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La banca se lanza a emitir deuda antes de que empeore la percepción de los inversores sobre España
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UNA BAJADA DE RATING OBLIGARÍA A PAGAR MÁS A LAS ENTIDADES

La banca se lanza a emitir deuda antes de que empeore la percepción de los inversores sobre España

El comienzo de 2010 nos ha traído una avalancha de colocaciones de deuda de los principales bancos españoles: Santander, BBVA, Bankinter, Banesto y -ayer mismo- Sabadell y

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La banca se lanza a emitir deuda antes de que empeore la percepción de los inversores sobre España

El comienzo de 2010 nos ha traído una avalancha de colocaciones de deuda de los principales bancos españoles: Santander, BBVA, Bankinter, Banesto y -ayer mismo- Sabadell y Bancaja han emitido distintos instrumentos en los últimos días. Aunque es habitual salir al mercado a principios de año, esta vez hay más prisa de la habitual. La explicación es que muchas entidades que quisieron salir en noviembre y diciembre no han podido hacerlo hasta ahora y temen que la oportunidad de vuelva a escapar si se demoran ante el deterioro de la percepción que tienen de España los inversores internacionales.

Los dos grandes abrieron el fuego el mismo día, el 5 de enero: BBVA colocó 2.000 millones de euros en cédulas hipotecarias -de las que responde el banco y las hipotecas que tienen detrás- a siete años con un diferencial sobre el tipo de referencia (midswap, equivalente al euribor a ese plazo) de 0,55 puntos porcentuales; y Santander emitió la misma cantidad en deuda senior (sin garantías adicionales) a tres años con un diferencial de 0,45 puntos.

El día 7 era Bankinter el que saltaba a la palestra con 900 millones en bonos senior a tres años, y en este caso el diferencial se fue hasta 0,95 puntos -las entidades pequeñas siempre tienen que pagar más que las grandes-. Un día después, Banesto colocaba 1.000 millones en estos instrumentos a tres años, con un diferencial de 0,50. Finalmente, ayer Sabadell emitió 1.000 millones en cédulas a cuatro años por las que pagó un diferencial de 0,68 puntos, y Bancaja colocó otros 1.000 millones, en este caso con aval del Estado. Y es de esperar que el proceso continúe en los próximos días con los bancos que faltan y las principales cajas.

El mercado vuelve a abrirse

El mercado de emisiones se abrió tras el verano gracias al exceso de liquidez que han inyectado los bancos centrales, y las entidades españolas aprovecharon a colocar no sólo bonos, sino también ampliaciones de capital (Popular) y convertibles (Sabadell en julio, BBVA en septiembre y Popular en octubre junto a la ampliación). El apetito inversor era tal que hasta el banco que preside Francisco González colocó una emisión de cédulas con un diferencial de 0,30 puntos, el más bajo que se ha pagado después del estallido de la crisis financiera.

"A partir de ahí el mercado se planteó si no se estaba volviendo loco otra vez, porque había pasado en muy pocos meses de pedir diferenciales de 1,20 puntos a sólo 0,30. Se volvió desconfiado y volvió a temer que el exceso de liquidez estuviera distorsionando de nuevo los precios. Además, estalló la crisis de la banca griega y todo eso hizo que el mercado se enfriara en noviembre", explica un especialista en emisiones. Por eso, muchas entidades que querían salir en noviembre y diciembre tuvieron que aplazar sus emisiones ya que los precios que tenían que pagar eran muy altos.

Esas colocaciones que tuvieron que aplazarse a fin de año son las que se están realizando estos días. "La ventana de oportunidad ha vuelto a abrirse porque los inversores acaban de abrir los libros de 2010 y porque enero es un mes en el que tradicionalmente todo el mundo sale al mercado", explica el citado experto. Los diferenciales no son tan bajos como antes de que se cerrara la ventana en noviembre, pero son aceptables para las entidades.

La imagen de España... y el rating

Ahora bien, esta no es la única explicación para esta avalancha, ni sobre todo para las prisas que se están dando todos para salir al mercado cuanto antes. Otras fuentes del sector aseguran que "es evidente el deterioro de la percepción de los inversores internacionales sobre España, y los bancos quieren emitir cuando antes por si esta oportunidad se acaba en breve y tienen que pagar precios mucho más altos que los actuales".

Este deterioro se ha evidenciado en los últimos días en los ataques de la prensa internacional a nuestro Gobierno al hilo del inicio de la presidencia de turno de la UE. Pero el problema es mucho más serio, puesto que los analistas de bancos de inversión y agencias de rating han emitido en los últimos meses informes muy negativos sobre nuestro país; ayer mismo, HSBC aseguraba que la calificación de España debería estar tres escalones por debajo de la actual de AA+. Y cada vez más inversores internacionales no quieren saber nada de España, como se demuestra en el empeoramiento de la cotización del CDS de nuestro país -credit default swap, seguro contra riesgo de impago-.

Un argumento que circula mucho estos días es que los bancos quieren emitir antes de que Standard & Poor's rebaje de nuevo el rating del Estado español. Las fuentes consultadas matizan que no es exactamente así porque lo importante es la visión de los inversores, no la de las agencias. No obstante, admiten que una rebaja de rating encarecería el coste de la deuda de las entidades financieras, aunque no creen que fuera exagerado ni que tuviera un impacto muy duro en las cuentas de resultados.

El comienzo de 2010 nos ha traído una avalancha de colocaciones de deuda de los principales bancos españoles: Santander, BBVA, Bankinter, Banesto y -ayer mismo- Sabadell y Bancaja han emitido distintos instrumentos en los últimos días. Aunque es habitual salir al mercado a principios de año, esta vez hay más prisa de la habitual. La explicación es que muchas entidades que quisieron salir en noviembre y diciembre no han podido hacerlo hasta ahora y temen que la oportunidad de vuelva a escapar si se demoran ante el deterioro de la percepción que tienen de España los inversores internacionales.

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