Alcaraz se baja de Roma por lesión: un edema muscular en pronador redondo le deja KO

Defender la corona es un ejercicio de tanta o más dificultad que buscar el protagonismo cuando los focos apuntan a otro. En Madrid todavía no habían asumido la derrota, y por ende salida, de Rafa Nadal cuando Carlos Alcaraz, aspirante al título y vigente campeón, abandonó el torneo. Lo hizo a manos de Rublev, que volteó el marcador y logró el pase a semifinales. Los campeones también sufren traspiés. Y Carlitos ya es uno de ellos.

Alcaraz había renunciado a Montecarlo y al Godó, por eso su presencia en Madrid había despertado todo el interés. Los flashes, sin embargo, apuntaron a Rafa, aunque él fuera el vigente ganador. Hay un aura, una jerarquía inalterable por ahora con Nadal. Carlitos quiere títulos, pero también es conveniente descansar. El exceso es mal compañero de viaje.

De hecho, en Madrid acabó lesionado, lo que le ha dejado fuera de Roma. Tras someterse a unas pruebas médicas para conocer la situación del antebrazo, el número tres del mundo ha anunciado en redes sociales que no jugará el torneo de Roma. "Sentí dolor después de jugar en Madrid, molestias en mi brazo. Me he hecho unas pruebas y tengo un edema muscular en pronador redondo, consecuencia de mi última lesión. Desgraciadamente, no voy a poder jugar en Roma. Necesito descanso para recuperarme y poder jugar sin dolor al cien por cien", apuntó Alcaraz.

El aterrizaje de Carlitos en el torneo llegó precedido de molestias en el brazo derecho. Es inevitable, en cierto sentido, evitar las analogías con Rafa. Por los paralelismos en los inicios a nivel de juego, sensaciones y títulos. Y, desgraciadamente, también por las lesiones. La salud es el mayor enemigo de un deporte individual.

Había tenido encuentros complicados antes de alcanzar los cuartos de final. Parecía que sería un trámite, pero la cosas no siempre son como uno las imagina. Perder es tanto o más importante que ganar durante el proceso. Nunca es fácil determinar si la derrota o la victoria dejan mejores consecuencias.

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La derrota llegó el día del trabajador, festivo nacional, aunque el tenis no entienda de días libres. Un deporte como este, y ya lo han visto con las explicaciones de Garbiñe Muguruza, necesita de ciertos parones, ya sea por salud mental o por la necesidad de recuperarse de alguna dolencia. Quizá haya llegado el momento de parar para Carlitos, con continuas lesiones y molestias en los últimos meses.

El murciano ha ganado ya dos de los cuatro Grand Slam, el US Open y Wimbledon, pero todo apunta a que tiene entre ceja y ceja París. Y no solo en Roland Garros, también en los Juegos Olímpicos. Resulta paradójico que no haya estado bien todavía en la tierra francesa, cuando es una superficie que domina bien, incluso mejor que las pistas rápidas.

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