El problema que tiene Alcaraz y que quiere convertir en una ventaja en Roland Garros

Carlos Alcaraz tiene un importante reto por delante: ganar Roland Garros. El tenista murciano ya sabe lo que es levantar Wimbledon y el US Open, pero todavía no ha conseguido brillar en la arcilla parisina. El pasado año tenía una gran oportunidad para conseguir un título que parecía tener su nombre... pero, en el momento menos esperado, unos inesperados calambres evitaron que lograra la remontada ante un Novak Djokovic que tenía contra las cuerdas.

Esta será la quinta participación de Alcaraz en la Philippe Chatrier, donde solo la pasada temporada partía como claro favorito. Su andadura en París ha ido de menos a más: en 2020, año de su debut, no fue capaz de superar la clasificación para, ya en 2021, alcanzar tercera ronda. Un año después, alcanzó los cuartos de final y, el pasado año, se metió en semifinales, en un partido que el aficionado español todavía tiene grabado en su retina por lo sucedido.

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Aquel día, Alcaraz saltó algo nervioso en la pista, pues enfrente tenía, ni más ni menos, que al todopoderoso Djokovic. El serbio fue muy superior en el primer set pero, entonces, el murciano empezó a desplegar su juego: golpeando duro, muy fino de piernas, con grandes golpes profundos y, sobre todo, solidez en el saque, consiguió llevarse la segunda manga para igualar el partido. Nole había puesto la calidad y Alcaraz la ilusión: empezaba un partido nuevo.

Pero, entonces, cuando todo se había igualado, el español llegaba en vuelo y el serbio sufría por agarrarse a la pista, Alcaraz se acalambró al tratar de pegar muy duro a una bola. A pesar de la entrada de las asistencias, nada pudieron hacer por recuperar el físico del español que, como pudo, acabó el partido ante su rival, sin poder hacer nada por llevarse una victoria hacia la que se encaminaba en su espléndida remontada. Y así llegamos a este año, donde llega con una limitación.

Y es que, en los dos últimos meses, Alcaraz tan solo ha podido jugar ocho partidos. Cuatro de ellos le sirvieron para ganar en Indian Wells el primer título de la temporada, además de disputar dos en Madrid y otros dos en Miami, donde cayó en cuartos de final en ambos casos. Pero las lesiones que sufrió en su tobillo y en su antebrazo derechos le han limitado la participación en torneos y, sobre todo, en entrenamientos, donde aún no ha podido coger el ritmo de crucero.

Para cualquier jugador que quiera optar a levantar Roland Garros, lo ideal no es llegar en condiciones óptimas de minutos en pista y de entrenamientos, pues es la base de la solidez y de la confianza. Pero Alcaraz quiere convertir lo que, a priori, es un problema en una de las grandes ventajas con respecto a sus rivales: poder contar con la frescura de piernas y de cabeza que la competición no permite. Eso es lo que tratará de hacer el murciano para triunfar en Roland Garros.

Sin ir más lejos, la pasada temporada, Alcaraz mostró un nivel muy elevado hasta Wimbledon, momento en el que su desempeño se vino completamente abajo. Se pudo ver a un jugador bloqueado, sin ideas, sin capacidad de cambiar los partidos y, sobre todo, cometiendo fallos impropios de un tenista de su nivel. El responsable tenía nombre propio: el cansancio. El agotamiento acumulado le pesó demasiado en un tramo final de curso para el olvido.

Este año se ve a un Alcaraz distinto, más maduro y mucho más sólido en su juego, si bien el problema es que las lesiones no le han permitido tener la continuidad deseada. Pero lo que podría parecer un grave problema, en realidad, puede ser una gran noticia para el tenista español: la falta de carga en sus piernas puede ser una ventaja competitiva contra otros jugadores que llegan con más partidos. Es el año de la confirmación de Alcaraz y no quiere perder su oportunidad en París.