'Keep calm and carry on': el Jorge Lorenzo más trabajado vuelve a su sitio

Jorge Lorenzo está “muy satisfecho”. Brotes verdes en su box de Yamaha. La calma regresa después de la tormenta de Qatar y Austin. El piloto mallorquín ha empezado a remontar el vuelo, a sacar brillo a su confianza y lo ha hecho machacando su físico, fortaleciendo su mente y desterrando los fantasmas que le provocaban cierta ansiedad. Las consecuencias están a la vista. El piloto de Yamaha cree que será en Le Mans donde pueda estar más cerca del rival a batir por todos, Marc Márquez. Y es que hasta el momento, el líder de MotoGP no ha encontrado rival. Este viernes lo volvió a demostrar en Francia siendo el más rápido en los primeros entrenamientos libres de la cita gala.

Mientras Marc Márquez sigue a lo suyo, Jorge Lorenzo parece haber hecho suyo el famoso lema ‘Keep calm and carry on’ (“Mantén la calma y sigue adelante”). La popularidad de la frase es reciente, pero ésta nació de la mano de Gran Bretaña en 1939 para subir la moral del país frente a las amenazas de la Segunda Guerra Mundial. Parece que el piloto de Yamaha ha seguido al pie de la letra el lema y que éste ha hecho efecto. Este viernes, Jorge Lorenzo se mostraba “muy satisfecho con el ritmo que hemos alcanzado porque es muy constante y también con mi pilotaje. Quizás ha sido el mejor día de este año”.

El piloto español iba un paso más allá y se mostraba esperanzado: “La posición no refleja mucho nuestro potencial porque hemos sido los únicos que hemos rodado todo el entrenamiento con los mismos neumáticos en lugar de montar el neumático blando nuevo al final de la sesión. Creo que con una goma nueva podíamos haber rebajado el tiempo incluso medio segundo. El ritmo es muy bueno, constante así que, en general, bien”. Además, Le Mans es el primer circuito lento, característica que beneficia al mallorquín: “Las curvas lentas no son muy lentas, son de segunda y nos viene muy bien. Hay dos frenadas fuertes, pero no perdemos mucho en ellas. Además, el neumático duro es casi imposible utilizarlo y eso también nos favorece”.

Ver la luz al final del túnel no ha sido fruto de la casualidad. Jorge Lorenzo ha trabajado en el apartado físico sin descanso. Tras la caída de Qatar y el error de la salida en Austin, su casillero tenía sólo seis puntos. El mallorquín necesitaba un respiro y se aisló en México junto a su padre Chicho, que tiene allí una escuela de pilotos, y su preparador físico, Marc Rovira. A través de sus redes sociales, el piloto de Yamaha reveló el exigente trabajo al que se estaba sometiendo. Desde entonces, no ha bajado el ritmo consciente de la importancia del físico para el piloto y aprovechando el tiempo entre carrera y carrera para llevar a cabo la pretemporada que no tuvo a causa de las tres intervenciones a las que fue sometido.

Con la base bien trabajada, Jorge Lorenzo tenía que reencontrarse con su confianza porque ésta no había desaparecido. Argentina supuso un punto de inflexión. Allí, en Termas del Río Hondo, el mallorquín hizo algo que no suele estar entre sus costumbres: presenció la salida de la carrera de Moto3, midiendo y estudiando el semáforo para no volver a cometer el mismo error que le lastró en Austin. En el mismo gran premio aseguró que el título había pasado a un segundo plano y que su objetivo era volver a ser competitivo. Dicho y hecho: cruzó la línea de meta en tercer lugar, un resultado que le supo a victoria. En Jerez fue cuarto, pero la cita sirvió para que el piloto de Yamaha siguiera con su proceso de recuperación. En Francia espera dar el paso determinante para volver a disfrutar y, por qué no, a pelear por el título pues ese es el sitio de los campeones como Jorge Lorenzo.