"He llegado muy pronto al número uno": la inesperada lección de un 'lucky loser' a Alcaraz

Carlos Alcaraz vivió este martes uno de los peores partidos de la temporada. El español, que jugaba su primer encuentro como número uno del mundo, se enfrentaba al belga David Goffin en el torneo de Astaná, un partido presumiblemente sencillo al medirse a un 'lucky loser'... pero nada más lejos de la realidad. El nerviosismo del murciano y las condiciones de la pista fueron aprovechadas a la perfección por el belga para derrotar al español y dejarle una importante enseñanza.

Desde que consiguiera hace ya tres semanas convertirse en el mejor tenista del mundo, después de ganar la final del US Open ante Casper Ruud, el jugador español repetía una frase como si de un mantra se tratara: "Hay que mantenerse concentrado en los entrenamientos y centrarse en alcanzar los objetivos marcados". La consigna era clara: nada de distracciones y seguir trabajando como hasta ahora... pero el primer partido no ha sido tal y como esperaba el murciano.

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El Confidencial

Es de sobra conocido -especialmente en el tenis- que llegar a lo más alto de la clasificación ATP es lo más 'sencillo' del proceso de erigirse en la mejor raqueta del planeta. El hecho de que se tengan en cuenta los puntos del pasado curso más lo que se defienden en el presente año provoca que, si ganas muchos torneos, puedas ascender como la espuma, algo que hay que refrendar un año después para seguir en la cima. De ahí que la dificultad radique en mantenerse.

"Nunca pensé que llegaría tan pronto al número uno. No he dispuesto del tiempo necesario para entender plenamente lo que logré en Nueva York. La verdad es que sigo siendo el mismo, no creo que haya cambiado nada. El mundo de tenis no para, cada semana comienza otra aventura y no puedes estar pensando y recordando lo que has hecho", afirmaba antes de comenzar el torneo de Astaná. Sin embargo, su primer partido como número uno no fue sencillo y sufrió en exceso en pista.

Por esa razón, Alcaraz tenía claro que lo fundamental era seguir haciendo las cosas tal y como las había hecho hasta el momento. Pensemos que su objetivo a comienzo de la temporada era poder acabar entre los quince mejores del mundo y, ahora, ya es el número uno y tiene en su mano la posibilidad de acabar la temporada en esta posición de privilegio. Sin embargo, a las primeras de cambio ha recibido una inesperada lección en pista ante el 66º del mundo.

El español se mostró con muchas dudas en pista, algo que no es demasiado habitual en Alcaraz, que suele ser un jugador resolutivo y con las ideas claras. Ante Goffin, se le pudo ver más fallón de lo habitual, sin capacidad para cerrar puntos sencillos y, sobre todo, muy lejos de la solidez que ha demostrado desde hace un año y medio. Un dato habla por sí solo: de los once partidos que ha perdido este año, es la primera vez que cae derrotado sin ganar un solo set.

Goffin, un jugador que con el paso de los tiempos ha ido a menos, demostró al español que, para ser el mejor, no hay que dar por hecho nada en la pista y que el ránking de nada vale si no se demuestra con juego. El propio jugador español así lo reconocía tras la derrota, consciente de que no solo no había desplegado su mejor tenis, sino que se vio superado por su rival en todo momento y no fue capaz de encontrar la manera de hacerle daño al otro lado de la red.

"Fue un partido difícil en el que Goffin jugó maravillosamente bien. Volver a la competición nunca es fácil, ya había jugado dos partidos en esta cancha, que no es la más fácil para acostumbrarse porque es muy lenta. No pude adaptarme, él era muy agresivo y no aguantaba la presión que me ejercía. Tengo que aprender de ese tipo de partidos", confesaba. Incapaz de mantener el ritmo, Alcaraz jugó su peor partido de la temporada el día que estrenaba número uno.

La mejor noticia para el español es que este tipo de encuentros sirven para vivir aprendizajes que pueden ser muy útiles a lo largo de su carrera. Con solo 19 años y toda una vida deportiva por delante, Alcaraz aprenderá la lección para seguir demostrando el gran futuro (y presente) que tiene por delante: "Por supuesto, este no es el resultado que quería, ¡pero tenemos que seguir trabajando!", confesaba tras el choque. Una lección que el español no olvidará.