Es noticia
Carolina Marín: "Tardé meses en encontrar objetivos tras el oro de Río... Luego, me fijé ser la mejor de la historia"
  1. Deportes
  2. Juegos Olímpicos
ENTREVISTA EN EL CONFIDENCIAL

Carolina Marín: "Tardé meses en encontrar objetivos tras el oro de Río... Luego, me fijé ser la mejor de la historia"

Afronta sus terceros Juegos Olímpicos tras superar dos roturas de ligamento cruzado. Aquello, en lugar de frenarla, la catapultó a nuevos éxitos y a fijarse nuevos retos

Foto: Carolina Marín, en una entrevista con El Confidencial. (Ana Beltrán)
Carolina Marín, en una entrevista con El Confidencial. (Ana Beltrán)

Presentar a Carolina Marín (Huelva, 1993) se antoja complicado. Quizás bastaría con decir que es campeona olímpica de bádminton, aunque en realidad es mucho más que eso. La onubense es una de las mejores deportistas de la historia de España, a la vez que una firme defensora de la salud mental.

Carolina sufrió dos roturas del ligamento cruzado en apenas un año. Nadie había vuelto a competir en bádminton con semejante diagnóstico, pero la normalidad no integra su vida. Por eso, se dedicó a hacer posibles los imposibles y regresó a lo grande con una plata en el Mundial, además de unos Juegos Europeos y un Campeonato Europeo.

Se rumoreó que podía ser abanderada española, aunque ella dice que "fue más ruido de la prensa", porque nadie la llamó. Ahora afronta los Juegos Olímpicos de París, los terceros de su vida, con el objetivo de convertirse en la mejor de la historia.

********

PREGUNTA. Nadie se había recuperado de dos lesiones de cruzado como usted. ¿Cuál ha sido la clave?

RESPUESTA. Tener claro el objetivo por el que he querido luchar y seguir adelante, además de no rendirme. Si lo hubiera hecho, tengo claro que habría colgado la raqueta. Siempre quise volver y estar en el mejor estado de forma posible. Aquí estamos, a poco menos de 15 días para los Juegos Olímpicos de París.

P. Tenía en el horizonte París 2024. De no tener ese objetivo, ¿habría abandonado el deporte de élite?

R. No lo sé, porque no ha sido así y no me puedo poner en esa situación. Sin los Juegos Olímpicos en el horizonte, sacar motivación me hubiera costado mucho más.

P. ¿Le pidieron desde su entorno que lo dejara?

R. No, no, en ningún momento. Esta es una decisión que toma el propio deportista, por mucho que el entorno quiera o no que siga. Al final, los atletas son los que se juegan su cuerpo y su mente.

P. Pero el entorno puede sugerir…

R. Sí, sí, pero la última decisión la toma el deportista.

P. ¿Pensó que volvería a ser la misma tras esas dos lesiones?

R. En los momentos de parón, siempre hay dudas de si recuperarás un nivel óptimo. Se disiparon cuando comencé la rehabilitación, cuando volví a entrenarme, cuando vi cómo me encontraba y, sobre todo, cuando vi la confianza que iba teniendo conmigo misma.

P. Siempre ha defendido la ayuda a la salud mental. ¿Qué papel jugó durante la lesión?

R. La parte mental es importante. De hecho, la trabajo desde que tenía 15 años, cuando empecé con un psicólogo. El cerebro es una parte más del cuerpo. Igual que uno va al gimnasio para entrenar los brazos y las piernas, la cabeza también hay que entrenarla.

placeholder Carolina Marín, en la previa de París 2024. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Carolina Marín, en la previa de París 2024. (EFE/Rodrigo Jiménez)

P. ¿La ayuda mental sigue estigmatizada o se ha avanzado?

R. Se ha ido normalizando un poco más, aunque en ciertas ocasiones continúa como tema tabú. Todavía quedan deportistas con miedo de que su entrenador se entere de que han empezado a trabajar la parte mental. En mi caso, nunca ha sido así y lo he hablado con mi equipo. Siempre lo he aconsejado y seguiré haciéndolo.

P. ¿En qué le ha beneficiado trabajar la faceta mental desde los 15 años?

R. Al principio, me enseñaron técnicas para afrontar las distintas situaciones que uno puede tener en un partido: miedo, nervios, tensión, los últimos puntos de partido, cómo empezarlo… Con el paso del tiempo, dejé de trabajar con el primer psicólogo que tuve y empecé a hacerlo con una coach. Llegó un momento en el que me quería conocer más a mí misma y quería darle voz a ciertas emociones que tenía dentro de mí, pero que no era capaz de expresarlas. Desde 2018, trabajo con una psicóloga y me va muy bien.

