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Por qué Alcaraz ha llegado para arrasar con todo y se come a una generación en Roland Garros
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Una final increíble

Por qué Alcaraz ha llegado para arrasar con todo y se come a una generación en Roland Garros

El español se convirtió en el tenista más joven de la historia en ganar tres Grand Slams en tres superficies distintas. Alcaraz demostró una fortaleza mental demoledora para batir a Zverev en la final de Roland Garros

Foto: El español hace historia de nuevo. (Reuters/Stephanie Lecoq)
El español hace historia de nuevo. (Reuters/Stephanie Lecoq)

Carlos Alcaraz derrotó a Alexander Zverev para conquistar Roland Garros en una batalla épica que duró más de cuatro horas. Y con remontada incluida. El murciano estuvo contra las cuerdas y perdió el control emocional del partido entre el segundo y el tercer set, pero se rehizo para vencer (3-6, 6-2, 7-5, 1-6 y 2-6). El tenista español levantó su tercer Grand Slam con tan solo 21 años y se convirtió en el jugador más joven de la historia en ganar tres grandes en tres superficies distintas (US Open, Wimbledon y Roland Garros). Palabras mayores.

El murciano, que todavía no conoce la derrota en una final de Grand Slam, acabó con la bestia negra de Rafa Nadal en esta edición y también el gran favorito en la tierra batida de París tras vencer en Roma. Zverev, a sus 27 años, llegaba en el mejor momento de su carrera y con una madurez nunca antes vista. El tenista alemán tenía entre ceja y ceja la tierra batida de Roland Garros desde 2022, cuando cayó lesionado en semifinales frente a Rafa Nadal y no pudo luchar por la victoria.

Después de cuatro semifinales y dos finales, el teutón sentía que este era su momento. Sin embargo, esta vez se topó con un fenómeno llamado Alcaraz, quien ha llegado al tenis para arrasar con todo para desgracia de la Next Gen, esa camada de tenistas (Stefanos Tsitsipas, Alexander Zverev, Daniil Medvedev y Casper Ruud) que estaba llamada a suceder a Roger Federer, Rafa Nadal y Novak Djokovic y que, en cambio, solo ha podido ganar un Grand Slam. Alcaraz ya los triplica… con solo 21 años.

Una mentalidad de hierro

Alcaraz sufrió de lo lindo y emuló la misma fortaleza mental y aversión a la derrota que ya demostró en semifinales frente a Jannik Sinner. De nuevo, el español hizo gala del lema de su abuelo, el cual lleva marcado a fuego: cabeza, corazón y cojones. Los servicios demoledores del alemán (a 216 km/h), los zambombazos desde el fondo de la pista y la excepcional mejora de su derecha suponían un desafío mayúsculo para un Alcaraz que no había tenido una gira de tierra batida en condiciones.

Alcaraz empezó mucho mejor que Zverev, variando la altura de sus golpeos, enseñando su arsenal con la raqueta y desesperando a su rival, más nervioso. El murciano se impuso en el primer set con evidentes síntomas de confianza en sí mismo y de conexión con su banquillo. También sacó su potente derecha a relucir, una de las más completas y ganadoras del circuito.

placeholder Alcaraz le dio la vuelta a una situación límite. (Zuma Press/Matthieu Mirville)
Alcaraz le dio la vuelta a una situación límite. (Zuma Press/Matthieu Mirville)

Aunque el alemán resucitó en la segunda manga, el tercer set sería el más importante del encuentro. El momento de la verdad llegó cuando Alcaraz, con un 2-5 favorable a sus intereses, se desinfló entre fallos no forzados, malas decisiones y precipitación. Zverev subió el nivel y la agresividad hasta hacer que el español fuera a remolque. Los gestos de Alcaraz eran de desesperación, nervios y presión por no saber cómo cerrar un set que ya parecía en su bolsillo. Hasta pidió más arena y que regaran la pista al juez de silla. Zverev se lo llevó por 7-5 y remontó una final que tenía cuesta arriba.

Contra todas las adversidades posibles

Fue entonces cuando el entrenador de Alcaraz, Juan Carlos Ferrero, brotó del palco para darle un consejo vital al murciano: "Ponte a su nivel de lucha". Dicho y hecho. En el cuarto set, Alcaraz ya iba 0-3 arriba en tan solo 13 minutos. La cara de Zverev era un poema y no entendía lo que estaba sucediendo. Un golpe en el mentón psicológico del alemán que lo aturdió por completo. El paso adelante de Alcaraz, tanto físico como mental, abrumaría al teutón hasta conseguir hacer muy pequeño a un tenista de casi dos metros de altura.

La de Alcaraz fue una reacción de campeón con muchas bolas de break salvadas (más de un 70 % cuando promediaba poco más de un 50 % durante Roland Garros). De ahí hasta el final, mandaría con mano de hierro en el encuentro y levantaría el título de Roland Garros con la ovación de la Philippe Chatrier. La emoción del joven de 21 años tras ganar reflejó todo lo que había sufrido en los últimos meses, donde las lesiones habían amenazado su regularidad.

placeholder Alcaraz se emociona tras recibir el trofeo. (Reuters/Yves Herman)
Alcaraz se emociona tras recibir el trofeo. (Reuters/Yves Herman)

El del Palmar no estuvo ni el Masters 1.000 de Roma ni en Barcelona, donde sufrió una recaída en su antebrazo derecho y por eso lleva un vendaje especial. En Madrid, no pudo superar los cuartos de final ante Rublev. Él mismo reconocería nada más terminar la final las múltiples dudas que sobrevolaban la cabeza del tenista en los días previos.

"Mi equipo… ha sido un trabajo increíble. De pequeño, salía del colegio para poder ver este torneo. El último mes hemos apretado mucho con la lesión, volviendo a Madrid sin sentirme bien. Muchas dudas las últimas semanas. Muchas horas de entrenamiento. Soy un privilegiado por tener a esta gente conmigo. Solo hacen que crezca como persona y jugador. Gracias".

Por su parte, Zverev, cara visible de la Next Gen que no pudo suceder al Big Three cayó, rendido ante Alcaraz. "Primero que nada, felicidades, Carlos. Tres títulos de Grand Slam, en tres superficies distintas, con solo 21 años. Eres un jugador increíble, ya estás dentro del salón de la fama". La cara del alemán contrastaba con sus palabras, sabedor de que un nuevo monstruo del tenis ha llegado para arrasar con todo.

Carlos Alcaraz derrotó a Alexander Zverev para conquistar Roland Garros en una batalla épica que duró más de cuatro horas. Y con remontada incluida. El murciano estuvo contra las cuerdas y perdió el control emocional del partido entre el segundo y el tercer set, pero se rehizo para vencer (3-6, 6-2, 7-5, 1-6 y 2-6). El tenista español levantó su tercer Grand Slam con tan solo 21 años y se convirtió en el jugador más joven de la historia en ganar tres grandes en tres superficies distintas (US Open, Wimbledon y Roland Garros). Palabras mayores.

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