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El vicepresidente económico ha ganado la primera batalla. El riesgo de una recesión y de una legislatura ‘corta’ pesaron más que los deseos reformistas del propio Zapatero y su asesor Miguel Sebastián.
  1. Economía

El vicepresidente económico ha ganado la primera batalla. El riesgo de una recesión y de una legislatura ‘corta’ pesaron más que los deseos reformistas del propio Zapatero y su asesor Miguel Sebastián.

El pasado miércoles, Pedro Solbes, ministro de Economía, dio un chasco a quienes esperaban las líneas maestras de la esperada reforma fiscal prometida por el PSOE

El pasado miércoles, Pedro Solbes, ministro de Economía, dio un chasco a quienes esperaban las líneas maestras de la esperada reforma fiscal prometida por el PSOE para el año próximo: apenas un anuncio de algunos cambios en los porcentajes de los tipos marginales o subidas mínimas a las retenciones sobre plusvalías. Nada concreto, tampoco, sobre las pensiones o la vivienda, que es lo que de verdad asusta a los españoles. Por si fuera poco, aplazó la reforma hasta 2007.

La pregunta que ha corrido entre los expertos estos días ha sido: “¿Pero realmente quieren hacer una reforma fiscal?”. Cada vez cala más la tesis de que “Solbes se impone lentamente y realizará tres o cuatro cambios de cara a la galería, para que nada cambie en realidad”. En cualquier caso, hay muchas posibilidades de que “los planteamientos revolucionarios con las que ha estado incordiando Miguel Sebastián”, queden más que suavizados, según comentan desde el sector financiero.

Solbes anunció rebajas en las rentas del trabajo, la reducción del número de tramos y el tipo marginal máximo. Pero se mantendrá la tributación de las plusvalías sin modificaciones sustanciales y, con algunas correcciones, la desgravación por vivienda. Además se modificarán los límites de aportación a planes de pensiones. Una revolución muy ‘light’.

El costo de tocar las retenciones

La gran reforma fiscal prometida por el PSOE para 2006 es un compromiso personal de ZP antes de ganar las elecciones que se complica por momentos. Las mismas fuentes afirman que “es sencillo prometer una fiscalidad más social y justa, pero las retenciones a los tramos bajos de rentas están en una zona casi imposible de rebajar”, del 15%.

Conforme los cálculos de los expertos consultados, “por cada punto que se baje al 15%, Hacienda deja de recaudar unos 700 millones de euros, mientras que, por el contrario, si aplican rebajas al marginal alto, la pérdida es de 40 millones por punto”.

De esta manera, una de las pocas medidas que ha anunciado el PSOE es el recorte del tipo máximo, que en la actualidad está en el 45%. Aunque esto es una medida teóricamente de derechas, otros expertos recuerdan que el marginal más alto de España está algunos puntos por encima de la media de los países de la OCDE, que tienen su tipo más alto en el 40%-41%.

Así las cosas, la anunciada reforma de 2006 tiene unas cuantas incógnitas en el horizonte. Para empezar, si Solbes seguirá o no en el Ejecutivo en los próximos años. Además, nadie se atreve a descartar unas elecciones anticipadas y “con una legislatura corta es muy difícil abordar una reforma fiscal de gran calado”.

Asimismo, no hay que descartar que en uno o dos años llegue un periodo de contracción económica y, entonces, cualquier modificación fiscal tendrá un gran calado social. “Con las cosas de comer no se juega”, advierte un experto en fiscalidad. Por tanto, en el sector financiero cada vez se escucha a más gente que comenta que “no parece que vaya a llegar la revolución fiscal que nos temíamos”.

El pasado miércoles, Pedro Solbes, ministro de Economía, dio un chasco a quienes esperaban las líneas maestras de la esperada reforma fiscal prometida por el PSOE para el año próximo: apenas un anuncio de algunos cambios en los porcentajes de los tipos marginales o subidas mínimas a las retenciones sobre plusvalías. Nada concreto, tampoco, sobre las pensiones o la vivienda, que es lo que de verdad asusta a los españoles. Por si fuera poco, aplazó la reforma hasta 2007.