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Telefónica acudirá al Tribunal de Arbitraje de La Haya para disolver Brasilcel
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SOCIEDAD TENEDORA DEL 60% DE VIVO

Telefónica acudirá al Tribunal de Arbitraje de La Haya para disolver Brasilcel

Telefónica acudirá en septiembre al Tribunal Permanente de Arbitraje de la Haya, Holanda, para plantear la disolución de Brasilcel, la sociedad holandesa que mantiene al 50%

Foto: Telefónica acudirá al Tribunal de Arbitraje de La Haya para disolver Brasilcel
Telefónica acudirá al Tribunal de Arbitraje de La Haya para disolver Brasilcel

Telefónica acudirá en septiembre al Tribunal Permanente de Arbitraje de la Haya, Holanda, para plantear la disolución de Brasilcel, la sociedad holandesa que mantiene al 50% con Portugal Telecom (PT) y que es la tenedora del 60% de las acciones de Vivo, primera empresa de telefonía celular de Brasil y objeto de la dura pugna que desde hace un par de meses mantiene la operadora española con la portuguesa. Es la primera iniciativa adoptada por la compañía que preside Alierta, después de que el pasado viernes decidiera retirar la oferta de 7.150 millones de euros por el 30% de Vivo en manos de PT.

Fuentes de Telefónica han asegurado que los servicios jurídicos de la compañía tienen ya muy adelantado el material jurídico necesario a presentar ante ese Tribunal, aunque la demanda no se concretará hasta pasado agosto. Ello evidencia que la decisión de acudir a La Haya se adoptó hace tiempo, en vista de la negativa del Consejo de PT y del propio Gobierno portugués a aceptar la oferta de la española. Ocurre que sin la disolución previa de Brasilcel, Telefónica estaría legalmente incapacitada para poder aumentar su participación en la brasileña mediante compras en el mercado.

En efecto, los acuerdos parasociales aprobados en su día en  Brasilcel, una mera sociedad instrumental tenedora del 60% de Vivo, establecen que las decisiones societarias en torno a la celular se tienen que tomar por unanimidad y que ninguno de los socios puede hacer operaciones sobre Vivo, tal que aumentar o disminuir su participación en el capital, sin contar el visto bueno del otro. Ello explica la necesidad de disolver la compañía para poder comprar, opción que se abre ahora ante Telefónica tras el fracaso de la oferta comentada. “El que se firmó era una acuerdo matrimonial pero de los malos”, afirman en la operadora.

El de La Haya no es un “tribunal” en el sentido formal del término, sino más bien una estructura diseñada para facilitar operaciones de arbitraje, conciliación o comisiones de investigación en controversias entre Estados, entidades públicas y/o privadas, y organismos internacionales. Los tribunales para cualquier procedimiento bajo los auspicios de La Haya se constituyen ad hoc para cada caso. El organismo consta de una Oficina Internacional que actúa como registro de los casos, un Consejo de Administración integrado por representantes diplomáticos de los países miembros, y una lista, opcional, de árbitros potenciales de la cual pueden escoger las partes.

Día clave para Portugal Telecom en Bolsa

La decisión de acudir al Tribunal de La Haya, cuyo fallo puede tardar entre 4 y 6 meses en producirse, viene a demostrar el empeño de Telefónica por no arrojar la toalla en su determinación de hacerse con el control de Vivo. Fracasada la vía más directa de comprar el porcentaje en poder de PT, a Telefónica se le abre ahora la vía de acudir directamente al mercado. También, en buena lógica, a la propia compañía portuguesa. La diferencia de potencial entre ambas, sin embargo, permite adivinar una posición de ventaja para Telefónica.

Casi el 75% del capital de Portugal Telecom se había mostrado favorable a aceptar la oferta de Telefónica -que llegó a subir hasta en dos veces la cifra inicial-, tal como quedó claro en la Junta General de accionistas celebrada en Lisboa el pasado 30 de junio. Ese mismo día, sin embargo, el Gobierno de José Sócrates decidió vetar la operación mediante la llamada “acción de oro”. Ni la posterior sentencia del Tribunal de la UE que declaró ilegal dicho veto, ni las presiones ante el Consejo de PT y el propio Sócrates de accionistas de referencia como Banco Espirito Santo u Ongoing, pudieron salvar la operación.

La ruptura está llamada a dejar huella perdurable en las relaciones entre las partes enfrentadas. Por descontado entre  Telefónica y PT, pero también entre la operadora española y los Gobiernos de Zapatero y de Sócrates. Hoy será un día clave para la portuguesa, cuya cotización en Bolsa podría sufrir un duro castigo tras haber perdido en la sesión del viernes un 4,5%. La dirección de PT y el propio Ejecutivo luso podrían, además, verse enfrentados a iniciativas en los Tribunales planteadas por grupos de accionistas francamente enfadados después de que el Consejo de la lusa descartara una oferta tan suculenta como la plateada por Telefónica.

Los títulos de Portugal Telecom han caído más del 4% en la apertura de la Bolsa de Lisboa tras perder el viernes un 4,5% por el vencimiento, sin acuerdo, de la oferta de Telefónica para comprarle el 30% de Vivo en 7.150 millones de euros. Las acciones de PT, que subieron al calor de la oferta y llegaron a cotizarse a 8,9 euros, se vendían hoy a 7,69 un valor cercano al que tenían antes de conocerse, el 6 de mayo, la primera oferta de Telefónica, por 5.700 millones de euros, para hacerse con el control de Vivo.

 

Telefónica acudirá en septiembre al Tribunal Permanente de Arbitraje de la Haya, Holanda, para plantear la disolución de Brasilcel, la sociedad holandesa que mantiene al 50% con Portugal Telecom (PT) y que es la tenedora del 60% de las acciones de Vivo, primera empresa de telefonía celular de Brasil y objeto de la dura pugna que desde hace un par de meses mantiene la operadora española con la portuguesa. Es la primera iniciativa adoptada por la compañía que preside Alierta, después de que el pasado viernes decidiera retirar la oferta de 7.150 millones de euros por el 30% de Vivo en manos de PT.

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