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El porqué de la nueva lesión de Rafa Nadal (abdomen) y el problema para coger su nivel
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el objetivo, llegar a la copa de maestros

El porqué de la nueva lesión de Rafa Nadal (abdomen) y el problema para coger su nivel

Rafa Nadal no puede competir en París por una molestia en el abdominal, algo que es bastante común en el deporte de la raqueta por el movimiento agresivo que se hace en el servicio

Foto: Nadal, en el anuncio de que no jugará en París. (EFE)
Nadal, en el anuncio de que no jugará en París. (EFE)

Todos los deportes tienen asociadas lesiones, molestias que se repiten en muchos jugadores diferentes. Eso es, en primer lugar, porque el deporte de élite es una búsqueda de los límites y eso implica con bastante frecuencia pasarlos, con las consecuencias que eso tiene para el físico. Cada disciplina tiene sus cosas, algunas muy obvias, otras algo más rebuscadas. Rafa Nadal tiene problemas en el abdomen y, así dicho, parece que es algo extraño, pero en realidad es una de las molestias más comunes en el mundo del tenis. Y tiene explicación.

De todos los golpeos del deporte hay uno que destaca por su violencia, el servicio. Las derechas y reveses que van pegando a lo largo del juego tienen un recorrido natural, casi orgánico. No se puede decir lo mismo del saque, un movimiento que es antinatural y muy agresivo, que pone en tensión muchos músculos y los puede llegar a tensar hasta la rotura. Ocurre en la espalda, que suele estar también entre las principales dudas de los tenistas, y también en el abdomen. No suelen ser estas lesiones muy graves, pero sí muy molestas y que incapacitan en el saque.

Foto: Fotografía facilitada por La Vanguardia de Rafa Nadal  ayudando en las tareas de limpieza en el municipio mallorquín de Sant Llorenç. Opinión

Los problemas son más frecuentes cuando la preparación es anómala, como le pasa a cualquier deportista. Nadal lleva semanas entrenándose a medio gas, fundamentalmente por problemas en las rodillas, y eso probablemente no le ha permitido ejercitarse con el regimen cotidiano. De ese tipo de cuestiones es más posible que salgan dolencias nuevas, aunque no sean tan graves como las previas.

El problema con Nadal, por todos es sabido, está en las rodillas. Tiene una tendinitis crónica que le acompañará incluso cuando haya dejado la competición. Es una enfermedad que siempre está presente, pero no siempre duele igual, y de la intensidad depende el tenis que pueda dar Rafa. Es, además, una dolencia que exige descanso y que no tiene otra salida, cuando está especialmente irritada su única salida es parar y esperar a que vuelva a una versión más suave.

placeholder Rafael Nadal, rodeado de alumnos del Nadal Sports Center, en Manacor. (EFE)
Rafael Nadal, rodeado de alumnos del Nadal Sports Center, en Manacor. (EFE)

Paciencia y tranquilidad

"Más o menos ya sabemos el proceso y sabemos lo que es bueno para nosotros y lo que no lo es. Intentamos hacerlo a nuestra manera, con calma y manteniéndonos positivos cada día", contaba al inicio de semana Nadal, en una conferencia de prensa en la que no comentó problema alguno en el abdominal, el dolor que ha terminado dejándole fuera del torneo de París. Paciencia, calma, tranquilidad... Rafa ya está hecho a esto.

De hecho, ya asume que con sus 32 años y el historial que tiene de lesiones, un año entero de tenis para él es un exceso. En tiempos recientes selecciona más sus calendarios y se retira con más frecuencia. Es un jugador duro, siempre lo fue, pero ahora ha aprendido a asumir que no retirarse, cuando sabe que el torneo será imposible de ganar, es un sinstentido. Que sufrir en la pista es necesario, pero hacerlo tiene que tener aparejada una razón de ser.

El problema en el abdominal hace, además, que a Nadal se le ponga todavía más difícil a Copa de Maestros de Londres. Primero porque no sabe siquiera si podrá disputarla, está a solo dos semanas y si no mejora el físico no será posible competir en una competición que ya ha perdido tres veces por lesión. De hecho, la temporada pasada sí llegó a jugar, pero tras el primer partido tuvo que retirarse por lesión.

Foto: Djokovic y Nadal, en un evento reciente. (Reuters)

En el caso de que juegue, sus opciones serán escasas, aunque solo sea porque el español, lógicamente, tiene que estar falto de ritmo. Desde septiembre hasta ahora no ha competido, y por más que haya entrenado, que tampoco ha podido ser mucho, le faltaría chispa, competición. Siempre que tiene una lesión, incluso cuando la vuelta es en tierra, los primeros torneos tiene más dificultades para encontrar sensaciones. No es raro, no es lo mismo competir que entrenar y hay un punto tenístico que solo se consigue en los torneos.

"No estoy pensando en grandes mejoras. Simplemente en pequeñas mejoras, ese es el objetivo", contaba esta semana. Las lesiones hacen cautelosos a los jugadores, no tiene mucho sentido querer la luna cuando el dolor te impide incluso moverte con normalidad. Nadal ha aprendido a convivir con el dolor, a respetarlo, a tenerlo encuenta y a forzar menos de lo que lo hacía. Es parte del proceso, todo el cuidado que tenga le está comprando bonos de futuro. Y de eso se trata.

Todos los deportes tienen asociadas lesiones, molestias que se repiten en muchos jugadores diferentes. Eso es, en primer lugar, porque el deporte de élite es una búsqueda de los límites y eso implica con bastante frecuencia pasarlos, con las consecuencias que eso tiene para el físico. Cada disciplina tiene sus cosas, algunas muy obvias, otras algo más rebuscadas. Rafa Nadal tiene problemas en el abdomen y, así dicho, parece que es algo extraño, pero en realidad es una de las molestias más comunes en el mundo del tenis. Y tiene explicación.

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