Penitentes, sólo 13 kilómetros antes de que comience el sufrimiento

Fernando Garrido llamó desde Penitentes para tranquilizarnos: “mañana no se madruga. A las nueve empezamos a andar ¡sólo son seis horas! Las mulas se levantan antes”. El viento se personó tan pronto se acercaron al Cerro. La temperatura, fuerte estos días en Mendoza, comienza a flaquear. A las 15 horas llegarán a Pampa de Leñas: algún día habrá que indagar el porqué de estos nombres Pampa de Leñas, Casa de Piedra… Los arrieros ayudarán a preparar el bife, la entraña, el vacío, la tira, la tapa, el matambre. Viandas compradas en el Mercado Central de Mendoza que serán su penúltimo festín. Las mulas cargan el material y las tiendas de altitud, tres para cinco. El guía se reserva una para él solo, tiene sus privilegios. Las montarán después de comer. Nuestros cuatro andinistas se emparejarán. Es un momento importante cuando se decide con quién vas a compartir tienda las próximas trece noches. La altitud produce muchas alteraciones en el organismo, pero no son menores las que provoca en nuestro carácter. La convivencia puede no ser fácil, entonces el papel del guía se convierte en fundamental.

Ayer sábado se inició la marcha de aproximación al campo base de Plaza Argentina. Comienza el sufrimiento. El 4 de mayo de 1969, en este mismo lugar, en Punta de Vacas, Mario Luis Rodríguez, Silo, fundador del Movimiento Humanista declamó La Curación del Sufrimiento. Explicó que el conocimiento más importante para la vida está referido a su comprensión y superación. “Purifica el deseo, que habrás de sacrificar con eso la rueda del placer, pero también la rueda del sufrimiento”. Durante la dictadura militar de Onganía, Silo marchó con sus amigos y seguidores a la cordillera de los Andes, allí dio su sermón de la montaña. Influidos por las ideas del budismo zen, el teatro del absurdo de Ionesco, el existencialismo de Sartre y el materialismo de Marx. En 1999 y de nuevo en Punta de Vacas, su fundador reconocía “el triunfo provisorio del antihumanismo y el fracaso de nuestro valores”. A su manera anticipaba lo que el nuevo siglo nos iba a deparar y al menos en eso no erró.

Ríos de chocolate. El recorrido de unos 13 kilómetros comienza entrando en la quebrada del río Vacas que desciende del Aconcagua. Charles Darwin lo cruzó. En su libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo lo describe así: “Al otro día por la tarde llegamos a la orilla del río de Las Vacas que se considera como el torrente de la cordillera más difícil de atravesar. Como son muy rápidos y muy cortos estos torrentes y formados por la fusión de las nieves, la hora del día ejerce mucha influencia sobre el volumen. Por la tarde están lodosos e impetuosos, pero al apuntar el día disminuye el agua en cantidad y está mucho más clara. Así sucede con el río Vacas que pasamos al rayar el día sin gran dificultad".

La marcha tiene un perfil poco exigente. Remonta por la margen izquierda, que cae al oeste, y discurre en paralelo a un pequeño arroyo. La huelladel camino está muy marcada por el continuo ir y venir de las mulas. Mantendrán la margen izquierda y vadearán varios arroyos, alguno bastante bravo, que bajan de las laderas para desembocar en el rio Vacas. Cuando lleguen al control en Pampa de Leñas los guardaparques les visaran los permisos de entrada. También les darán una bolsa de plástico con un identificador personal. Esta bolsa debe devolverse conteniendo un volumen de heces coherente con el tiempo que se supone has estado en campos de altitud, donde no dispones de letrinas. Es un sistema que se emplea también en los Parques Nacionales de Estados Unidos.

El pasado mes de junio el alpinistaConrad Ankery el escritor de libros de montañaJon Krakauertuvieron un desliz en elParque Nacional Denali, en Alaska, donde se eleva el pico más alto de América del Norte, elMcKinley(6.194m). Después de una parada de emergencia, “depusieron, no recogieron y olvidaron…” Sin saber que la vieja del visillo no conoce fronteras. No fueron multados pero debieron ayudar a limpiar el monte. Así que esa bolsa con el identificador hay que cuidarla como oro en paño y ser muy respetuosos con el entorno. El Parque Aconcagua genera importantes ingresos para la ciudad de Mendoza y como cualquier actividad también produce residuos. En la pasada temporada, de noviembre 2012 a abril de 2013, se recogieron cerca de 39.000 kilos de basura doméstica y más de 19.000 kilos de materia fecal evacuada desde los campamentos.