España se apodera de una Montecarlo sin 'glamour'

El tenis español vuelve a estar en la cresta de la ola. Montecarlo, la primera cita de la temporada de tierra batida, está dejando muy buenas sensaciones para la ‘Armada’ que ha logrado meter a tres de sus artilleros en semifinales.

Un Masters 1000 que este año ha estado algo ‘descafeinado’ por la ausencia de grandes como Federer, Del Potro, Roddick, Soderling o Davydenko, que han restado ‘glamour’ a un torneo en el que sólo han participado cuatro tenistas del Top 10 de la ATP (Djokovic, Nadal, Cilic y Tsonga).

Pese a todo, el trabajo de la ‘Armada’ sobre tierra batida ha sido de sobresaliente. Hasta cinco españoles lograron llegar a la eliminatoria de cuartos de final. Una vez allí, tuvieron que disputar duelos fraticidas para llegar al penúltimo escalón antes de levantar el trofeo.

Rafa Nadal tuvo que pelear por el triunfo contra un Ferrero que ya dio la campanada en octavos deshaciéndose de Jo-Wilfried Tsonga, mientras que Verdasco acabó con las esperanzas de Albert Montañés en tres mangas y se clasificó por primera vez para las semifinales de un torneo Masters 1.000.

Para poner la guinda a la tarta de tenistas españoles, Ferrer se impuso al alemán Philipp Kohlschreiber sellando así su pase a las primeras 'semis' de su vida en Montecarlo y las cuartas de su carrera en un Masters.

Djokovic ante la ‘Armada’

Djokovic será el único jugador que ‘desentone’ en unas semifinales made in Spain. "Para mí es una gran responsabilidad ser el representante del resto del mundo”, aseguraba el serbio, que ahora se tendrá que medir en semifinales a Verdasco.

Y es que si Djokovic consigue deshacerse del madrileño, tendrá que medirse a otro español en la gran final. Será que salga de la eliminatoria que enfrentará a Rafa Nadal se enfrentará con David Ferrer.

El de Manacor, fiel a su estilo, ha ido pasando rondas sin desgastarse. El rey de la tierra batida ahora se enfrenta al penúltimo escalón antes de conseguir su primer título de la temporada, algo que ansía después de un año difícil, en el que las lesiones y la falta de triunfos, han hecho mella en su moral y su rendimiento deportivo. Sería la séptima vez de forma consecutiva que conseguiría alzarse con el trofeo y supondría un gran comienzo en su circuito preferido, la tierra batida.

Enfrente tendrá un rival difícil, un David Ferrer que está demostrando que se encuentra en uno de sus mejores momentos como tenista, y que no quiere echar por tierra el esfuerzo que le ha supuesto conseguir su mejor marca en el presente torneo, donde hasta en cuatro ocasiones se había quedado a las puertas de semifinales. Montecarlo dictará sentencia.