4.000 millones de euros para cumplir la promesa de Macron: la hipoteca de París son 50 medallas

Francia se juega mucho más que el éxito deportivo en estos Juegos Olímpicos de París 2024, por más que el anhelo de Emmanuel Macron sea conseguir 50 medallas. La inversión para el acondicionamiento de la ciudad es cuantiosa: el Comité Organizador (COJOP) ha contado con un presupuesto de 4.400 millones de euros, en el que la financiación privada supone el 96%. En esa cantidad, las autoridades estatales y locales (ville de París, la región de Île-de-France y la metrópoli del Gran París) aportan 171 millones, según lo publicado por la Plataforma de finanzas públicas, presupuesto estatal y desempeño público.

Otros 4.000 millones, aproximadamente, proceden de otras áreas: la contribución del Comité Olímpico Internacional (COI) supone 1.200 millones; la venta de entradas y la hostelería asciende a 1.400; las asociaciones nacionales, 1.200; el resto procede de otros ingresos comerciales tales como las inversiones, las comisiones por servicios, los derechos televisivos de los Juegos Paralímpicos.

Además, se ha construido una villa olímpica que cuenta con 82 edificios, 3.000 apartamentos y 14.250 camas que acogerán a 15.000 atletas durante las próximas dos semanas. En total, el presupuesto que estima el Ministerio de Deportes francés para la organización de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos para 2023 asciende a 295 millones de euros.

Esta cuantía contrasta con la de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. La pandemia trastocó los planes de los japoneses, cuyo coste final ascendió a 13.365 millones de euros. Esta cantidad los convirtió en uno de los más costosos de la historia al realizar un importante desembolso en el acondicionamiento de la villa olímpica.

Anfitrión y ¿ganador?

El país anfitrión es el segundo que más atletas aportará (573), ubicados sólo por detrás de Estados Unidos. La preparación, sin embargo, no ha estado exenta de polémicas. La Fiscalía francesa abrió una investigación contra Tony Estanguet, presidente del Comité Olímpico Francés (COF), a raíz del elevado salario que cobraba (270.000 euros), que todavía no ha tenido consecuencias.

Esas 50 medallas encajan en el objetivo estatal de quedar entre los cinco mejores de estos Juegos Olímpicos. Conviene recordar que Francia es el quinto país en el medallero histórico con 772 medallas, si en este ranking se deja al margen a la Unión Soviética. España, por su parte, ocupa el 24º puesto con 165.

El doble trabajo de los deportistas

La estrategia es realista si se fijan en lo logrado por Francia hasta ahora. No obstante, Florent Manaudou, abanderado galo, explicó que “Francia no es un país deportivo”, a raíz de ciertos datos del pasado. Uno de ellos era que el 40% de los atletas franceses que participaron en Río de Janeiro 2016 vivían por debajo del umbral de la pobreza.

Eso sí, parece que esta situación ha cambiado. La Agencia Nacional del Deporte creó la figura del Deportista de alto nivel en 2015 con un programa específico, similar al ADO que existe en España desde 1988. Es una categoría que se le ha aplicado a 16.268 deportistas y que ha mejorado la coyuntura con respecto a Río de Janeiro de 2016. Así lo confirmó hace cuatro meses la ministra de Deportes, Amélie Oudía-Castera. 5.439 de los citados cuentan con ayudas económicas directas cuya cuantía asciende aproximadamente a 100 euros mensuales.

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Los patrocinios, sin embargo, han sido pequeños hasta ahora. La financiación ha sido casi íntegramente privada y ha provocado que deportistas de atletismo, natación y artes marciales hayan tenido que compaginar la práctica deportiva con otros trabajos.

Los deportistas que no se dedicaban en exclusiva al deporte se beneficiaban con horarios escolares/universitarios adaptados, un servicio médico personalizado y con Seguridad Social añadida. A ellos se les facilitaba su tarea con horarios ajustados en las Administraciones Públicas.

