Megan Gustafson no es de Tomelloso: quién es la nueva estrella de España que destrozó a China

Cuando los neófitos del baloncesto vieron la lista de doce convocadas de Miguel Méndez para los Juegos Olímpicos de París, un nombre destacaba por encima del resto: Megan Gustafson. No solo por su toponimia, evidentemente muy alejada de España, sino, sobre todo, porque cuando se analizaba su procedencia, pronto se descubría que nada tenía que ver con nuestro país: ni antepasados, ni raíces, ni paso por la liga nacional. Era, sin más, un fichaje para la Selección.

Históricamente, España, como cualquier otro país, ha contado en sus diferentes equipos con jugadores que no han nacido dentro de nuestras fronteras en cualquier especialidad, pero siempre existía un vínculo que facilitaba la operación. De hecho, en el baloncesto femenino, habían existido casos recientes como el de Sancho Lyttle o Astou Ndour. Pero, hasta la fecha, no se había producido un caso como el de Gustafson. O, mejor dicho, solo uno.

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Rubén Rodríguez

De un tiempo a esta parte, la normativa es clara: en un combinado nacional de baloncesto, solo puede haber un jugador nacionalizado por país. En el equipo masculino, se alternaron las convocatorias Nikola Mirotic y Serge Ibaka, pero ambos con paso por nuestro país. Pero igual que Macedonia llamó a Bo McCalebb o Croacia contó con Dontaye Draper, España no dudó en fichar, encontrando a Lorenzo Brown como una gran opción para mejorar la posición de base.

El experimento no salió nada mal, por lo que el combinado femenino no dudó en seguir los pasos, apostando por Megan Gustafson. No había pisado España, no sabía el idioma, pero estaba dispuesta a vestir la camiseta nacional. Sería en una conversación con su representante cuando valoró la opción de jugar con una selección que no fuera EEUU, su país de nacimiento. Fue entonces cuando se iniciaron los acercamientos entre la FEB y la agente de la jugadora a finales de 2022.

Sería en junio de 2023 cuando se convertiría en jugadora española de pleno derecho y, a partir de ahí, ha jugado en algunas ventanas FIBA. Así, la deportista nacida en Minnesota, se convertía en jugadora española, siendo una de las elegidas para los Juegos. Y su debut olímpico no pudo ser más exitoso: sus 29 puntos la convirtieron en la máxima anotadora del equipo nacional y, sobre todo, en la gran razón de España para conseguir una trabajada victoria ante China.

La pívot zurda demostró ante el combinado asiático ser una jugadora diferencial. Dura en la zona, poderosa, potente y un pulmón incombustible -jugó 38 minutos-, además confirmó su capacidad anotadora. Con buenos movimientos en la zona, gran mano desde media distancia y movimientos de penetración para romper a la defensa rival que fueron fundamentales para dar a España el triunfo. Esa jugadora a la que la Universidad de Iowa retiró su camiseta, vivió su primera gran noche como española.

"Es increíble cómo me ha acogido todo el mundo en este país y en el equipo, que es como una familia. Es maravilloso. Mis compañeras me están ayudando en todo, son geniales. Y yo puedo ser yo misma y jugar como sé. El equipo me deja jugar a mi manera, en cada momento", explicaba la jugadora de Las Vegas Aces. Era curioso verla en cada tiempo muerto acompañada de otras jugadoras o de asistentes para traducirle en tiempo real las indicaciones que ofrecía Miguel Méndez.

El impresionante debut de Gustafson en los Juegos con España, muy bien acompañada por Leo Rodríguez, permite a la Selección soñar con grandes objetivos. No solo derribó a una de las grandes favoritas, sino que demostró que hay nivel para conseguir un éxito importante en París. Megan Gustafson no es de Tomelloso, pero se ha convertido por méritos propios en la gran estrella de la Selección española, una jugadora diferencial que puede ser la clave de un equipo llamado al triunfo.