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La nueva catarsis de Sete Gibernau: de un padrino como El Pocero a Sito Pons
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COMPETIRÁ EN EL MUNDIAL DE MOTO-E

La nueva catarsis de Sete Gibernau: de un padrino como El Pocero a Sito Pons

Hasta mitad de esta temporada estuvo asesorando a Dani Pedrosa. Correrá con el Team Pons, con el que llegó a realizar una carrera de 250 cc en 1995

Foto: La de 2006, con Ducati, fue la última temporada completa de Sete Gibernau en MotoGP. (Reuters)
La de 2006, con Ducati, fue la última temporada completa de Sete Gibernau en MotoGP. (Reuters)

Hay muchos tópicos a los que podemos recurrir cuando alguien que se ha retirado de su actividad regresa a ella, y en el caso de Sete Gibernau, que el próximo mes de diciembre cumplirá 46 años, nos encontramos en su segundo regreso a las carreras. Gibernau lleva la competición en su ADN. Nieto de Francisco X. Bultó, Don Paco, fundador de Montesa junto a Pere Permanyer y de Bultaco, Gibernau dejó las carreras al finalizar el Mundial 2006 y regresó a la competición en 2009 de la mano de los hermanos Nieto, integrado en el equipo que patrocinaba Francisco Hernando, el constructor conocido como Paco El Pocero. Hace tiempo ya de eso y de sus frenadas y acelerones en los circuitos hasta que en 2019 vuelva a ellos compitiendo en la nueva categoría de motos eléctricas -Moto-E- de la mano de Sito Pons.

Había abandonado el Mundial tras fichar por el equipo oficial de Ducati, donde ni siquiera llegó a hacer un podio, y su última carrera, Portugal, se saldó con una fractura de clavícula. Su sustituto en Valencia, el último gran premio de la temporada, fue Troy Bayliss, y ganó la carrera. Y el piloto que ocupó su lugar en Ducati en 2007, Casey Stoner, fue campeón del mundo, dando a la marca italiana su único título mundial en MotoGP.

Foto: Solari, sonriente, durante una conferencia de prensa. (EFE)

Aquel primer regreso en 2009 fue como una catarsis. Incluso abandonó su dorsal habitual, el número 15, que le acompañaba desde 1998, adoptando el número 59 en homenaje a su abuelo, que en 1959 fundó Bultaco. Con una Ducati satélite y un equipo bisoño bajo la dirección de los hermanos Nieto, no iba a pelear por el Mundial, lo sabía, y quizás por primera vez en su vida corría para disfrutar, pero…

…al Pocero le pilló la crisis, fracasó su proyecto en Guinea Ecuatorial y cerró el grifo, provocando la disolución del equipo. Y Sete se despidió ya de forma definitiva de la competición: tenía 37 años y en esta breve experiencia los resultados nunca llegaron a acompañarle, así que optó por un discreto mutis por el foro.

Desde entonces, Gibernau parecía alejado del motociclismo. No se dejaba ver por los circuitos, y casi se hablaba más de él por cuestiones privadas que por asuntos relacionados con el motociclismo: su divorcio de la modelo Esther Cañadas, sus problemas con Hacienda (todavía de actualidad)… Pero por encima de todo, Gibernau evocaba el recuerdo de una época en la que el motociclismo español aspiraba a lo máximo, el título de MotoGP, y se estrellaba contra ese muro infranqueable llamado Valentino Rossi.

Volver con Pedrosa

Hace dos años, Sete fue recuperado para MotoGP por Dani Pedrosa. La verdad es que resulta difícil saber quién recuperó a quien, si Pedrosa a Sete o Gibernau a Dani, porque el todavía piloto de Honda pasaba por un momento crítico en su carrera deportiva: su ruptura con Alberto Puig, a cuya sombra se hizo un hombre; y una complicada situación en Honda tras una delicada operación en ambos brazos, efectuada por el doctor Ángel Villamor en 2015, que salvó su carrera deportiva.

