"¡Basta ya!": el enfado de Nadal consigo mismo para quitarse la caraja ante Navone en Bastad

• ​Rafa Nadal - Ajdukovic hoy, tenis en Bastad | Semifinales del Open de Suecia, partido en directo

Rafa Nadal ya está en semifinales del torneo de Bastad y lo hizo después de conseguir una importantísima victoria ante Mariano Navone en un durísimo partido del que el español tiene que sacar varias lecturas positivas. El argentino, muy rocoso y peleón durante las cuatro horas de encuentro, obligó al gran campeón balear a mostrar su resiliencia y capacidad de recuperación para dar la vuelta a un choque que se le había puesto realmente complicado desde los primeros momentos.

La mejor noticia para Nadal no es solo la clasificación sino, especialmente, la manera de conseguirla. Durante muchos momentos de partido, el español se vio atenazado en su juego, sin ser capaz de dominar con su derecha, muy bloqueado con el revés y cometiendo excesivos errores no forzados. No era capaz de llevar la iniciativa del partido, pero tampoco encontraba la manera de llevar el enfrentamiento por los derroteros que más le interesaban.

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Pero, a pesar de ello, fue capaz de voltear el marcador tras perder el primer set y, poco a poco, encontró la manera de desmontar a Navone para lograr la clasificación. Es una victoria que otorga mucha confianza al español, no solo por la manera de remontar, sino por ser un partido de cuatro horas que le obligó a estar fino físicamente en todo momento. Hace escasas fechas, Nadal reconocía que lo que más necesitaba eran minutos en pista. Este viernes, tuvo todos los que quiso.

Si por algo siempre ha destacado Nadal es por ser un gran estratega. Siempre ha sido un deportista que ha sabido analizar a la perfección lo que sucede en el juego, especialmente durante el propio partido. Eso le sirve para entender rápidamente qué cambios necesita su juego para solventar los problemas que se dan en pista. Este viernes, sabía dónde estaba el fallo que le había lastrado en el primer set y, aun así, no era capaz de cambiarlo. Y ahí es donde reaccionó.

Sucedió, de hecho, en la primera manga. Perdiendo 1 a 4 y 30-15 abajo, Nadal cometía un error impropio en él, al mandar demasiado largo un revés en carrera sencillo y con toda la pista vacía. Claramente enfadado y con cara de pocos amigos, el balear miraba a su box y espetaba un claro "¡basta ya!", al mismo tiempo que gesticulaba ostensiblemente con las manos, tratando de decirse a sí mismo que, en esos momentos, es necesario tener más calma.

Nadal iba claramente por debajo en el marcador y no solo era por el buen juego que estaba desplegando Navone, sino que estaba cometiendo demasiados errores no forzados, impropios para su nivel. Fue la manera de darse un toque de atención, de intentar hacerse ver que, entrando en ese bucle de velocidad, nerviosos y puntos rápidos, tenía el partido perdido. De hecho, ese enfado fue una liberación para Nadal, pues su tenis empezó a fluir en mayor medida.

El español no es un tenista muy dado a enfadarse en pista ni a hacer gestos de cara a la galería. Y, durante esos primeros compases de set, ese comportamiento estaba siendo la tónica. Fue la manera de transmitirse calma, de pedirse paciencia y de encontrar la vía para tratar de poner el partido de cara. Es más, fue capaz de igualar un primer set que parecía que tenía absolutamente perdido, aunque en el tie break Navone fue netamente superior.

Pese a ello, Nadal no se rindió y, en una remontada eterna y épica, el español cerró la victoria para meterse en semifinales de Bastad. A lo largo de esos dos sets en los que tuvo que pelear consigo mismo para dar la vuelta al marcador, ese "basta ya" siguió grabado a fuego como un mantra en su cerebro. Fue la cuerda a la que asirse en el momento más complicado y no le salió nada mal. Ahora, buscará la final ante Duje Ajdukovic y ya sabe lo que debe hacer si quiere luchar por el título.