La nueva vida del mito Petr Cech: de ganar la Champions a triunfar como portero de hockey

Michael Jordan, Michael Phelps, Usain Bolt o Muhammad Ali tiene algo en común: no solo llegaron a dominar el deporte que practicaban sino que, al retirarse, trataron de brillar también en otras disciplinas sin éxito. No es fácil para un atleta de élite ser una referencia mundial y, tras probar suerte en otros deportes, volver a brillar al mismo nivel anterior. Pero hay un deportista que está en camino de conseguirlo y, de momento, sus números asustan: Petr Cech.

El checo es toda una leyenda en la portería. De hecho, si hablamos de guardametas que han marcado una época en el fútbol, mundial de los últimos años, el nombre de Cech es uno de los que siempre aparece en las quinielas. Es más, tiene el honor de ser el primer portero en la historia del balompié que alcanzó las 1.000 paradas -al menos, el primero desde que existen las estadísticas- y de ser el quinto de todos los tiempos en jugar más partidos.

Tras sus grandes números en Bisani, Sparta de Praga y Stade Rennais, el Chelsea no dudó en hacerse con sus servicios. Cech se convirtió en una leyenda, uno de los jugadores más reconocibles del proyecto de Roman Abramovich y en una de las grandes figuras de aquel equipo que conquistó su primera Champions en 2012. Ganó 15 títulos con los blues, aunque su imagen más icónica es la de su chichonera en la cabeza que le acompañó buena parte de su carrera.

Era octubre de 2006, en un partido que enfrentaba al Chelsea con el Reading. En un balón dividido, Steven Hunt golpeó sin querer la cabeza de Cech en su salida a por el balón. Aquel impacto provocaría un hundimiento en el cráneo del checo y, tras ser intervenido y varios meses de baja, aquel casco más típico del rugby le acompañó durante toda su carrera. Convertido en leyenda del Chelsea, en 2015 ficharía por el Arsenal, donde jugó cuatro años antes de su retirada.

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Un año después de colgar los guantes, Cech decidió probar una nueva experiencia: jugar al hockey hielo. Desde que era niño, este deporte tan tradicional en la República Checa era una de sus grandes aficiones, pero lo dejó de practicar cuando vio que podía ser profesional en el fútbol. Por ello, no dudó en probar en el Guildford Phoenix de la División Suroeste NIHL 2, la cuarta categoría británica: en su debut, detuvo dos penaltis y firmó un 97% de paradas. Casi nada.

Desde ese momento, no ha hecho más que crecer en el hockey hielo. Sus enormes actuaciones en Guildford le permitieron fichar por el Chelmsford Chieftain, de Tercera División. Allí logró su primer MVP, firmando 62 paradas de 64 lanzamientos y provocando que buena parte de los clubes empezaran a poner sus ojos en él. Tanto que, un curso después, fichaba por Oxford City Stars, de Segunda. Los datos no mentían: no había bajado del 90% de acierto en paradas desde su debut.

Este hecho ha provocado que, hace escasos días, llegara la noticia: los Belfast Giants necesitaban un portero y no dudaron en pedir la cesión de Petr Cech. Así, en solo cinco temporadas, el portero checo ha llegado a la Primera División de hockey hielo en Reino Unido, con uno de los mejores porcentajes de paradas y mostrando un nivel realmente alto. Cech tiene una segunda vida en el deporte y quiere seguir disfrutando mientras que el cuerpo aguante.