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Carlos Alcaraz se viste de gala, arrasa a Medvedev y cita a Djokovic en la gran final de Wimbledon
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Victoria 6-3, 6-3 y 6-3 en menos de dos horas

Carlos Alcaraz se viste de gala, arrasa a Medvedev y cita a Djokovic en la gran final de Wimbledon

Después de convertirse en el jugador más joven de la historia en alcanzar las semis, el español ya hace lo propio para estar en la finalísima de Londres. Contundente victoria ante el ruso y aviso serio para el serbio

Foto: Alcaraz celebra en la pista central de Wimbledon. (Reuters/Dylan Martinez)
Alcaraz celebra en la pista central de Wimbledon. (Reuters/Dylan Martinez)

A Carlos Alcaraz le gusta el té, los fish and chips y escucha a los Beatles con pintas de cerveza en la intimidad. Eso o ganar Wimbledon es uno de los grandes sueños. Elija usted. Exhibición histórica del número uno del mundo en la pista central de Londres para arrasar a Daniil Medvedev en tres sets (6-3, 6-3 y 6-3) en una hora y 50 minutos. De menos a más, durante todo el encuentro, el español ofreció un recital para acabar con cualquier opción del ruso, que terminó frustrado por el nivel -y la madurez- de su rival. Se alejó de los golpes circenses y de las carreras innecesarias, esta vez, Alcaraz se centró en el pragmatismo y en hacer daño de la manera más práctica posible. Y mejor no le pudo salir. En la gran final de Wimbledon espera el ogro serbio, Novak Djokovic, el favorito de los favoritos, que también derrotó en tres sets (6-3, 6-4 y 7-6), pero con más sufrimiento, a Jannik Sinner.

El primer saque de Alcaraz fue toda una declaración de intenciones. Abierto, forzando las piernas del ruso que se perdieron en la línea de fondo, un tenista que venía completando un excelente año 2023 y que, encima, jugaba en uno de sus territorios más dominantes. El marcador entre ambos competidores estaba empatado a uno, el español se llevó con contundencia la pasada final de Indian Wells (6-3 y 6-2), mientras que Medvedev le derrotó precisamente en la hierba de Londres en el 2021 (6-4, 6-1 y 6-2). Mucho llovió desde entonces en la capital inglesa. Carlitos se llevó el primer juego de la semifinal en blanco, hizo lo propio el ruso cediendo solo un punto. Resistir el saque iba a ser fundamental.

placeholder Medvedev, durante el partido. (Reuters/Toby Melville)
Medvedev, durante el partido. (Reuters/Toby Melville)

Y le costó al murciano en el tercer juego de la primera manga. Con subidas algo arriesgadas, pero efectivas, a la red, logró llevarse el gato al agua. En frente, Medvedev lucía concentrado y peligroso. Es un tenista extraño el ruso, taciturno en su juego, por momentos ausente, pero nervioso entre punto y punto, y con una clase en su raqueta propia de un jugador que ha sido número uno del mundo. La derecha de Daniil corría con gusto, conectando paralelos y passings a los que ni las piernas del veinteañero Alcaraz podía llegar. El 3-2 lo colocó a base de dejadas… y con la sensación de haber encontrado la estrategia a seguir.

El primer break de la tarde londinense se lo llevó Alcaraz apoyándose en una mejora de su derecha. Solo necesitó una bola de rotura para confirmarlo. En su servicio, exhibición de variaciones, de velocidad, de estilo... Todo para cerrar el primer set en 35 minutos. Un comienzo de gran seriedad y madurez para el español. Mantuvo la calma en los mejores momentos de Medvedev, que había ofrecido mejores golpes en esta manga.

No perdió la concentración el ruso después de visitar el vestuario. En el segundo juego, Medvedev gozó de su primera bola de break de todo el partido. Pero Alcaraz contestó con personalidad: ace para evitar las sospechas. Le costó, quizás más de la cuenta, cerrar el servicio. En la hierba de Wimbledon, aunque sea obvio recordarlo, el que aguanta su saque... Fue precisamente esa presión, o el haber tenido bola de rotura, lo que descentró al ruso. Hasta tres pelotas de break tuvo el español en su servicio y a la tercera fue la vencida. 2-1 y con saque a favor del número uno del mundo. Una montaña de tensión para las tripas de Daniil. Y es que su cabeza, como ha demostrado en numerosas malas rachas, es su peor defecto como tenista. Con un estilo depurado y sobrio, alejado de excentricidades que tanto gustan al público -y al propio murciano, pero esto es una semifinal de Wimbledon-, Alcaraz confirmó la rotura.

Exhibía músculo el número uno en su saque con juegos en blancos, mientras que el ruso sufría más de la cuenta para aguantar su servicio, dejando, poco a poco, detalles de frustración. Pero el picotazo ya estaba servido. Alcaraz sólo tenía que dominar su momento y la segunda manga sería suya. Puso el 5-3 en el marcador londinense con otro juego en blanco. Efectivo y pragmático, ¿un nuevo Carlos? No espero a su servicio para llevarse la segunda manga. Lo hizo como los grandes, con otro break ante un Medvedev al que no le entraban ya los primeros saques. 36 minutos duró el set, solo uno más que el anterior.

El extraño último set plagado de 'breaks'

El ruso salió entregado en el último show, consciente de que poco podía hacer a estas alturas de partido. Honor para Medvedev, que ya había avisado de los problemas que tendría ante Alcaraz. Un break nada más empezar el set hacía presagiar que quedaba poco encuentro... pero no fue así. El intento de remontada llegaría por el primer -y único- falló de concentración del español en el partido, que cedió su saque por errores no forzados para situar el 3-2 en el marcador. Corrigió sus fallos inmediatamente, en un juego larguísimo, para desesperación de Daniil. Pero se la devolvió el ruso. Tres roturas consecutivas entre ambos tenistas. Extrañísima situación en Wimbledon... ¡Que se remató con otra rotura! Locura, absoluta locura en la pista central de Wimbledon.

Y así se llegó al final del encuentro, con servicio para ganar el partido de Carlos Alcaraz. Y cumplió, a pesar de la resistencia de Medvedev que echó el resto. Una bola de partido necesitó el número uno del mundo y lo cerró con un absoluto puntazo en el set más largo de todos, 39 minutos. Su primera final de Wimbledon. Ahora toca cumplir ante Novak Djokovic. En una final de Grand Slam. Palabras mayores, abróchense los cinturones que vienen curvas.

A Carlos Alcaraz le gusta el té, los fish and chips y escucha a los Beatles con pintas de cerveza en la intimidad. Eso o ganar Wimbledon es uno de los grandes sueños. Elija usted. Exhibición histórica del número uno del mundo en la pista central de Londres para arrasar a Daniil Medvedev en tres sets (6-3, 6-3 y 6-3) en una hora y 50 minutos. De menos a más, durante todo el encuentro, el español ofreció un recital para acabar con cualquier opción del ruso, que terminó frustrado por el nivel -y la madurez- de su rival. Se alejó de los golpes circenses y de las carreras innecesarias, esta vez, Alcaraz se centró en el pragmatismo y en hacer daño de la manera más práctica posible. Y mejor no le pudo salir. En la gran final de Wimbledon espera el ogro serbio, Novak Djokovic, el favorito de los favoritos, que también derrotó en tres sets (6-3, 6-4 y 7-6), pero con más sufrimiento, a Jannik Sinner.

Carlos Alcaraz