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La cruda verdad sobre la retirada de Kroos y el martirio de Nadal
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Carlos Prieto

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La cruda verdad sobre la retirada de Kroos y el martirio de Nadal

¿Cuándo es buen momento para dejarlo? La mayoría de los deportistas de élite se pasan de fecha de caducidad entre achaques, aunque los elegidos se reservan su mejor bala para un último momento épico

Foto: Rafael Nadal en la arcilla francesa. (EFE)
Rafael Nadal en la arcilla francesa. (EFE)

1. Toni Kroos ha dejado el fútbol en tan buen estado de forma que las estrellas retiradas deben estar aterrorizadas pensando en jugar una pachanga contra él. Solo hay tres cosas seguras en el mundo: Volvo, la muerte y que los pases de Kroos siempre llegan a su destino. Como este curso lo ha bordado con el Madrid, y había vuelto a la selección alemana para la Eurocopa tras años de retiro, todos pensaban que Kroos seguiría el curso que viene. ¿Qué deportista de élite es capaz de dejarlo cuando está en la cima? ¿Quién es capaz de echarse a un lado justo antes de empezar a caer por la pendiente? Toni Kroos.

2. El final de la carrera de Rafael Nadal está siendo complicado, por utilizar un eufemismo. Diezmado por las lesiones, pasó el año pasado casi en blanco, curándose para un último curso de despedida a lo grande. Hasta ahora, el resultado está siendo agridulce -achaques sueltos y partidos ganados a jugadores menores- y contradictorio: en la rueda de presentación de Roland Garros, el tenista no descartó jugar el torneo francés el año que viene. Dónde dije digo, digo hasta que el cuerpo reviente. De momento, Nadal perdió 3-0 en primera ronda con algunos destellos. Pronóstico reservado.

"¿Había visto a un psicólogo deportivo? Sí, pero eso no ayudó porque el dolor continuaba"

3. Si ustedes piensan que Kroos se ha retirado pronto, igual no se acuerdan de Björn Borg, esfumado a los 26 años cuando estaba en lo más alto ¿Qué le pasó a Borg? En su último año, perdió Wimbledon y el Open USA contra John McEnroe, se rayó y se retiró. Por esa regla de tres, Nadal, Federer o Djokovic se hubieran retirado 20 veces los últimos 20 años tras perder una gran final contra uno de sus sempiternos rivales. El caso es que a Borg no le sentó bien perder el número uno, pensaba que seguir compitiendo desde el segundo escalón no tenía sentido, y se puso a veranear (Nota: muchos años después, Borg volvió absurdamente a las pistas, en un estado de forma tan alarmante que solo se lo podría permitir una figura del toreo, la única profesión en la que los regresos desfondados por vicio o dinero son tan habituales que ya forman parte del show). Cuando dejó el tenis contra todo pronóstico, Borg también sugirió que le había cogido manía a la presión y a la fama. De todo se cansa uno, hasta de ganar.

4. Muchas estrellas del show business pierden el norte cuando sus carreras declinan. Se llevan a su madre por delante. Pero no hay que irse hasta Hollywood para encontrar patrones parecidos a otra escala. Que Raúl González Blanco dejara el Madrid (o le invitaran a irse) para jugar en un equipo alemán de menor nivel es típico de los deportistas de élite al final de sus carreras, forzados a chupar banquillo en un grande, jugar en un mediano o ganar pasta en la liga petrolera de Chiquitistán. Pues bien: los dilemas internos que genera el declive pueden acabar a hostias. La salida de Raúl de la selección española fue tormentosa. Al jugador no le sentó bien empezar un partido crucial desde el banquillo. Tras un amago de rebelión, el seleccionador Luis Aragonés prescindió de él por tóxico. Asumir que tu mejor momento ha pasado (sin liarla) no es sencillo.

