Marc Márquez les ha roto la cintura a sus rivales
Sirva este dicho futbolístico para expresar la situación que se vive en MotoGP, donde ahora mismo muchos pilotos tienen a Márquez metido en la cabeza.
Hace una semana, Marc Márquez preparó un viaje relámpago a Doha, para recibir la primera dosis de la vacuna de Pfizer, en un procedimiento insólito y complejo que el Gobierno de Catar ha puesto a disposición de MotoGP. Tiene previsto crear una burbuja de seguridad en torno a todos los implicados en el campeonato, vacunando a casi 1.500 personas entre pilotos, equipos, personal de Dorna y del circuito, periodistas… Y los concentrará en cinco hoteles de la capital catarí, durante dos semanas, para asegurar su aislamiento y prevenir cualquier riesgo de contagio, así como a los trabajadores de esos hoteles y todo el personal relacionado con MotoGP. Un operativo sin precedentes.
El caso es que Márquez voló a Doha el pasado sábado y recibió su dosis correspondiente, permaneciendo en la capital todo el domingo, para regresar a España el lunes por la mañana. Dispuesto a que este viaje relámpago no alterara su rutina de trabajo, que ha intensificado notablemente previa autorización de los médicos, no perdonó ni el entrenamiento del domingo.
Un grupo de pilotos se ejercitaba en el gimnasio de un hotel el domingo por la tarde, relajadamente, casi distraídos, cuando de repente se abre la puerta, ¿y quién aparece? Marc Márquez. Con total naturalidad saludó a la concurrencia y se fue directo a las máquinas para cumplir con su plan de entrenamiento. Los presentes, entre los que se contaba algún piloto de MotoGP, no se lo podían creer. Y menos aun cuando se puso a hacer pesas, luciendo una camiseta alguna talla más pequeña de la que suele usar, para marcar con mayor intensidad su espectacular forma física.
Y tal como vino, se fue, sin entretenerse mucho en charlar. Y al día siguiente, avión y rumbo a casa. Y el martes, primer entrenamiento “de verdad” en el Circuit de Catalunya, a lomos de una Honda RC213V-S, la especialísima y carísima moto de calle de edición limitada que Honda puso a la venta a un precio de 191.000 euros en 2015. Básicamente es una MotoGP matriculable, y aunque no tiene las mismas características que la RC213V con la que compite en el Mundial, permite ofrecer sensaciones muy aproximadas. Pol Espargaró también se entrenó con ella el pasado mes de febrero antes de subirse por primera vez a su moto de carreras.
Lo cierto es que Márquez en Montmeló se aplicó a gusto, y volvimos a verlo codo al suelo, prácticamente con su pilotaje habitual, en un vídeo generosamente compartido por los patrocinadores del equipo.
Día de Test en Montmeló con la RC213V-S! ✊🏼
— Marc Márquez (@marcmarquez93) March 16, 2021
Test day in Montmelo with the RC213V-S!#stepbystep pic.twitter.com/saTofU3PN2
Una preocupación más
Mientras tanto, Márquez sigue sin decir esta boca es mía. No ha confirmado si correrá en el primer Gran Premio de la temporada el próximo 28 de marzo. Lo que sí es seguro es que acudirá a Doha dentro de los plazos previstos para recibir la segunda dosis de la vacuna, y se integrará en la burbuja de MotoGP, hasta después de la segunda carrera, el Gran Premio de Doha, que se disputará el 4 de abril.
Si corre o no es decisión suya, siempre que le autoricen los médicos. Aunque muchos quieran negarlo, la duda sobre su presencia tiene un efecto psicológico en sus rivales. En los pilotos la condición mental en la que se encuentren resulta fundamental para su rendimiento, está por encima del físico. La aparición de Márquez en Doha, su salida en Montmeló, y la emisión del documental “Fearless” ("Sin Miedo", ¡qué manía con los extranjerismos!) en DAZN, donde Márquez es el protagonista absoluto, es una estrategia claramente destinada a debilitar a la competencia. Porque aunque solo sea un instante, ese instante que dedican a contemplar la exhibición de Márquez y a pensar, “¿este tío va a correr?”, es un tiempo valioso que detraen de su mayor preocupación: el Mundial 2021.
Unos días antes de la primera carrera Márquez ha exhibido su precioso pelaje ante otros machos dominantes. "Aquí estoy yo". Pero ya veremos si corre en Losail o no, y si será ahora en marzo o en abril. No tiene prisa, aunque él no lo descarta.
Algunas ilustres leyendas del campeonato, como Giacomo Agostini, con sus quince títulos mundiales a cuestas, le anima a correr y a terminar el último. ¿El último? Es evidente que aunque decida correr en Losail el 28 de marzo no estará plenamente recuperado y no podrá dar todo su potencial, ni siquiera sabe cuál será su potencial y cómo se sentirá sobre la moto, pero el reto que le propone Agostini, el de terminar aunque sea el último, si lo acepta, es uno de los mayores desafíos a los que se podrá enfrentar Márquez: correr para no ganar, correr por correr, sin más motivación que estar y acabar. Y saber controlar su voracidad. Eso sí que es un desafío para él.
Hace una semana, Marc Márquez preparó un viaje relámpago a Doha, para recibir la primera dosis de la vacuna de Pfizer, en un procedimiento insólito y complejo que el Gobierno de Catar ha puesto a disposición de MotoGP. Tiene previsto crear una burbuja de seguridad en torno a todos los implicados en el campeonato, vacunando a casi 1.500 personas entre pilotos, equipos, personal de Dorna y del circuito, periodistas… Y los concentrará en cinco hoteles de la capital catarí, durante dos semanas, para asegurar su aislamiento y prevenir cualquier riesgo de contagio, así como a los trabajadores de esos hoteles y todo el personal relacionado con MotoGP. Un operativo sin precedentes.
El caso es que Márquez voló a Doha el pasado sábado y recibió su dosis correspondiente, permaneciendo en la capital todo el domingo, para regresar a España el lunes por la mañana. Dispuesto a que este viaje relámpago no alterara su rutina de trabajo, que ha intensificado notablemente previa autorización de los médicos, no perdonó ni el entrenamiento del domingo.
Un grupo de pilotos se ejercitaba en el gimnasio de un hotel el domingo por la tarde, relajadamente, casi distraídos, cuando de repente se abre la puerta, ¿y quién aparece? Marc Márquez. Con total naturalidad saludó a la concurrencia y se fue directo a las máquinas para cumplir con su plan de entrenamiento. Los presentes, entre los que se contaba algún piloto de MotoGP, no se lo podían creer. Y menos aun cuando se puso a hacer pesas, luciendo una camiseta alguna talla más pequeña de la que suele usar, para marcar con mayor intensidad su espectacular forma física.