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Los favoritos de Roland Garros se quejan de las nuevas bolas Wilson: "Son peligrosas"
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Verdasco, "indignado" por su falso positivo

Los favoritos de Roland Garros se quejan de las nuevas bolas Wilson: "Son peligrosas"

El torneo parisino comienza este domingo entre polémicas por los falsos positivos de coronavirus y las nuevas pelotas, que han cambiado después de una década

Foto: Operarios del torneo preparan la pista central esta semana. (Efe)
Operarios del torneo preparan la pista central esta semana. (Efe)

Primero le ocurrió al tenista valenciano Bernabé Zapata, de 23 años: fue expulsado de Roland Garros por un falso positivo de su técnico, y no pudo jugar una previa que, de haberla superado, le hubiese deparado 60.000 euros. Después fue alguien con mucha más trayectoria en la ATP, Fernando Verdasco. El tenista madrileño fue descalificado de esta edición de Roland Garros por un falso positivo por coronavirus: aunque Verdasco defendió con varios tests que ya estaba libre del virus contraído en agosto, la organización del torneo francés se negó a realizarle más pruebas y procedió a su expulsión directa. El madrileño, a los pocos días, demostró que los tests habían fallado y y estaba libre del virus. "Este año no voy a poder paticipar en Roland Garros, muy a mi pesar y sintiendo una total frustración", explotó en un comunicado.

"Ayer mismo procedí a hacerme por mi cuenta dos pruebas PCRs, y una prueba de serología, en centros distintos para mayor garantía, y los resultados hoy muestran que soy negativo de la Covid-19 en todas ellas", explicó Verdasco. "Esto podría pasarle a cualquier jugador o su equipo (como ha habido casos ya), y en mi opinión lo mínimo es hacer nuevas pruebas para evitar descalificaciones directas injustas y dar cierta seguridad a los jugadores. Si hay tiempo de hacer tests de nuevo, al menos no se debería negar su petición", recalcaba el madrileño al final de su comunicado.

placeholder Rafa Nadal, durante su partido contra Schwartzmann en el Abierto de Roma. (Reuters)
Rafa Nadal, durante su partido contra Schwartzmann en el Abierto de Roma. (Reuters)

Las protestas por los protocolos sanitarios son constantes en el circuito de la ATP desde que se reanudó la temporada tenística. Ha habido quejas de primeras espadas (Serena Williams, Novak Djokovic) y de jugadores menos conocidos como Guido Pella y Hugo Dellien, que fueron excluidos de la previa del Masters 1.000 de Cincinnati por el positivo de su preparador físico. El propio Djokovic anunció durante el US Open la creación de una nueva asociación de jugadores, la Professional Players Tennis Association (PTPA), que compita con la ATP y consiga mejores condiciones para los jugadores profesionales.

Bolas más lentas y resultados distintos

Los organizadores de Roland Garros sabían que debían lidiar con las estrecheces derivadas de la pandemia global y el empeoramiento del clima (un torneo celebrado habitualmente en mayo se disputa este año en la primera mitad de octubre). Lo que no esperaban es la resistencia que ha encontrado su decisión de cambiar las pelotas con las que se ha jugado desde 2010: las bolas pasan a ser de la marca Wilson tras casi una década de acuerdo con la marca Babolat.

Según los testimonios de personajes estelares como Rafael Nadal o Dominic Thiem, las pelotas son más pesadas de lo habitual y en ocasiones 'mueren' en el aire, afectando el desarrollo del juego y acortando los puntos. "Las pelotas van a ser, sin dudas, la mayor diferencia", declaró esta semana Thiem, reciente ganador del US Open, semifinalista o finalista en París los últimos cuatro años: "Las Babolat eran mis bolas favoritas, eran cómodas y bastante rápidas, perfectas para mi juego al igual que para el de Nadal. Las nuevas bolas son un poco más lentas. Está claro que eso cambiará los resultados un poco".

"Es como golpear una piedra"

Han sido, sin embargo, las quejas de Rafa Nadal, el mito de Roland Garros, las que más han soliviantado los días previos al inicio del torneo. "Este es el torneo con condiciones más complicadas que haya visto nunca", dijo Nadal, en referencia al "frío" y a la nueva pelota que se utilizará en el torneo: "Es muy pesada y muy lenta", afirmó, "peligrosa para el codo y los hombros", casi como golpear "una piedra".

"Es una situación extraña para todos", afirmó el tenista balear en rueda de prensa. "Las condiciones de juego en Roma fueron bastante buenas, aquí son complicadas. Hace frío, es duro para todos. Esta mañana, en el entrenamiento, había 9°C, son condiciones extremas para jugar un torneo al aire libre en tierra" [...] "Practiqué con las pelotas en Mallorca antes de la vuelta. En Mallorca hay condiciones cálidas, la pelota fue muy lenta y pesada, y aquí con este clima es como golpear una piedra. No creo que sea una buena pelota para jugar en tierra batida. Esa es mi opinión personal" [...] "Estas condiciones hacen las cosas más difíciles. Pero lo sabía antes de llegar aquí, así que no hay problema en absoluto. Simplemente aceptaré el reto", concluyó el número dos del mundo, no sin lanzar un aviso a los promotores del torneo de tierra batida más prestigioso del mundo: "Creo que la organización debe analizar esto los próximos años, también por la salud de los jugadores, porque la pelota es superpesada y se vuelve peligrosa para el codo y los hombros. Pero este año es lo que tenemos. Me mantengo positivo con esto".

La eliminación de Rafael Nadal en el Masters 1000 de Roma a manos de Diego Schwartzman, el escaso tiempo de aclimatación y la decisión de no haber competido en el reciente US Open 2020 generan una incógnita razonable sobre la actuación del español, cuyos principales rivales a priori serán Novak Djokovic (número uno del mundo) y el propio Thiem. John McEnroe declaró esta semana a Eurosport que este torneo es una oportunidad dorada para los tenistas que quieran destronar a Nadal en la tierra batida: "Creo que Rafa es un jugador al que le gusta tener algunos partidos encima y construir su confianza a partir de ellos, así que dado que ha habido tan poco tenis y su elección de no ir a Nueva York, obviamente ha jugado un par de partidos, lo que hace todo más impredecible", dijo el 'enfant terrible' del tenis en la década de 1980.

Primero le ocurrió al tenista valenciano Bernabé Zapata, de 23 años: fue expulsado de Roland Garros por un falso positivo de su técnico, y no pudo jugar una previa que, de haberla superado, le hubiese deparado 60.000 euros. Después fue alguien con mucha más trayectoria en la ATP, Fernando Verdasco. El tenista madrileño fue descalificado de esta edición de Roland Garros por un falso positivo por coronavirus: aunque Verdasco defendió con varios tests que ya estaba libre del virus contraído en agosto, la organización del torneo francés se negó a realizarle más pruebas y procedió a su expulsión directa. El madrileño, a los pocos días, demostró que los tests habían fallado y y estaba libre del virus. "Este año no voy a poder paticipar en Roland Garros, muy a mi pesar y sintiendo una total frustración", explotó en un comunicado.

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