Foto: Luis Enrique, en el Mundial 1994, tras el codazo de Tasotti. (EFE/Archivo/Kote Rodrigo)

5. En esa obra monumental de la cinematografía mundial que es el reality de Sergio Ramos en Amazon (2021), Jorge Valdano aseguraba: “Estoy convencido de que Sergio sospecha que es inmortal”, y el jugador le daba la razón: "Tengo una lucha interna contra mi edad y contra mi cuerpo que he ganado y voy a seguir ganando". Lo siguiente es una sucesión de Sergios Ramos haciendo las acrobacias más absurdas y las piruetas más anonadantes en el jardín de su villa. Durante la promoción del documental, Ramos anunció que jugaría con España el Mundial 2026. El karma se lo debió tomar como una provocación, pues inmediatamente empezó a sufrir penalidades de todo tipo: tuvo una lesión engorrosa, Florentino Pérez le purgó del Real Madrid y Luis Enrique de la selección. ¿Qué podemos decir de la etapa tardía de la carrera de Ramos? Que está siendo aparatosa.

6. El tenista escocés Andy Murray se vino abajo en la rueda de prensa previa al Open de Australia de 2019. Su cuerpo estaba tan parcheado y cogido con pinzas que ni siquiera tuvo que saltar a la pista para descomponerse… En la rueda de prensa previa a su primer partido, dijo que su idea original era retirarse en Wimbledon, medio año después, pero no estaba seguro de poder jugar un solo partido más al tenis en su vida, pues tenía problemas para hacer los movimientos más nimios. “El dolor, no solo de jugar a tenis de máximo nivel sino de ponerse los calcetines y los zapatos en casa era insoportable… ¿Había visto a un psicólogo deportivo? Sí, pero eso no ayudó porque el dolor continuaba. Si hubiera hecho que el dolor desapareciera, entonces se sentiría genial. Todo ello acabó componiendo una imagen desgarradora y, por supuesto, absolutamente fascinante. Era el final, dijo Murray, en parte porque no había un final a la vista del entrenamiento, de la rehabilitación o del dolor”, contó el escritor británico Geoff Dyer en su ensayo -Los últimos días de Roger Federer (2023)- en el que intentaba responder a las siguientes preguntas: “¿Qué ocurre con la carrera de grandes artistas y atletas cuando llegan a la vejez? ¿Alcanzan una serenidad renovada o sucumben al tormento? A medida que nuestro cuerpo y nuestra mente se deterioran, ¿cómo seguir adelante?”. Respuesta mayoritaria a las tres preguntas: mal rollete. Por cierto, lo crean o no, Andy Murray sigue en activo. Malamente.

placeholder Toni Kroos celebrando la retirada con sus hijos. (AFP)
Toni Kroos celebrando la retirada con sus hijos. (AFP)

7. Uno de los motivos por los que los deportistas suelen alargar más de la cuenta sus carreras es porque se engañan a sí mismos sobre su verdadero estado de forma. Gerard Piqué, extraño caso de futbolista cuya ambición era más grande fuera que dentro de los terrenos de juego, y que se retiró cuando aún podía competir varios años más en una liga suave y lucrativa, explicó: "Llevaba muchos años y cada vez me costaba ir a según qué campos. Si me ponían el partido a las 16.00 tras comer y con sol... me costaba. Hay que ser honesto".

8. Aunque la retirada de Kroos del Bernabéu tuvo una emoción especial por inesperada, mezcla de nostalgia y asombro por lo que había hecho y seguía haciendo en el campo, y siendo difícil encontrar mayor inteligencia emocional en una retirada que la suya, hay un evento deportivo antagónico que lo supera en éxtasis: el regreso triunfal de deportistas que parecían no ya retirados, sino incapaces de dar dos carreras sin desplomarse. Es difícil encontrar a alguien más acabado que Tiger Woods tras la acumulación de desastres físicos y personales durante sus años turbulentos. Pero, como un veterano de Vietnam acribillado que aún no ha dicho su última palabra, Woods volvió a ganar el Master de Augusta para delirio general. Proeza solo al alcance de los muy elegidos, pero con la que todos los deportistas sueñan cuando el dolor de jugar ya es muy superior al placer. Una última heroicidad antes de retirarse a los cuarteles de invierno, un chute final de endorfinas con la grada rugiendo antes de dejarlo. El problema es que casi nunca sale bien...