En ese momento, Pedrosa carecía de un círculo de confianza, ese grupo que arropa al piloto y le da apoyo. Y de repente, apareció Gibernau para ayudar a su amigo Titanio. Así lo llamaba Sete cuando ambos coincidieron en el Mundial hace 15 años bajo el paraguas de Movistar como patrocinador. "Es ligero, duro y brillante como el titanio", dijo Gibernau de Pedrosa. Y desde 2017 era su consejero a tiempo parcial, aunque esta temporada intensificó su actividad.

Sete incluso llegó a subirse a las MotoGP del equipo Repsol en 2017. Fue en Jerez, en la pretemporada, cuando era necesario hacer el 'shakedown', la primera salida a pista de las motos nuevas para comprobar que todo funcionaba correctamente, una labor que normalmente realizan los pilotos de pruebas. Ese día llovía en Jerez y no había ningún probador en el circuito porque Honda canceló las pruebas debido al mal tiempo y todos se habían retirado al hotel. Pero era necesario probar las motos. Se lo propusieron y no se lo pensó dos veces: Sete rodó con las motos de Pedrosa y de Márquez. Esa fue la última vez que se subió a una moto de carreras.

Su trabajo con Pedrosa prosiguió con más intensidad si cabe en 2018, pero cuando el piloto anunció en julio su retirada, Gibernau dejó de acudir a los circuitos. En septiembre Pedrosa anunció su decisión, y la reciente paternidad de Sete hizo innecesaria su presencia. En realidad, la desilusión de Gibernau también pesó en esa decisión, una desilusión provocada por la falta de confianza del propio Pedrosa, que no le hizo partícipe de sus intenciones en el largo debate sobre su futuro con el que Pedrosa tuvo en vilo a todo el paddock de MotoGP.

placeholder Sete Gibernau volvió al Mundial de MotoGP en 2009, pero la aventura apenas duró media temporada. (Reuters)
Sete Gibernau volvió al Mundial de MotoGP en 2009, pero la aventura apenas duró media temporada. (Reuters)

Moto-E

Cada retirada, cada salida del ambiente de las carreras, ha sido discreta y sin hacer ruido. Ahora su enésimo regreso es sonado por lo sorprendente que ha resultado su anuncio, pero llega a lomos de la susurrante Moto-E, el campeonato para motos eléctricas que Dorna, el promotor del Mundial de MotoGP, pondrá en marcha la próxima temporada. Gibernau será piloto del Team Pons, en una curiosa parrilla de salida donde se alineará una mezcla de lo más heterogénea: pilotos activos, ilustres retirados, y algún desconocido para el gran público. Será digno de ver.

Sito Pons, como suele ser habitual, ha acertado de lleno: ha ganado la carrera del marketing y la comunicación, ofreciendo un nombre llamativo y familiar que forzosamente despierta el interés. No sabemos cuánto dará de sí el Mundial de Moto-E en su año fundacional, pero el primer impacto lo ha conseguido, y quién sabe si 15 años después volveremos a ver a Sete Gibernau en pugna por un título de rango mundial.

Hay muchos tópicos a los que podemos recurrir cuando alguien que se ha retirado de su actividad regresa a ella, y en el caso de Sete Gibernau, que el próximo mes de diciembre cumplirá 46 años, nos encontramos en su segundo regreso a las carreras. Gibernau lleva la competición en su ADN. Nieto de Francisco X. Bultó, Don Paco, fundador de Montesa junto a Pere Permanyer y de Bultaco, Gibernau dejó las carreras al finalizar el Mundial 2006 y regresó a la competición en 2009 de la mano de los hermanos Nieto, integrado en el equipo que patrocinaba Francisco Hernando, el constructor conocido como Paco El Pocero. Hace tiempo ya de eso y de sus frenadas y acelerones en los circuitos hasta que en 2019 vuelva a ellos compitiendo en la nueva categoría de motos eléctricas -Moto-E- de la mano de Sito Pons.