La fortuna de algunos atletas

Los 332 mejores atletas franceses son los más afortunados en este sentido, porque reciben ingresos de 40.000 euros anuales. Si no alcanzan esa cifra en sus competiciones, el Gobierno paga la diferencia entre lo que cobren y la suma mencionada. Así, el PLF 2023 confirma, a su vez, la prioridad que el desarrollo del deporte en Francia constituye para el Gobierno, con un aumento de recursos del 2,6 % en comparación con el LFI 2022 (sin incluir la contribución para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024).

Este presupuesto sin precedentes prevé, en particular, la renovación del Pass'Sport creado en 2021 (100 M€ en 2023) y la continuación del plan de equipamiento deportivo local implementado por la Agencia Nacional de Deportes (100 M€ en 2023). De manera más general, fortalecerá las acciones y políticas públicas llevadas a cabo por el ministerio, encaminadas a fortalecer el lugar del deporte en nuestra sociedad, para los jóvenes, la salud y el bienestar de los franceses y la inclusión social de todos.

Francia también cuenta con un modelo similar al español en las aportaciones. En los datos de 2022, las autoridades locales aportaron 12.500 millones de euros. Asimismo, las regiones y los departamentos contribuyen en menor medida, con 600 y 800 millones, respectivamente. Los municipios son los claros destacados en este sentido.

Por su parte, España ha aportado más de 4.000 millones de euros al deporte en 2022, según los datos publicados por el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes. La Administración Local proporcionó 2.988 millones de la citada cantidad, correspondiendo a la Administración Autonómica y a la General del Estado una cuantía mucho mejor, 436 y 292 millones respectivamente. Un presupuesto que prometía aumentar un 12,9% en 2023, destinando 243,9 millones de euros al fomento y apoyo de actividades deportivas.

"Los deportistas españoles pueden recibir otro tipo de ayudas, institucionales o privadas, procedentes de sus clubes, federaciones, patrocinadores, Ayuntamientos, Comunidades Autónomas, ...", confirman desde el Consejo Superior de Deportes español. De esta forma, las ayudas públicas se mantienen como una vía al margen de los fondos generales, además de contar con la posibilidad de "recibir diferentes tipos de ayudas por parte del CSD".

El panorama de la financiación europea

Así, no solo Francia y España cuentan con tantas vías de financiación tanto pública como privada para sus deportistas nacionales. De hecho, según Eurostat, Hungría es el país de la Unión Europea que más gasta en deporte. Un 1,7% del gasto público total en subvenciones directas. Además, existe la llamada TAO (subvención del impuesto de sociedades), de la que las asociaciones y federaciones deportivas pueden recibir cada año un total de 125.000 millones de forints. Las empresas pueden donar parte de su impuesto de sociedades al deporte en lugar de al presupuesto. Así, el importe total de esta subvención superó en 2022 el billón de HUF, según el medio húngaro HVG.

Bulgaria también cuenta con una amplia cuantía. En su último presupuesto se establece una previsión de casi 150 millones de BGN para el deporte búlgaro en varios ámbitos. El más importante de ellos es, precisamente, la partida para el alto rendimiento, donde se han reservado 91 millones de BGN, con la posibilidad de solicitar financiación para deportes olímpicos y no olímpicos.

En el caso de República Checa, la Agencia Nacional es la responsable de centralizar los flujos financieros y los mecanismos de subvención. Según el Ministerio de Finanzas checo, la agencia ha asignado unos 270.000 euros para este año. Además del apoyo estatal y privado, los gobiernos y autoridades regionales también contribuyen a financiar el deporte de élite. Aquí se incluyen organizaciones como "Sokol" (Halcón), que desempeñan un papel importante en el mantenimiento de las actividades deportivas en las pequeñas ciudades del país.

Aun con distintas partidas generales y diferentes planes de alto rendimiento, todas las naciones tienen un objetivo común: que la inversión se traduzca en medallas para llevar a casa.