placeholder Tiger Woods en un Master. (Reuters)
Tiger Woods en un Master. (Reuters)

9. Geoff Dyer lo llama en su libro el síndrome del “después de este golpe lo dejo”, que suena al “me tomó la última y me voy a casa”, sinónimo de catástrofe nocturna asegurada. Extractos de su libro: “Es un cliché de los thrillers: el ladrón de bancos planea un atraco final… Las posibilidades de éxito no solo son escasas, sino irrelevantes. Al igual que el grupo salvaje de Peckinpah, siguen adelante aunque saben que al final no encontrarán una fabulosa cantidad de riqueza, sino el fracaso, la cárcel o la muerte... Enoch Powell dijo que todas las carreras políticas terminan en fracaso, al igual que muchos regresos deportivos. El segundo acto o reencarnación de Andre Agassi -que ganó cinco Slams después de desplomarse hasta el puesto 110 del ranking mundial- tiene la fuerza de una parábola, porque es muy inusual. Los boxeadores que se retiran invictos se encuentran completamente derrotados por la vida fuera del ring. De ahí la decisión de regresar, lo que sirve para que llegue la derrota que habían evitado previamente. Así pues, los deportistas salen del retiro como una forma de reconciliarse con el hecho de que no hay vuelta atrás. Armado con su raqueta de madera, Borg estaba condenado, como el Gatsby de Fitzgerald, al fracaso en sus varios intentos de repetir el pasado... Incluso el regreso más espectacular o improbable puede conducir a una derrota ignominiosa”.

"Enoch Powell dijo que todas las carreras políticas terminan en fracaso, al igual que muchos regresos deportivos"

10. En Open, celebradas memorias en las que descubrimos que además de un titán de la raqueta, Agassi era un cómico feroz, se recrean sus últimos minutos como tenista en el Open USA. a) "Se trata del último torneo en el que voy a participar en toda mi carrera. Juego al tenis para ganarme la vida, aunque odio el tenis, lo detesto con una oscura y secreta pasión, y siempre lo he detestado... Me pongo de rodillas y susurro: por favor, que acabe todo esto. Y después: no estoy preparado para que acabe todo esto… No es que mi cuerpo quiera jubilarse; es que ya se ha jubilado. Mi cuerpo se ha ido a vivir a Florida y se ha comprado una casa adosada y unos pantalones de señor mayor. De modo que yo llevo un tiempo negociando con mi cuerpo, pidiéndole que hoy abandone su jubilación durante unas horas; mañana, durante unas horas más. Gran parte de esa negociación tiene que ver con una inyección de cortisona que, temporalmente, alivia el dolor. Aunque, de hecho, antes de que la inyección funcione, provoca su propio tormento. Ayer me pusieron una, para que pueda jugar esta tarde. Es la tercera que me administran este año, la número treinta de toda mi carrera, y, con gran diferencia, la más temible... Cuando se me cansa la vista, enciendo la tele. ‘¡Esta noche, segunda ronda del Open de Estados Unidos! ¿Será esta la despedida de Andre Agassi?’. Mi rostro aparece en pantalla durante unos instantes... Estudio ese nuevo reflejo mío en el espejo distorsionado que es la tele, y mi angustia aumenta un grado o dos. ¿Será ése mi último anuncio? ¿La última vez que la CBS promocionará uno de mis partidos? No logro ahuyentar la sensación de que estoy a punto de morir”.