P. ¿La ayuda mental fue importante cuando cambió Huelva por Madrid a los 14 años?

R. Ahí no pensaba en la faceta mental [risas], pensaba en la ilusión que tenía por venir a Madrid porque era un sueño. La situación fue complicada al mudarme, porque soy hija única y mis padres se acababan de separar cuando me ofrecieron entrar en el Centro de Alto Rendimiento (CAR). Me marché de Huelva, una ciudad pequeña en la que tenía a toda mi familia, a la capital de España, donde no conocía a nadie y era un lugar muy grande para una niña de 14 años. Hubo dificultades, pero me siento orgullosa de mis padres por haber dejado que me fuera en ese momento.

"Llegó un momento en el que me quería conocer más a mí misma y quería darle voz a ciertas emociones que tenía dentro de mí"

P. ¿Le costó el cambio a Madrid?

R. No, no mucho, porque venía con ilusión. Mi madre me dijo una cosa antes de irme: "Hija mía, si todo va bien, estaremos felices. Si no estás a gusto o te va mal, las puertas de casa siempre van a estar abiertas". A los niños siempre hay que darles la oportunidad de que peleen por sus sueños. Si no les va bien, pueden volver a casa, porque los van a recibir con los brazos abiertos.

P. Cuando empezó a jugar al bádminton, usted también bailaba flamenco.

R. Sí, sí, lo hacía antes de empezar con el bádminton y compaginé ambas cosas durante cuatro años, entre los ocho y los doce. Tuve que dejar el flamenco, porque no tenía tiempo para los estudios.

P. ¿Cree que hubiera sido bailaora de no haber sido deportista?

R. No creo. Tomé la decisión de inclinarme por el bádminton porque el grupo de chicas con el que bailaba se dispersó un poco, el profesor tomó otras decisiones… No creo que hubiera bailado de manera profesional. Me gustaba mucho y lo llevo en la sangre, porque es algo muy andaluz y en mi familia se ha bailado mucho. Cuando hacemos barbacoas, mi padrino canta, mi primo toca el cajón, mi prima y yo bailamos…

P. ¿Ha celebrado así algún título?

R. Sí, claro, siempre [risas]. Haya o no título siempre intento reunir a la familia cuando vuelvo a casa, normalmente después de alguna competición importante.

placeholder Carolina Marín festeja el triunfo en un torneo. (EFE/Christopher Petit)
Carolina Marín festeja el triunfo en un torneo. (EFE/Christopher Petit)

P. Intuyo que entonces lleva muchos años sin ir a las Colombinas.

R. Ni me acuerdo de cuál fue mi último año [carcajadas], pero más de diez años seguro.

P. ¿Hay algún punto en común entre ambas cosas?

R. No veo ningún tipo de relación, porque los movimientos del bádminton no tienen que ver con los del flamenco. Puede que sea una cosa más fluida que otra, pero es totalmente diferente.

P. ¿Se siente responsable del auge del bádminton en España?

R. Sí, me siento responsable y a la vez orgullosa de haber puesto el bádminton en boca de todos los españoles.

"Si no te esfuerzas al máximo, siempre te puede quedar la duda de qué hubiera pasado. Es mejor mirar atrás y quedarse tranquila"

P. Ha sido pionera en el bádminton. ¿Cómo ha sido crecer en un deporte sin referentes?

R. No tenía ningún referente ni en España ni a nivel internacional, porque desconocía qué era el bádminton. Empecé a jugar porque me gustaba y disfrutaba. Poco a poco, me aficioné hasta que fui progresando en mi carrera y me mudé a Madrid.

P. ¿Cómo ha notado el aumento de interés de los españoles?

R. La gente me sigue un montón, sabe lo que es el bádminton. Ya no me preguntan si juego a tenis, porque saben a qué me dedico. Por ejemplo, cuando salgo al parque que hay frente a mi casa, hay muchos padres que están jugando al bádminton con sus hijos. Incluso la gente me etiquetaba en sus propios vídeos jugando durante el confinamiento en sus casas. Cuando voy a China o algún país de Asia, la gente en España se levanta de madrugada para seguirme, aunque sean siete horas menos. Eso es de agradecer.

P. ¿Nota allí más exposición?

R. Sí, claro. Estamos hablando de que allí el bádminton es como aquí el fútbol.

P. ¿Serán París sus últimos Juegos?

R. Hay muchas probabilidades de que sí.

placeholder El grito característico de Carolina. (EFE/Chema Moya)
El grito característico de Carolina. (EFE/Chema Moya)

P. ¿Ha sido una decepción no ser abanderada?

R. No, no ha sido ninguna decepción. En ningún momento he esperado nada, simplemente los medios de comunicación habéis hecho mucho ruido y me habéis preguntado. Siempre he dicho que para mí era algo muy ilusionante y que era un sueño para un deportista portar la bandera. En ningún momento nadie del COE me llamó para proponérmelo o para preguntarme si estaba interesada, no tiene nada que ver con que juegue al día siguiente de la ceremonia inaugural. Quiero dar la enhorabuena a los dos abanderados, que estoy segura que nos van a representar muy bien. Y al equipo español, que ojalá nos llevemos todas las medallas posibles.

