El euro lucha por mantener los 1,39 dólares en medio de la 'guerra de divisas'

El euro está volviendo a sufrir las dudas de los inversores internacionales por los problemas de que los gobiernos de algunos países, como Irlanda, tengan dificultades para hacer frente a sus vencimientos de deuda, lo que ha hecho que la moneda única retroceda de nuevo frente a la cesta de principales divisas esta mañana, en un momento en el que los tipos de cambio están generando fuertes tensiones en los mercados de divisas.

El euro, que alcanzó la semana pasada máximos de enero al llegar a los 1,42 dólares debido a la debilidad del billete verde -favorecida por la inyección de liquidez que ha llevado a cabo la Reserva Federal, encadenaba hoy su tercer día consecutivo de caídas, pero a mediodía ha conseguido frenar las pérdidas y vuelve a cotizar por encima de 1,39 dólares.

"Todavía hay asuntos pendientes de resolver en lo que se refiere a la deuda soberana e Irlanda es la cara visible del problema", explica un analista de Jefferies Group, que considera que se van a ver reacciones a estos problemas también en los mercados de renta variable.

"Somos bajistas en el euro, ya que los diferenciales (de rendimiento) están creciendo y la deuda de la periferia de la zona euro una vez más está bajo presión", dijo Hans-Guenter Redeker, estratega cambiario de BNP Paribas, en declaraciones a Reuters. "Un entorno de mayor aversión al riesgo comenzaría a favorecer un repunte del dólar y una corriente vendedora correctiva en las acciones", explica Lee Hardman, de de Bank of Tokyo-Mitsubishi UFJ a la agencia.

Se recrudece la guerra de divisas tras la inyección de la Fed

Desde el pasado mes de septiembre existen tensiones en los mercados de divisas, que en la salida de la crisis están siendo usadas por algunos gobiernos como herramientas para favorecer su crecimiento económico a través de las exportaciones. Desde comienzos de año Estados Unidos y Europa han pedido a China que permita la apreciación del yuan, mientras que Japón ha intervenido -por primera vez desde 2004- en los mercados para frenar la fuerte subida del yen y los países emergentes están también tomando posiciones para evitar que el fortalecimiento de sus divisas les perjudique.

El último motivo de tensión ha sido la puesta en marcha por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos de una segunda ronda de medidas de expansión cuantitativa que ha acarreado una caída del dólar, lo que no ha sentado bien al resto de países. Pekín, Brasil y la Unión Europea (UE) aseguran que Estados Unidos está promoviendo el abaratamiento del dólar.

"A todos nos interesa que Estados Unidos continúe creciendo, pero todos somos conscientes de sus responsabilidades y nadie quiere una volatilidad excesiva en los mercados cambiarios", ha dicho un portavoz del Palacio del Elíseo en declaraciones a la prensa. Una solución, señalan los franceses, es diversificar las reservas globales para hacerlas menos dependientes del dólar y crear "un nuevo marco de coordinación", según recoge The Wall Street Journal.

Alemania también se ha pronunciado. La canciller Angela Merkel ha expresado sus reservas sobre el aumento de las barreras no arancelarias para el comercio y ha dicho que el mayor peligro al que se enfrenta en estos momentos la economía mundial es la vuelta al proteccionismo.

Los líderes del G-20 se reúnen el jueves y el viernes y la llamada 'guerra de divisas' será uno de los temas centrales del encuentro. Hoy se han reunido los viceministros para preparar la cumbre y han quedado patentes las diferencias. "La disputa en política de divisas entre países como Estados Unidos y China fue fuente de preocupación y todas las partes deben cooperar en este asunto", indicaron fuentes del encuentro a la agencia surcoreana Yonhap.

Se espera que la cumbre del G-20 se salde con una declaración a favor de que el mercado determine la evolución de las divisas y se rechace su devaluación competitiva, como ya concluyeron los ministros de Finanzas de ese foro en una reunión el mes pasado.