Foto: La derecha ganadora de Luis Torres de la Osa en los ochenta. (Cedida)

11. Seguro que hay puretas desmemoriados por el mundo que creen que Jimmy Connors ganó el Open USA de tenis en 1991. No lo hizo, pero si recordamos que sí es porque hizo algo más inolvidable que ganar el torneo: desafiar a la muerte. A los 39 años, tras ser el número uno y ganarlo todo, Connors se arrastraba por las pistas, era el 174 del ranking (para un tenista de élite, 39 años en el 91 eran más o menos como 49 ahora). Pero Connors quiso jugar una última vez su torneo predilecto por las buenas o por las malas. "Quería despedirse a lo grande, pero la sensación general era que, más bien al contrario, Connors se estaba arriesgando a cerrar una carrera brillante con un episodio ridículo o lamentable", recuerda Luis Torres de la Osa en Nocturno de tenis. "En primera ronda se enfrenta a Patrick McEnroe (hermano de John, uno de sus archienemigos): el partido se inicia a las 21:35 de un martes de finales de agosto. Las luces de Manhattan, lejanísimas, parecen el borde de un incendio que se aleja. A las 23:30, Connors ya pierde 6-4, 7-6 y 3-0. La gente ha comenzado a abandonar sus asientos hace mucho, asintiendo y ladeando la cabeza, una sonrisa melancólica en la cara, como diciendo qué otra cosa podíamos esperar. A la pista central, medio vacía, llegan ráfagas de viento frío como si un gigantesco látigo helado azotara, desde Montauk, todo Queens, todo Long Island. Apenas aguantan todavía cuatro mil espectadores... Durante el cambio de lado, McEnroe engulle un plátano con el ceño fruncido y la mirada concentrada al frente (con ese extraño desenfoque común a la concentración y al ensueño), como hipnotizado (sabe que el archienemigo de su hermano John es tan peligroso como un alacrán: uno debe aplastarlo bajo la bota hasta pulverizarlo o se arriesga a recibir una picadura letal). Connors, sin embargo, los codos sobre las rodillas y la cabeza bajo una toalla de algodón blanca, recuerda más a un señor de clase media relajándose en una sauna que a un insecto mortal. Las cartas parecen echadas", escribe De la Osa. Pues bien: Connors no solo ganó a McEnroe, en una de las remontadas más épicas de todos los tiempos, sino que siguió ganando partidos imposibles hasta las semifinales del torneo. "Aquella actuación dio la impresión, incluso por momentos la esperanza, de que la muerte no era del todo inevitable. Allí estaba ese señor de treinta y nueve años, malcarado y gruñón, teatral, llevado en volandas por el terrible y precioso torbellino de la fascinación", zanja De la Osa.

12. En la víspera de Roland Garros, Toni Nadal, tío y exentrenador de Rafael Nadal, pidió un “último esfuerzo” a su sobrino en un artículo en El País: “Hace unos meses, antes del inicio de la presente temporada y compartiendo una conversación tenística con mi hijo pequeño y con Rafael, en su academia, le dije a mi sobrino: “Tienes que hacer un último esfuerzo y acabar tu periplo por las pistas saliendo por la puerta grande”. Él se giró hacia su primo y sonriendo abiertamente le dijo: ‘Tu padre lleva diciéndome lo mismo hace un montón de años’. Y no le faltaba razón”.

Sangre, sudor y lágrimas. El Camino del Gólgota. Esto es lo que hay.

1. Toni Kroos ha dejado el fútbol en tan buen estado de forma que las estrellas retiradas deben estar aterrorizadas pensando en jugar una pachanga contra él. Solo hay tres cosas seguras en el mundo: Volvo, la muerte y que los pases de Kroos siempre llegan a su destino. Como este curso lo ha bordado con el Madrid, y había vuelto a la selección alemana para la Eurocopa tras años de retiro, todos pensaban que Kroos seguiría el curso que viene. ¿Qué deportista de élite es capaz de dejarlo cuando está en la cima? ¿Quién es capaz de echarse a un lado justo antes de empezar a caer por la pendiente? Toni Kroos.

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