Nadal vive una 'pesadilla' empapado en sudor y en su pista maldita

Si el actual número uno del mundo tuviera que imaginar su peor ‘pesadilla tenística’, lesiones al margen, seguro que ésa no sería muy distinta a la experiencia vivida este sábado en Shanghái. Además de la dura semifinal que le tocó jugar,Rafa Nadal tuvo que ver como Djokovic se adjudicaba el triunfo por segundo año consecutivo ante Del Potro6-1, 3-6 y 7-6 (3).

En su partido, Nadal apenas tuvo respuesta ante un Del Potro sensacional que llenó el marcador de puntos a su favor gracias a una batería constante de ‘misiles’ desde el fondo de la pista en semifinales. Una cancha, la china, que es sin duda la que menos gloria ha dado al español de entre todas las que conforman la élite del deporte de la raqueta.

Primero por la superficie, una de las más rápidas del circuito y que convierte en muy peligroso a cualquier rival capaz de lanzar pelotas planas a mayor velocidad que la media. Y segundo por la condiciones meteorológicas tan particulares que tiene en estas fechas la gigantesca ciudad costera del sudeste asiático.

La humedad durante este torneo ha sido exageradamente alta tras el paso de un tifón, fenómeno habitual por la zona en esta época del año. Las imágenes de Rafa empapado totalmente en sudor desde nada más comenzar sus partidos no dejaban indiferente a nadie. Incluso, los operarios tenían que secar la pista de vez en cuando, en una imagen más típica de otros deportes. Ante Del Potro, Nadal se tuvo que cambiar de camiseta cuando sólo se llevaban disputados siete juegos, para deleite por cierto del sector femenino de la animada afición que siempre llena las gradas allí.

En esas condiciones y con ese tipo de partido, el juego de Nadal se hace más estéril que nunca. No le ha importado jamás al mallorquín sentirse dominado por un rival que le obliga a un gran desgaste físico. Al contrario, muchas de las mayores de sus gestas se han basado en la desesperación que transmite a sus rivales al parecer capaz de salvar cualquier bola. Pero en tan extremas circunstancias, este sábado se vio un Nadal un punto más lento, incapaz de sobreponerse en ningún momento a los ‘cañonazos’ que a una y otra esquina le lanzaba Del Potro.

Las ganas de luchar hasta el final no le faltaron a Rafa, pero al verse totalmente superado y sin apenas opciones, tras un torneo donde no había cedido ni un juego a su servicio, no le quedó otra que aceptar esta vez su inferioridad con resignación. “Necesito una banana” se le escuchó decir en su silla a los pocos juegos. Y cuando a punto estaba de acabarse el partido, Rafa habló con el juez de silla en una conversación que emitieron las cámaras en directo: “No ha fallado ni un primero”, se quejaba el español, en referencia al estado de gracia de su adversario que no le permitió romperle ninguna vez el saque.

Errores extraños en Nadal

Luego, los pequeños detalles tampoco favorecieron al número uno, que erró más dobles faltas de las entendibles y no aprovechó dos segundos servicios de Del Potro cuando se agotaban sus últimas oportunidades de remontada.

Se cerró así en dos sets una auténtica pesadilla para Nadal, en un lugar donde nunca ha alzado título alguno, ni celebrándose el Masters 1000 actual ni en el periodo en que esta pista servía para poner el broche a la temporada anual con la Copa de Maestros. De hecho allí ha cosechado dos derrotas prematuras contra rivales que rara vez le han plantado cara como Melzer o Mayer, y sólo una vez llegó a la final, en 2009, donde perdió contra el ruso Davidenko.

De entre las canchas más importantes del calendario, aparte de la pista china, sólo la de Paris-Bercy, el próximo Masters 1000 (y último del año) y el O2 Arena de Londres, donde se celebra últimamente la Copa de Maestros, tampoco le han visto ganar nunca a Rafa. La diferencia es que en Shanghái ha disputado un total de seis torneos y en los otros dos lugares, tres respectivamente. Está claro que el bello Qizhong chino es su complejo maldito y parece que ni con todo el sudor del mundo consigue cambiar esta dinámica.