P. ¿Hubiera sido perjudicial ser abanderada por la proximidad de ese primer partido?

R. Está claro que hay muchas cosas hay que tener en cuenta. No quiero poner nada en peligro por el objetivo que tengo en mi cabeza y si así fuera, lo rechazaría. Si me lo hubieran propuesto, hubiera hablado con el COE para que hubiera habido algún cambio de horario. Como no ha sido así, sigo con mi rutina y mis entrenamientos y ahí estaremos dándolo todo.

P. ¿Qué recuerda de su oro en Río 2016?

R. La cantidad de gente española e india en las gradas, mi padre y mi expareja estaban allí animándome, los nervios del prepartido, la tensión de la propia final… Recuerdo todo. El último punto, cuando lo meto, me acordé de todos los entrenamientos tan duros que tuve que hacer para conseguir algo que había soñado.

"El último punto, cuando lo meto, me acordé de todos los entrenamientos tan duros que tuve que hacer para conseguir algo que había soñado"

P. ¿Pensó en aquel cambio de Huelva a Madrid?

R. No, lo que se me vino a la mente fueron los entrenamientos previos que hice para preparar los Juegos Olímpicos.

P. ¿Cómo un deportista que ha ganado todo mantiene la motivación para seguir compitiendo?

R. Es ponerte nuevos objetivos. Después de ganar el oro en Río, fue un momento complicado y lo he hablado muchas veces con mi entrenador. La pregunta es: ¿y ahora qué? Nosotros no lo hicimos de un día para otro, nos costó meses proponernos nuevas metas. Pero nos fijamos ser los mejores de la historia.

P. Le costó encontrar ese objetivo.

R. Sí, sobre todo a nivel de motivación.

P. Hay mucho mito en torno a la villa olímpica. ¿Eso es más realidad o leyenda?

R. Fui a Río de Janeiro pensando en volver a España con la medalla de oro. Ni fui a ver el Corcovado ni fui a ver nada. Sí que hay muchos deportistas olímpicos que no van a quedar campeones y van a disfrutarlo de otra manera. Lo quise disfrutar peleando por la medalla de oro. Si la quiero, no iré a ver la Torre Eiffel o hablar con otra gente. Todo depende la mentalidad con la que el deportista quiere ir a los Juegos Olímpicos.

Foto: Entrevista a Carolina Marín. (Ana Beltrán)

P. Tiene mérito.

R. Yo no salí en ningún momento de los 14 días que estuve allí, fue concentración plena en la competición.

P. Alguna vez ha hablado de que no hay deportista que no juegue con dolor. ¿Son un poco masoquistas?

R. Si no te esfuerzas al máximo, siempre te puede quedar la duda de qué hubiera pasado. Es mejor no tener ninguna duda y luego, consigas el resultado que consigas, mirar atrás y quedarse tranquila porque he dado todo durante mi camino a pesar de que no he conseguido el resultado que quería.

P. Cuando estaba lesionada, la Federación Mundial le obligaba a pagar una multa si no jugaba determinados torneos. ¿No cree que eso atenta contra la salud del deportista?

R. Creo que sí, pero así son las reglas de la Federación Mundial. No tuve alternativa y me tocó pagar 5.000 dólares.

P. Fernando Rivas, su entrenador, es exigente. ¿Es recomendable que los técnicos sean así?

R. Cada entrenador tiene su forma de ser, su manera de guiar al deportista. Fernando en sí no es cualquier persona, han pasado muchos deportistas por sus manos. Le llevo aguantando 17 años.

"Cada entrenador tiene su forma de ser. Fernando en sí no es cualquiera, han pasado muchos deportistas por sus manos"

P. ¿Ha merecido la pena todo el sacrificio?

R. Sin ninguna duda, lo volvería a repetir todo. No me arrepiento de absolutamente nada.

P. Ha comentado en alguna ocasión que le gustaría ser madre. ¿Lo ve viable estando en activo?

R. Ahora mismo, no me lo planteo para nada. Eso lo seré una vez que cuelgue la raqueta.

P. ¿Qué vislumbra para su futuro?

R. Seguir ligada al deporte, porque soy lo que soy gracias a él. El bádminton me lo ha dado todo: madurez y experiencias, tanto buenas como malas.

Presentar a Carolina Marín (Huelva, 1993) se antoja complicado. Quizás bastaría con decir que es campeona olímpica de bádminton, aunque en realidad es mucho más que eso. La onubense es una de las mejores deportistas de la historia de España, a la vez que una firme defensora de la salud mental.

Carolina Marín
El redactor recomienda