Nadal recupera su poderío pero depende de Federer para no perder el número uno

Por fin apareció el Nadal de las grandes ocasiones. Lo hizo ante Robin Soderling, uno de los rivales más duros, y en el momento justo. Ayer, demostró que la arcilla de París es su hábitat natural y despejó las dudas que habían aparecido tras el bajón sufrido en alguno de sus últimos partidos. Está a un paso de la final, la que sería su sexta en siete años, pero tan cerca está de ser finalista como de perder su número uno.

Novak Djokovic está a solo una victoria de colocarse en el primer puesto de la ATP, por lo que Roger Federer, su rival en semifinales, es el único que puede impedir que Rafa pierda mañana su privilegiado puesto dentro del tenis mundial. El mismo que otrora le disputaba casi todas las grandes finales y fue su adversario más temido tiene hoy en su raqueta el número uno del manacorí.

Lo de Djokovic puede ser objeto de estudio. No sabe lo que es perder un encuentro en lo que va de año y su progresión en el ránking de la clasificación mundial ha sido meteórica. Dentro de las 41 victorias que suma este año, las cuatro finales que ganó a Nadal le han catapultado a lo más alto, mientras que el tenista español se ha visto incapaz de defender sus puntos ante el serbio.

Ellos le restan importancia, pero no hace falta estar en la cabeza de Nadal para saber que casi con toda probabilidad preferiría, en caso de disputar la final, no hacerlo frente el serbio antes que perder el honor de ser número uno. Aunque no hay escenario mejor que el de Roland Garros para intentar vencer a su bestia negra y vengar los últimos cuatro torneos perdidos.

El público de París, con cualquiera menos con Nadal

Con quien sabe que no contará Rafa es con el público francés, que ayer, para no perder la costumbre, se volcó con su rival. Los gritos de "Robin, Robin" mostraron una vez más la hostilidad que el español tiene que soportar en cada uno de los encuentros. Si ayer los aficionados animaron constantemente a Soderling durante el partido de cuartos, mañana en las semifinales arroparán a Andy Murray. De eso no hay ninguna duda.

Pero al margen de récords, ránkinkgs y posibles rivales, la mejor noticia la ha protagonizado el propio Rafa Nadal. Su juego de ayer experimentó una "mejoría general, sin lagunas" y logró una importante victoria "con mucha solidez", según reconoció el mallorquín al término del encuentro. Su derecha ha recuperado consistencia y si bien los dos primeros sets ante Soderling resultaron más fáciles, en el tercero tuvo que emplearse a fondo y su capacidad de concentración volvió a estar al máximo. Tras ser cuestionado por el juego irregular desplegado últimamente, Nadal ha vuelto a ser 'el pentacampeón'. Ahora falta que también lo demuestre en semifinales ante Murray.

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