sería la publicidad que se le daba porque era todo dinero privado".

Continúa Hernández: "Aunque todo estaba bastante estructurado, tuvimos que realizar asesoramiento publicitario a las empresas para ayudarles en los vídeos que salieron en la televisión. TVE se encargó de grabar publirreportajes sobre los patrocinadores y el ADO".

"Las federaciones deportivas que habían estado infravaloradas recibieron con agrado esta iniciativa", resume Sánchez-Bañuelos. "Algunas habían estado siempre en precario, porque no había muchas infraestructuras en 1987. Este proyecto consiguió medios que los deportistas nunca habían tenido".

El desarrollo en infraestructuras

España contaba con un centro de alto rendimiento en Madrid, pero necesitaban un mayor desarrollo de sus infraestructuras. "Estuvimos en contacto con Denver para ver el centro de alto rendimiento de Colorado y se hizo una gran sofisticación de sistemas. Grabábamos a los atletas y detectábamos los errores en el movimiento. Eso se llevaba a la práctica", expone Hernández.

"Mejor el Plan ADO que nada", resume Carolina Pascual, que entrenaba diez horas diarias como preparación para los Juegos Olímpicos. "Mis gastos me los cubría la Federación. Sin, embargo el dinero que me daban le venía muy bien a mis padres porque no tenían muchos recursos. Yo entrenaba más feliz cuando mi madre venía cada 15 días a darme un beso".

Theresa Zabell entrenaba cuatro horas diarias en el mar durante el invierno, un tiempo que aumentaba en verano, porque los días eran más largos. El equipo de vela fue patrocinado por Tabacalera. Esto opina Zabell de los patrocinadores: "Las empresas modificaron los términos de los premios porque no esperaban que ganáramos tantas medallas".

La compensación en especies

El Plan ADO tuvo el efecto esperado. España consiguió más medallas que nunca, aunque luego los premios a posteriori no fueran los prometidos. "Quería destacar que solo La Caixa cumplió con lo pactado, la Libreta Olímpica. Se trata de una especie de plan de pensiones que, cuando cumplieras los 50 años, podríamos cobrarlo íntegramente o en una renta vitalicia mensual", sostiene Zabell.

Los premios, no obstante, también fueron en especies. "Leche Pascual me regaló seis cajas de leche mensuales durante tres años. Me las traía un camión a casa y cuando lo veían los vecinos, salían todos a la puerta a verlo. Seat regalaba un coche, pero solo a los oros y me quedé sin él", cuenta entre risas Carolina Pascual.

Sobre lo expuesto por Zabell, Gómez-Navarro aclara que "las empresas cumplieron a rajatabla con nosotros, pero no sé si ocurrió lo mismo con los deportistas".

¿Unos resultados irrepetibles?

Habla Zabell: "Leche Pascual explicó que, en principio, a los oros nos darían las cajas mensuales durante diez años, aunque luego creo que se quedó en tres. No recuerdo bien, pero no fue lo que nos habían dicho. Seat, por ejemplo, dijo que era un Toledo para los oros, pero nosotras éramos dos. Y nos dieron solo uno".

El Plan ADO, más allá de los resultados, tuvo lagunas. Si sufrías una lesión o te quedabas embarazada, perdías la beca. "Yo no dispuse de la beca antes de Sídney 2000, porque tuve a mi primer hijo y estuve un buen tiempo sin competir. Cuando fui vicepresidenta del COE, me peleé con los directivos para que el ADO no dependiera de los resultados".

"No me dieron explicaciones cuando me quitaron la beca. Yo tenía 15 o 16 años y estaba perdida de la mano de Dios", cuenta a este diario Carolina Pascual.

Ahora el ADO se encuentra en plena reinvención. En 1988 la financiación alcanzó los 79 millones de euros, mientras que en 2020 solo llegó a los 22. Nunca ha habido un ciclo olímpico que haya tenido un presupuesto similar al que hubo previo a Barcelona. Pekín es el segundo en el ranking con 63 millones.

Los cambios en la financiación

La aportación del CSD, además, ha aumentado notablemente en los últimos años. En 2019, el CSD era responsable en exclusiva del 56% de los recursos totales. No obstante, esta cifra ascendió hasta el 80% en 2021.

El ADO para París 2024 fue firmado en junio por el CSD, el COE y RTVE. España aterrizará en verano en Francia alejada, en ilusión y en financiación, de Barcelona. "Queremos que España vuelva a vivir una auténtica revolución como la que supuso el impulso del 92", explicó Jennifer Pareja, actual directora del ADO, en su presentación.

España, sin embargo, ya no es la misma que hace tres décadas por su relevante progreso, a nivel deportivo y social. Pero en los Juegos Olímpicos no ha alcanzado el nivel conseguido en Barcelona, aunque en Londres se quedaran cerca en medallas (20). El recuerdo de lo ocurrido en la Ciudad Condal continúa más que presente, y no sólo por los éxitos deportivos. Aquel evento cambió al país de arriba abajo.