Tom Brady y Valentino Rossi: cuando una leyenda es capaz de trascender a su deporte

Dos iconos mundiales del deporte anuncian su retirada de la competición prácticamente de forma simultánea. Seas aficionado o no al fútbol americano o a las motos, tanto Tom Brady (San Mateo, California, EE.UU 1977) como Valentino Rossi (Urbino, Italia 1979) han disfrutado unas carreras deportivas tan gloriosas que les ha situado indiscutiblemente a ambos en el olimpo de las principales estrellas del deporte de todos los tiempos.

Es un debate estéril el de sí ambos son o no son los mejores de la historia en su especialidad. Es imposible comparar objetivamente épocas diferentes, pero es indiscutible que ningún jugador de fútbol americano ni ningún motociclista han alcanzado jamás una notoriedad mediática global cercana a la que han logrado Brady y Rossi. Los deportes que les dieron fama se enfrentan así a una situación muy difícil. Sin ellos se quedan huérfanos de su principal figura y gancho comercial.

Porque hay que recordar que tanto el fútbol americano como el motociclismo gozan de gran popularidad en unos mercados muy concretos, pero a nivel mundial son deportes relativamente minoritarios. La fuerza de la NFL (National Football League) se localiza en Norteamérica y la de MotoGP en la Europa Mediterránea y el sudeste asiático. Fuera de ahí raro es el país donde tanto uno como otro deporte entran en el ranking de los diez deportes más populares. El reconocimiento global que ambos disfrutan es la mejor prueba de que, además de tener talento y carisma a rabiar, también han sabido trascender a su deporte.

Igualados a siete títulos

Las similitudes entre ambos son impresionantes. Por ejemplo, ambos han estado prácticamente el mismo número de temporadas en la élite (22 temporadas de Brady por 21 de Rossi) y ambos ostentan el mismo número de galardones (7 Superbowls del californiano por siete títulos de MotoGP del italiano). Y para redondear las curiosidades, ambos irrumpieron espectacularmente en la competición sustituyendo a estrellas lesionadas.

Brady ganó en 2001 su primer título en el mismo año que lo hiciera Rossi. Su equipo, los New England Patriots iban perdiendo la final contra los St. Louis Rams. Para terminar de complicar la situación a principio de temporada se lesionó Drew Bledsoe, el quarterback estrella de los Patriots de toda la vida. Brady era el titular ese día en el campo y nadie daba un duro para que un jovenzuelo sin experiencia diera la vuelta al partido, sin embargo y para asombro general encadenó tres jugadas geniales que propiciaron la remontada y mantuvo como un veterano a su equipo en unos minutos finales de infarto.

Valentino también entró en MotoGp sustituyendo a una gran estrella, Mick Doohan, lesionado de gravedad en la carrera de Jerez de 2000. Al igual que hiciera Bill Belichick, el ‘coach’ de los Patriots, que dio los galones de mando a Brady sabedor de la mina de oro que había descubierto, Honda puso a disposición del joven Rossi toda la estructura que hasta ese momento había estado dedicada a Doohan. A pocos quedaban dudas del talento de ‘VR46’ a tenor de lo demostrado en las categorías inferiores, pero había que tener las ideas muy claras para ponerle a liderar.

Honda no sólo había tenido que asumir la retirada de Doohan. También empezó a sentir que Alex Crivillé a pesar de ser el vigente campeón mundial, ya no era el mismo a causa de sus problemas de salud. Valentino pagó el precio de debutar sin experiencia previa y perdió por muy poco su primer mundial en el año de su debut ante Kenny Roberts Jr.. Pero a partir de aquel momento se convirtió en el absoluto dominador del motociclismo hasta la llegada de Jorge Lorenzo y Marc Márquez varios años después.

Aunque sean deportes absolutamente incomparables, Tom y Valentino también coinciden en haber sido los principales motores de venta de merchandising de sus respectivos deportes. No hacía falta ser aficionado para que una camiseta con el número 12 de Brady o el número 46 de Rossi, se convirtiera en uno de los souvenirs más buscados del mundo. Las estratosféricas sumas que ambos deportistas obtenían por este concepto les situaban entre los atletas mejor pagados del planeta.

Iconos globales sin ser futbolistas

Por supuesto que Cristiano Ronaldo o Lionel Messi podrían estar por delante de Brady y Rossi en concepto de ventas de merchandising, pero conviene insistir que mientras que el fútbol (soccer) es el gran deporte global, el fútbol americano y el motociclismo son deportes más regionales. El mérito es enorme. Claro que estar casado con la supermodelo Gisele Bündchen, como es el caso de Brady, o asociarse durante mucho tiempo a Ferrari como en el de Rossi, ayuda al reconocimiento global, pero a ambos les une un factor importante: su inteligencia.

Que nadie se engañe. Para igualar el impacto global de Brady y de Rossi no basta con derrochar talento o coleccionar títulos. Hay que saber romper la cáscara de tu deporte y trabajar muy bien tu imagen para ser reconocido más allá de la especialidad en la que eres un héroe. Ambos han cuidado de forma exquisita su ‘marketing’, anteponiendo a menudo en sus contratos de patrocinio el tipo de activación y alcance global por encima del dinero.

Tanto la NFL como Dorna, los respectivos promotores del fútbol americano y de MotoGP se enfrentan a una tesitura complicada. El vacío que dejan sus estrellas es gigantesco y necesitan con urgencia que gente como Aaron Donald o Patrick Mahomes tomen el testigo de Brady o que Marc Márquez o Fabio Quartararo hagan lo propio con Rossi. Talento y carisma no les falta, pero la clave será saber si serán capaces de trascender a su deporte como lo han hecho Tom Brady y Valentino Rossi, No es tarea fácil.