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La Economía entra en rebajas
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La Economía entra en rebajas

Hay menos coches por las carreteras españolas (un barril de petróleo a cien dólares tiene la culpa), tampoco se ve a mucha gente de compras en

Hay menos coches por las carreteras españolas (un barril de petróleo a cien dólares tiene la culpa), tampoco se ve a mucha gente de compras en las principales boutiques de moda de la capital (lo que sí vemos es cómo cae la cotización de las empresas que se dedican a esto del textil) y ya nadie hace cola para sacar dinero del cajero, principalmente porque no hay ningún dinero que sacar. Todo se lo lleva la hipoteca. Son los primeros síntomas de una economía, la española, que ha entrado en rebajas. Época de vacas flacas, que dice Solbes. Llega el momento de atarse los machos y moderar el consumo.

Entre los tenderos con años de oficio hay una receta que resume a la perfección cómo está el termómetro del consumo. La temporada en la que El Corte Inglés, a modo de gran muestra demoscópica, vende más el primer día de las rebajas que el previo al de la fiesta de Reyes es que las cosas no van bien. Y cuando ocurre al contrario, que también pasa, significa que la familia consumidora no hace cálculos con el calendario para satisfacer su apetito comprador. Pues bien, sin datos cerrados por completo, las primeras estimaciones que arroja esta fórmula es que 2008 no será un buen ejercicio para el consumo.

Los grandes de la moda, por ejemplo, lo están notando en sus propias carnes. Los bienes básicos no pueden dejar de consumirse, pero la ropa de temporada pueda quedarse en el escaparate si la salud del bolsillo no acompaña. Cortefiel, por ejemplo, una de las cadenas de referencia en esta industria, ha visto cómo el mes de diciembre, previo a las fiestas de navidad, no fue nada bueno. Eso sí, una vez puesto el cartel de rebajas, el tirón de las ventas ha corregido la curva en descenso que marcaban los datos al cierre de 2007.

Tres cuartos de lo mismo puede explicar Inditex. El gigante gallego, matriz de marcas como Zara, Bershka o Massimo Dutti, ha visto cómo en el último mes del año se ha dejado en bolsa un tercio de su valor de mercado. El agotamiento de la capacidad de crecimiento del grupo –los resultados del tercer trimestre reflejaron el peor crecimiento en los últimos cinco años- ha cambiado la percepción sobre un compañía que, quizá, ya no es el milagro que fue. Aunque cada vez el peso de España es menor en su cuenta de resultados, los consumidores han dejado de comprar con la misma frecuencia.

Y si lo que ocurre en el extranjero es un espejo de lo que puede terminar aflorando en el mercado doméstico, como pasó este verano con la crisis subprime yanki y el posterior pinchazo de la burbuja inmobiliaria española, el caso de Marks & Spencer no puede augurar nada bueno. La cadena de distribución textil, primera en el Reino Unido, registró esta semana pasada la mayor caída en Bolsa en los últimos veinte años tras conocerse una caída inesperada de sus ventas. Las razones esgrimidas por su presidente no pueden ser más preclaras: los británicos se enfrentan a mayores pagos en las hipotecas, los impuestos, la factura energética y los precios de los alimentos. ¿Les suena esta música? Sin duda, parece un escenario muy similar al que se está pintando en el horizonte de España, donde el encarecimiento de productos básicos de la cesta de la compra puede provocar un retraimiento en el consumo durante 2008. Esta mella en el espíritu consumista puede agravarse si además, como también ocurre en España, los datos macro no acompañan.

Malos datos macroeconómicos

Con una previsión de PIB para 2008 del 2,8%, justo un punto menos que la cifra registrada en 2007; una inflación que supera el 4%; un aumento del desempleo, sobre todo entre la población inmigrante, donde ha crecido un 25%; y una dudosidad hipotecaria al alza, los bolsillos de los españoles no están para alegrías. De hecho, las encuestas ya reflejan la caída de confianza de los consumidores. El pasado mes de diciembre, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) registró el peor dato de percepción de la situación económica actual de su historia, al pasar de 93,8 puntos (enero) a 45,4 (diciembre). Mientras, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) descendió hasta los 72,3 puntos, con especial degradación en el último mes de 2007, lejos de los 85,5 registrados en el ejercicio anterior.

Otro de los sectores que ha servido históricamente para medir el pulso consumista de la población es el del motor. Aquí, el parón de la euforia consumista que ha caracterizado a este país en los últimos años es un hecho. Y como muestra, un botón: cerca del 50% de las ventas de los Mercedes de gama alta efectuados habían correspondido a los nuevos ricos del ladrillo. Ahora, con la burbuja reventada, la explicación del presidente de Aniacam - la patronal del motor- y de Volvo España, Germán López Madrid, no deja lugar a dudas sobre la realidad que vive su negociado: con los datos de diciembre sobre la mesa automatriculaciones incluidas-, la asociación concluye que el mercado de particulares ha descendido a lo largo de todo 2007, acumulando una caída final de más del 5%.

Y para 2008, las previsiones son aún peores. López Madrid prevé “nubarrones muy negros” para la economía española en general y para el sector del motor en particular. "El nuevo año se inicia con un incierto escenario económico que refleja la desaceleración de la economía española. La última previsión de la OCDE sitúa el crecimiento en el 2,5%, a lo que se suma una alta inflación, dudas sobre la evolución del empleo, la ralentización del consumo privado, la confianza del consumidor en el nivel más bajo desde hace dos años y unas elecciones al final del primer trimestre, que siempre ralentizan las decisiones de compra.

Como parece, según las opiniones recabadas, el horizonte es percibido por una gran mayoría como negativo. Tal vez tenga que ver con que un 14% de las personas con hipoteca haya tenido que retrasar al menos en una ocasión durante los últimos doce meses el pago de la cuota de su préstamo o crédito hipotecario. "Este dato, que viene a confirmar el repunte de la morosidad hipotecaria señalado recientemente por el Banco de España, cobra una especial relevancia en el segmento más joven de la población hipotecada, pues es mucho mayor en el segmento de edad comprendido entre los 25 y los 34 años", afirman desde la Asociación nacional de Productos Bancarios.

Además, el número de personas con hipoteca a quienes ha sido denegado un crédito bancario en el ultimo año ha aumentado notablemente, hasta alcanzar un 11%. Es decir se ha cerrado el grifo que tan generosamente estuvo abierto durante los últimos diez años. Ahora, se impone un mayor rigor a la hora de conceder financiación por parte de las entidades de crédito, afectando también a los segmentos de pymes y autónomos, así como a las grandes corporaciones. Todo la cadena del sistema económico, desde la multinacional hasta la unidad familiar, está teniendo que hacer frente al cambio de ciclo en sus diversas variantes. ¿Quedará dinero para poder ir de vacaciones? Lo sabremos dentro de unos meses.

Hay menos coches por las carreteras españolas (un barril de petróleo a cien dólares tiene la culpa), tampoco se ve a mucha gente de compras en las principales boutiques de moda de la capital (lo que sí vemos es cómo cae la cotización de las empresas que se dedican a esto del textil) y ya nadie hace cola para sacar dinero del cajero, principalmente porque no hay ningún dinero que sacar. Todo se lo lleva la hipoteca. Son los primeros síntomas de una economía, la española, que ha entrado en rebajas. Época de vacas flacas, que dice Solbes. Llega el momento de atarse los machos y moderar el consumo.