Wimbledon también presiona a Nadal: solo un partido separa a Djokovic del número uno

Rafa Nadal es el rey de la arcilla de París. Lo demostró ganando de nuevo a Roger Federer y alzando el que es ya su sexto trofeo. Roland Garros le ha dado un respiro al mallorquín, pero sabe que Novak Djokovic, su rival más directo, sigue al más alto nivel y la ventaja que aún le permite encaramarse al número uno es mínima. Tanto, que en el próximo Grand Slam volverá a repetirse la misma situación que en el Abierto de Francia. Nadal está obligado a defender el título y ganar Wimbledon, de lo contrario, si el serbio da todo lo que se espera de él, se convertirá en el nuevo líder del ránking de la ATP.

Y es que ser número uno es un privilegio, pero también una situación de presión. Ayer, Nadal cumplió 100 semanas en lo más alto del tenis mundial, pero sabe que su trono peligra, aunque no es algo que le quite el sueño. Todos los torneos que ganó el pasado año -Tokio, US Open, Wimbledon, Roland Garros, Madrid, Roma y Montecarlo- y todos los puntos que sumó, ahora tiene que defenderlos, mientras Djokovic no hace más que comerle terreno. Las cuatro finales que el serbio le ha ganado este 2011 han tenido mucho que ver en la ventaja que ha cedido y que ahora es demasiado escasa. Solo 45 puntos separan a los dos mejores tenistas del momento.

En el momento en que Nadal pierda un partido sobre la hierba de Londres y Djokovic se mantenga vivo en el torneo, el número uno cambiará de dueño. El de Manacor defiende los 2.000 puntos de Wimbledon pero por el hecho de ser campeón no sumará ninguno y su único objetivo es el de mantenerlos. Mientras, el serbio está obligado a llegar a las semifinales, eliminatoria en la que cayó en la pasada edición, para empezar a sumar. La presión será exactamente la misma que en la tierra de París, donde Nadal salió favorecido. Si además Djokovic se mantiene al nivel que ha demostrado este año, este escenario será la tónica general de la temporada.

Queen's, el calentamiento antes de Wimbledon

El flamante hexacampeón de Roland Garros preparará su siguiente gran objetivo en Queen's, donde no estará Djokovic a causa de una lesión en su rodilla. Es un torneo menor -solo hay 250 puntos en juego-, pero le servirá para habituarse a la hierba, el medio que menos favorece su juego. Por tanto, no podrá arañar una cantidad de puntos que le permita lograr una distancia prudencial respecto a su perseguidor de cara a Londres, teniendo en cuenta además que necesita pasar de cuartos para sumar.

Nadal hizo despertar ciertas dudas sobre su rendimiento en alguno de sus últimos partidos. Aun así, ha revalidado su título y ha dado un golpe sobre la mesa dejando claro su poderío en tierra. El problema es que su más directo rival está a un nivel más alto de lo normal y lo que es más importante, no flaquea. Eso significa que cualquier fallo de Rafa tendrá consecuencias, porque ahí está Djokovic, al acecho mientras no se cansa de sumar victorias (41 consecutivas hasta que cayó ante Federer). No es una buena noticia para Nadal, pero sí para el tenis.