Los bajistas se ceban con Pastor y BBVA por el riesgo de operaciones corporativas

Los bajistas siguen siendo la pesadilla de los bancos españoles en bolsa -los que peor se han comportado de toda Europa en 2010 exceptuando a los griegos-, pero han cambiado de objetivos. En marzo se cebaron con Pastor y BBVA, mientras que relajaron sus posiciones en dos de sus objetivos favoritos en los últimos meses: Popular y Banesto. No obstante, en los últimos días se está recrudeciendo la toma de estas posiciones, en especial en Sabadell y Bankinter.

Las posiciones cortas o bajistas consisten en tomar prestadas acciones para venderlas en mercado -ingresando el importe correspondiente con la esperanza de que bajen. Cuando eso ocurre, se compran con parte del dinero ingresado y se devuelven a quien las prestó; lo que sobra del dinero de la venta (se vendió más caro de lo que se compra por la caída de la cotización) es el beneficio de la operación.

Según datos de Bolsa de Madrid y CNMV, las posiciones cortas en Pastor se dispararon un 77% en marzo frente a febrero. Algo que los analistas de BPI atribuyen a la posibilidad de que Caixanova se desprenda del 5% que posee en el banco como consecuencia de su eventual fusión con Caixa Galicia (fusión que necesita hacer acopio de todos los recursos necesarios ya que no le basta con los 1.200 millones que podría prestarle el FROB y el Banco de España le ha negado el acceso al Fondo de Garantía de Depósitos).

Los cortos abiertos en el banco que preside José María Arias suponen un lastre para su cotización, pero también implican que ésta puede dispararse si los fondos que tienen estas posiciones deciden deshacerlas de golpe, puesto que equivalen a tres meses de negociación media del valor.

La otra entidad con la que se cebaron los bajistas en marzo es BBVA, que sufrió un incremento del 25% de estas posiciones respecto al mes anterior. En este caso, los expertos lo achacan al riesgo de que se embarque en una operación corporativa después de que sus principales directivos hayan reconocido que buscan oportunidades en España y EEUU.

Además, ha presentado puja por las oficinas que vende Royal Bank of Scotland en Gran Bretaña, según la agencia Bloomberg, lo que supondría su entrada en ese país, hasta ahora feudo del Santander -que también está en la liza-. BBVA es el peor banco español de 2010 en bolsa, con una caída hasta ayer del 14,69%, mientras que el Pastor se deja el 8,59%.

Popular: llueve menos pero llueve

En el lado positivo, cabe destacar a Bankinter, que vio cómo los cortos sobre sus acciones se reducían un 11% en marzo, Popular (-22%) y Banesto (-42%). Unos descensos que suponen un giro muy relevante respecto a los fuertes aumentos de febrero. En el caso de Banesto, hay quien lo achaca a las perspectivas de unos buenos beneficios trimestrales -que se conocen hoy en la apertura-, aunque la cifra no es relevante dado el escasísimo capital que circula en bolsa (free float).

En cuanto a Popular, sigue siendo el vehículo preferido para ponerse bajista en banca española a pesar de esta reducción de los cortos, puesto que las posiciones que aún quedan suponen el 14% de su capital y el 22% del free float. En todo caso, el alivio de la presión (del que ha ido dando cuenta Cotizalia) ha permitido que el banco que preside Ángel Ron sea el mejor del sector en 2010, con una subida del 13,72% en bolsa.

Los bajistas vuelven a la carga

Pero los bajistas siguen al acecho, y en los últimos días se han comunicado a la CNMV nuevas tomas de posiciones cortas en la banca española, tras conocerse la nueva ayuda gubernamental con la modificación de la normativa del suelo que se aprobará el viernes y que  ha contribuido a empeorar la imagen de nuestro sector financiero en el exterior.

La víctima favorita ha sido Sabadell: en los últimos tres días, varios hedge funds (Steadfast, Meditor, Marshall Wace, Eminence y TT International) han comunicado posiciones bajistas por un total del 2,5% del capital del banco.

Ayer, el secretario general de Comfia (la federación de banca de CCOO), José María Martínez, pidió que, en vez de imponerse un impuesto a las entidades financieras como se está planteando en Francia y Alemania, se grave a los inversores que toman posiciones bajistas, a los que tildó de "especuladores" y acusó de ser responsables en buena medida de la crisis financiera.