Suárez y Muguruza o cómo no tropezar dos veces en la misma piedra

Rozaron las semifinales con la punta de los dedos. Las tuvieron al alcance de la mano, pero al final la falta de experiencia, los nervios y algunos detalles les privaron de pisar la antesala de la final de Roland Garros. A pesar de caer en los cuartos, Carla Suárez (25) y Garbiñe Muguruza (20) no se han despedido de París. Aún les queda una batalla que librar en la que unirán fuerzas para no tropezar dos veces en la misma piedra. La española y la hispano-venezolana forman pareja en los dobles y pelearán por el puesto de semifinales que se les ha resistido en individuales. Carla espera que la progresión que su tenis está experimentando en la arcilla parisina siga combinando a la perfección con las maneras de Garbiñe, la revelación de la cita.

Se ha ganado ese honor a golpe de raqueta. La tenista hispano-venezolana centró todos los focos de Roland Garros en su figura después de derrotar a Serena Williams, la número uno de la WTA. Por primera vez, el debate sobre los colores de qué país defenderá se quedó en un segundo plano. Garbiñe Muguruza nunca ha ocultado que una de sus armas es no tener miedo; en París lo ha vuelto a demostrar “plantando cara a las buenas de verdad”. Se trata de una jugadora distinta, atrevida y por ello confesó que la tristeza le duró diez minutos antes de asumir que había hecho un buen papel pisando por primera vez los cuartos de un Grand Slam.

A punto de estrenarse en unas semifinales estuvo Carla Suárez, pero como su compañera de dobles, se quedó con la miel en los labios. Y eso que las cosas no empezaron como había planeado. En los primeros partidos las dudas sobre el juego de la jugadora de Gran Canaria aparecieron: sufría sobre la tierra batida de París y su nivel estaba lejos del mostrado hasta el momento. A pesar de no encontrarse cómoda con la raqueta, las victorias llegaban una tras otra siendo el tercer partido su punto de inflexión. A partir de ahí, las mejoras llegaron de forma progresiva hasta plantarse en cuartos, un nivel al que “nadie te enseña a jugar aunque no eran los primeros que jugaba”. Con opciones de meterse por primera vez en unas semifinales de un Grand Slam, Suárez se despertó bruscamente de su sueño.

Las derrotas no han hecho mella en la moral de la pareja. O al menos, eso es lo que se desprende de sus palabras. Muguruza avisó que se “concentrará ‘a full’ en el doble para ver si conseguimos pasar de cuartos” mientras Carla aseguró que este miércoles “se podrá ver nuestra madurez. Tenemos que cambiar el chip para sobreponernos. Tengo ganas e ilusión de hacer un gran resultado”. Ni la una ni la otra quieren tropezar en la misma piedra dos veces en 24 horas. Es por ello que aplicarán todo lo aprendido en sus partidos individuales a su batalla de dobles.

Las derrotas ante Sharapova y Bouchard les ha proporcionado el empujón necesario para “mejorar la mentalidad en los momentos clave. Ahora tengo confianza, creo en mí misma. Estos partidos te dan mucha experiencia y es bueno para mí ver que tengo el nivel. Es importante creer que puedes ganar”. Muguruza desprende un optimismo que se amolda a la madurez adquirida por Suárez: “Son partidos que te hacen ver las cosas diferentes, de ellos vamos a aprender muchísimo y sacaremos lecciones”. La primera apunta a no cometer el mismo error dos veces y han demostrado tener calidad para evitarlo.