CCOO pide que se destituya a los gestores de cajas que acudan al FROB

El sindicato Comisiones Obreras ha pedido que los administradores y gestores de las cajas de ahorros que acudan al FROB asuman responsabilidades por los errores de gestión que les han llevado a esta situación e incluso que sean destituidos. Así lo ha asegurado el secretario general de Comfia (federación de servicios financieros de CCOO), José María Martínez, que ha puntualizado que estas medidas sólo deben aplicarse a las entidades con problemas.

"Cuando pides capital, y más si es el Estado quien te lo prensa, tienes que especificar para qué lo quieres: si se trata de una entidad viable o si necesita corregir problemas de gestión. Y en este caso, habrá que exigir responsabilidades y corregir las políticas de gestión y el staff directivo", ha explicado esta mañana Martínez.

El responsable del área de banca del sindicato pone como ejemplo de esta asunción de responsabilidades el caso de Caja Castilla-La Mancha, donde su antiguo presidente, Juan Pedro Hernández Moltó, ha sido inhabilitado por haber llevado a la entidad a la insolvencia. Ahora bien, ha señalado que "las cajas no están mal administradas ni gestionadas en general, sólo en casos puntuales".

El FROB (fondo de reestructuración ordenada bancaria) tiene competencias para destituir a los administradores de las entidades, pero sólo en caso de que sean intervenidas, no en cuando se limite a conceder ayudas a las fusiones.

Sí a las cuotas con derechos políticos

CCOO también ha cambiado de criterio respecto a las cuotas participativas, ya que ahora hace de tripas corazón y admite que tengan derechos políticos frente a su negativa tajante de hace un año. "Hay una necesidad estructural de capital en estos momentos para reforzar la solvencia del sector y las cuotas participativas actuales no sirven, por lo que no nos vamos a oponer a que tengan derechos políticos".

No obstante, Martínez considera que debe abrirse un debate sobre los límites a esos derechos políticos y que en ningún caso debe permitirse que pierdan el control de las cajas los representantes de los ciudadanos (políticos), de los clientes (normalmente políticos también) y de los trabajadores (sindicatos). El modelo que debe imitarse, en su opinión, es el de Noruega, donde existen estos instrumentos pero tienen un límite por el que nunca pueden alcanzar una mayoría de control.

A su juicio, eso no tiene por qué restar atractivo a las cuotas para los inversores: "Si un banco amplía capital, nadie acude pensando en que va a tener el control, no es eso lo que hace atractiva la inversión, sino su rentabilidad y estabilidad. No es un problema de porcentajes".

SIP de cajas y supervisión autonómica

El sindicato también solicita al Gobierno que clarifique la regulación de los SIP (fusiones virtuales) y que puedan constituirse como agrupaciones de cajas, posibilidad a la que se opuso recientemente el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa.

Otra petición relevante por parte de CCOO es que se quite a las comunidades autónomas la capacidad de supervisión de las cajas de ahorros, de forma que sólo tenga esas competencias el Banco de España: "Los bancos y las cooperativas sólo tienen un supervisor, mientras que las cajas no, lo cual es una asimetría y está provocando muchos problemas", concluye Martínez.