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¡Qué bueno que te quedaste, Rafa! Nadal se impone a Fucsovics y reta a Novak Djokovic en París (6-1, 4-6 y 6-4)
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ESTRENO EN EL CUADRO INDIVIDUAL

¡Qué bueno que te quedaste, Rafa! Nadal se impone a Fucsovics y reta a Novak Djokovic en París (6-1, 4-6 y 6-4)

El español completó un buen partido para avanzar de ronda tras el estreno con Alcaraz en los dobles. Sufrió en el segundo set, pero ganó en el tercero y ya espera al serbio

Foto: Rafa Nadal completó un serio partido en primera ronda. (Europa Press)
Rafa Nadal completó un serio partido en primera ronda. (Europa Press)

Era un partido de primera ronda, nada de finales, tampoco un encuentro entre los mejores tenistas del momento. Pero hacía su presentación Rafa Nadal en Roland Garros, con la incógnita hasta última hora en los vagones de metro. El ambiente era espectacular, con una pista repleta, como en tantas tardes de gloria en París, aunque no se trate de un Grand Slam y sean los Juegos Olímpicos. El camino del balear en el cuadro individual ha empezado con una épica victoria ante Marton Fucsovics (6-1 y 4-6 y 6-4).

La incertidumbre sobre su aparición se mantuvo hasta el final, como los suspenses de las buenas películas. Porque no basta con decir que entre Rafa y París existe un simple romance, más bien un matrimonio entregado, con detalles que van desde portar la antorcha olímpica a tener una estatua en los aledaños de la Philippe Chatrier. Es el señorío que le demuestran, palpable en cada esquina, en cada conversación, en cada entretiempo.

Fue una victoria que confirmó que la actuación en los dobles no fue un simple espejismo. Rafa tiró de Carlitos, porque está a buen nivel. En menos de 24 horas, ha demostrado que sus golpes no son reliquias, no los cataloguen como piezas de museo. Quizás estén en peligro de extinción, y por ello hay que disfrutar de ellos más que nunca.

No eran derechas normales, eran criminales, con una violencia que asustaba. Rafa buscaba cada esquina y su rival se encogía, aunque tuviera altura. Ni estirándose las alcanzaba. Es el miedo ante el adversario temible, el que mantiene en sus ojos el fuego sagrado que lo eleva al Panteón.

placeholder Rafa Nadal sufrió en el segundo set. (Europa Press)
Rafa Nadal sufrió en el segundo set. (Europa Press)

La resistencia de Fucsovics

La coyuntura, sin embargo, cambió en el segundo set, en el que Fucsovics estuvo menos errático. Era el invitado inesperado, porque había otras presencias que importaban más. Al húngaro ya no le costaba tanto llegar a los costados, como si replicara los movimientos del ballet. Las esquinas eran su sitio preferido, aplicándole a Rafa su propia medicina.

Había algo en Rafa que invitaba al pesimismo en el segundo set, cuando el partido se colocó 3-0. Moverse de lado a lado era una tasa demasiado elevada. Pero aquel que cimentó sus éxitos en una resistencia inverosímil no iba a claudicar ante una inferioridad momentánea. Si había que caer, que fuera en la pista, no con una declaración a los periodistas.

Foto: Momento del abrazo entre Zidane y Nadal. (Reuters/Dylan Martinez)

El resurgir de Rafa

Fue en el noveno juego del segundo set, cuando logró el break que lo devolvió al partido, el momento en el que rugió. Ese "vamos" fue el preámbulo de lo que estaba por venir. Era un mensaje encubierto: Rafa había desenvainado su espada de nuevo, y ya saben que hay pocas cosas que gusten más en París que un mosquetero.

La culminación de la remontada, sin embargo, tuvo que esperar. Fucsovics se sobrepuso a semejante mazazo y forzó el definitivo tercer set en el que Rafa sacó de nuevo la mejor versión que puede ofrecer para confirmar el duelo entre dos leyendas del tenis.

A Rafa no sólo hay que agradecerle que haya estirado su carrera para regalar una última función en el teatro de sus sueños, también esa abdicación en diferido para preparar al príncipe. Es probable que esta sea su última vez en París, pero Roland Garros no se quedará huérfana de españoles. Ahora le toca a Alcaraz recoger el testigo, y ya ha demostrado que está preparado. Pero antes dejen que el rey disfrute sus últimos instantes en el trono, porque el espacio en el olimpo lo tiene más que ganado.

Era un partido de primera ronda, nada de finales, tampoco un encuentro entre los mejores tenistas del momento. Pero hacía su presentación Rafa Nadal en Roland Garros, con la incógnita hasta última hora en los vagones de metro. El ambiente era espectacular, con una pista repleta, como en tantas tardes de gloria en París, aunque no se trate de un Grand Slam y sean los Juegos Olímpicos. El camino del balear en el cuadro individual ha empezado con una épica victoria ante Marton Fucsovics (6-1 y 4-6 y 6-4).

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