Es noticia
Los empresarios territoriales boicotean la creación de una gran patronal catalana
  1. Economía
ABORTADA LA FUSIÓN ENTRE FOMENTO Y PIMEC

Los empresarios territoriales boicotean la creación de una gran patronal catalana

No ha podido ser. El primer intento de Joan Rosell, presidente de la patronal Fomento del Trabajo (la CEOE catalana) de crear una gran patronal en

Foto: Los empresarios territoriales boicotean la creación de una gran patronal catalana
Los empresarios territoriales boicotean la creación de una gran patronal catalana

No ha podido ser. El primer intento de Joan Rosell, presidente de la patronal Fomento del Trabajo (la CEOE catalana) de crear una gran patronal en Cataluña junto con la asociación de pequeñas y medianas empresas, Pimec, que preside Josep González, quedó abortada anoche. En las últimas semanas, un grupo de empresarios territoriales asociados a la propia Fomento del Trabajo Nacional acusaban, en declaraciones a El Confidencial, al propio Rosell de “excesivamente presidencialista” y “no contar con la opinión de las territoriales de las pequeñas y medianas empresas” a la hora de coordinar la integración de éstas en Pimec.

 

Este malestar, que ya había recogido este diario hace unas semanas, ha ido in crescendo en los últimos días por parte de un grupo de empresarios de Tarragona y Lleida de la federación de pequeñas y medianas empresas, Fepime, integrada en Fomento, y que lidera Eusebi Cima. Empresarios tarraconenses agrupados en la Cepta llevan dos meses fuera de las conversaciones sobre la integración. Creen que la fusión supondría una pérdida de poder de las pequeñas y medianas empresas concentradas en Pimec. “No nos ha quedado claro, desde que se anunció la fusión, cómo la nueva entidad iba a ayudar a nuestros empresarios ante esta situación de desempleo industrial y caída de la actividad que padece la provincia de Tarragona. Un ejemplo es el cierre previsto por Lear y que dejará en la calle a más de 500 personas. Antes de fusión, hay que hablar de revitalizar el sector industrial en una zona deprimida”, asegura a este diario un empresario tarraconense.

 

Fomento y Pimec habían anunciado la fusión el pasado mes de julio. Se trataba de hacer la excelsa operación: la gran patronal catalana que englobase los intereses de todos los empresarios de la comunidad. Pero las reticencias por las cuotas de poder han dado al traste con tan magna obra. El comité ejecutivo de Fomento se reunió ayer por la tarde de forma extraordinaria y trató en el orden del día la situación actual de las conversaciones.

 

Tras el encuentro, que duró casi tres horas, la patronal que preside Rosell anunció por sorpresa que la fusión se posponía. Esta organización explicó que era “la actual situación de crisis económica” la razón por la que se suspendían las negociaciones. Sin embargo, dos empresarios consultados por este diario atribuyen la decisión final a la falta de capacidad de coordinación interna de Rosell “a la hora de explicar el proceso a las federaciones territoriales”.

 

Los barones territoriales, en contra

 

Según un empresario que forma parte del comité ejecutivo, las conversaciones han fracasado por la oposición de las patronales territoriales de Fomento a la fusión. Especialmente, las del textil y del comercio. El principal escollo de la integración radica en cómo integrar la complicada estructura territorial de Fomento en la futura gran patronal. A esto se añade el temor de las agrupaciones territoriales de Fomento (Lleida, Tarragona, Barcelona y Girona) de perder la autonomía que tienen en caso de que se integraran en Pimec. Prefieren configurar una patronal formada por una federación de asociaciones empresariales.

 

La creación de una federación de asociaciones no estaría dentro del acuerdo alcanzado por Joan Rosell y Josep González en julio pasado. De hecho, las reuniones de mediados de septiembre de los comités ejecutivos de Fomento y de Fepime no obtuvieron resultados positivos. El presidente de esta última, Eusebi Cima, declaró entonces que “en el comité se pusieron de relieve los problemas de las territoriales para alcanzar una integración”. Fepime “tiene cerca de 40 organizaciones territoriales libres e independientes que tienen que decidir”, mientras que las delegaciones de Pimec no tienen derecho de voto. Si todos se equiparan y pasan a tener derechos, los empresarios encuadrados en Fepime, evidentemente, pierden poder de decisión.

 

Otros empresarios de Fomento creen que el verdadero problema en el proceso de integración es que en las conversaciones tanto Rosell como su secretario general, Joan Pujol, hacen prevalecer su opinión, y dejan al margen las decisiones de los empresarios de las territoriales de Fomento. Algunas territoriales de esta última formación, como la de Lleida (Coell), reprochan a la organización patronal el escaso interés de ésta por convocar a las territoriales menores en las reuniones para definir cómo se organizarán tras la fusión. “No recibimos información y no queda claro si nosotros vamos a mantener la representatividad que nos corresponde como organización territorial y si vamos a poder defender los intereses de nuestros empresarios provinciales”, asegura a El Confidencial un empresario leridano.

 

Fepime reconoce que “entre las 60 organizaciones empresariales que representa hay divergencias y opiniones distintas sobre cómo integrarse con Pimec”. “Todas las empresas defienden sus intereses y falta realmente una voluntad unitaria de integración”, aseguró Cima. Y va más lejos: “Es posible que algunas empresas no se quieran integrar en el proceso de fusión y opten por hacerlo más adelante”.

 

La alianza entre Pimec y Fomento buscaba acabar con la atomización existente en el mapa catalán de las asociaciones empresariales y dotar a la patronal resultante de una mayor representatividad territorial y fuerza a la hora de defender los intereses de las empresas. Fomento y Pimec se proponían actuar como una única confederación, aunque seguirían siendo independientes jurídicamente, en una operación de fusión que se había planteado ya en 1993 y que, por una u otra razón, se había ido aplazando, convirtiendo la cuestión en un asunto pendiente de la patronal catalana que buscaba depender menos del influjo de la CEOE en la defensa de los intereses del empresariado. Estaba previsto que la unión de las dos asociaciones comportase la desaparición de Fepime, que agrupa a las organizaciones empresariales de Fomento en las provincias de Tarragona, Lleida y Girona. Y eso es algo que los barones territoriales no están dispuestos a permitir.

 

No ha podido ser. El primer intento de Joan Rosell, presidente de la patronal Fomento del Trabajo (la CEOE catalana) de crear una gran patronal en Cataluña junto con la asociación de pequeñas y medianas empresas, Pimec, que preside Josep González, quedó abortada anoche. En las últimas semanas, un grupo de empresarios territoriales asociados a la propia Fomento del Trabajo Nacional acusaban, en declaraciones a El Confidencial, al propio Rosell de “excesivamente presidencialista” y “no contar con la opinión de las territoriales de las pequeñas y medianas empresas” a la hora de coordinar la integración de éstas en Pimec.

Ministerio de Fomento