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¿Qué le pasa a Djokovic? La retirada en diferido de Rafa Nadal saca su peor versión en varias décadas
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HA PERDIDO PARTE DE SU MOTIVACIÓN

¿Qué le pasa a Djokovic? La retirada en diferido de Rafa Nadal saca su peor versión en varias décadas

El tenista serbio no ha podido levantar ni un solo título a estas alturas de temporada, algo poco habitual y que solo había pasado en sus tres primeros años como jugador profesional

Foto: Djokovic celebra su victoria ante Herbert. (Reuters/Gonzalo Fuentes)
Djokovic celebra su victoria ante Herbert. (Reuters/Gonzalo Fuentes)

Novak Djokovic no es el mismo de siempre. El tenista serbio, que puede presumir de ser uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, se encuentra en uno de los momentos más complicados de su carrera. Hay que remontarse a los tres primeros años de su vida deportiva para ver unas estadísticas similares a las que está firmando esta temporada, en la que está mostrando su versión más gris. ¿Puede estar el problema en la falta de un enemigo claro?

Si por algo se ha caracterizado históricamente Djokovic es por ser un luchador. Como cualquier deportista de su enorme nivel, ha tenido días superlativos, otros buenos y algunos malos. Pero, incluso en esos peores momentos, nunca ha bajado los brazos: siempre se ha visto a un jugador peleón, guerrero y ambicioso que, incluso, ha sabido parar los partidos para recuperar su mejor versión en pista. Su consigna era clara: ganarle no sería una tarea sencilla.

Foto: Nadal celebra uno de los puntos ante Zverev. (Reuters/Yves Herman)

No son demasiados los jugadores que pueden presumir de haber doblegado a Nole, que en su haber cuenta con récords de todos los colores y formas. Y su palmarés cobra aún mucha mayor relevancia cuando se pone en contexto lo que ha logrado, especialmente al haber coincidido con la mejor generación de jugadores de la historia, con Roger Federer y Rafa Nadal como verdaderos espejos en los que mirarse. Superar al helvético y el español no era misión fácil.

Durante muchas temporadas, Djokovic se exigió al máximo para ser el mejor de la historia: debía de ser el más fuerte, el más poderoso, mentalmente el más duro y una roca en lo físico. Tenía que ser mejor que cualquiera para que nadie pudiera ser mejor que él. Así, durante muchos años, peleó por ser el tenista con más partidos ganados de la historia, con más títulos de todos los tiempos, con más Grand Slam de siempre. Nunca podía bajar los brazos ni mirar hacia atrás.

Llegó la retirada de Federer, pero Nole tenía muchos retos por delante, especialmente porque un español de cinta en el pelo no le dejaba en paz. Nadal, con la misma hambre de éxitos que el serbio, seguía devorando títulos y trofeos, con Roland Garros como verdadero patio de juegos. Llegó el 2020, donde el covid le hizo perder competitividad, sobre todo por no poder participar en varios torneos, momento en el que Nadal hizo historia con su 22º Grand Slam.

Fue el momento de dar otra vuelta de tuerca para Djokovic, que se lanzó a por todo sin contemplaciones. No necesitó mucho tiempo para superar de nuevo a Nadal y confirmar de lo que era capaz, pero no terminaba de ser perfecto: se había quedado varias veces al borde del Grand Slam y de la medalla olímpica. Por eso, 2024 se antojaba como su última gran oportunidad para luchar por el Golden Slam... pero pronto sus esperanzas se vinieron abajo.

En Australia, Djokovic claudicó ante Jannik Sinner en semifinales y se despidió del sueño. Y, entonces, llegaron las dudas: solo unos meses antes, Nadal anunciaba que esta sería su última temporada. Las lesiones le impedían tener continuidad y, lo más importante, ser competitivo en grandes torneos, pero quería retirarse en la pista. Quizá, la confluencia de ambos hechos fueron la estocada definitiva de Nole: sin poder romper la historia y sin rival, era difícil mantener la motivación.

Djokovic siempre ha sido un tenista de retos, dispuesto a romper moldes. Pero, en lo que va de temporada, no ha ganado un solo título, algo que solo había pasado en sus tres primeros años como profesional. La retirada en diferido de Nadal le ha dejado sin archienemigo, sin una némesis a la que derrotar, sin el boss final ante el que hacer un esfuerzo por encima de lo humano para acabar con él. El serbio se ha quedado sin parte de lo que le hacía diferente. Y el tenis es el que sale perdiendo.

Novak Djokovic no es el mismo de siempre. El tenista serbio, que puede presumir de ser uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, se encuentra en uno de los momentos más complicados de su carrera. Hay que remontarse a los tres primeros años de su vida deportiva para ver unas estadísticas similares a las que está firmando esta temporada, en la que está mostrando su versión más gris. ¿Puede estar el problema en la falta de un enemigo claro?

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