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Los salarios reales descienden por primera vez desde que estalló la crisis
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LAS NÓMINAS SEGUIRÁN PERDIENDO PODER ADQUISITIVO EN 2011

Los salarios reales descienden por primera vez desde que estalló la crisis

Primero fue el ajuste del empleo -1,96 millones de puestos de trabajo destruidos desde el tercer trimestre de 2007-, pero ahora son los salarios los que

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Los salarios reales descienden por primera vez desde que estalló la crisis

Primero fue el ajuste del empleo -1,96 millones de puestos de trabajo destruidos desde el tercer trimestre de 2007-, pero ahora son los salarios los que toman el relevo. Los datos más recientes de negociación colectiva reflejan que, por primera vez desde que estalló la crisis, las nóminas pierden poder adquisitivo. No sólo respecto del IPC -que es un indicador parcial sobre la evolución de los precios-, sino en relación al deflactor del producto interior bruto, que en el tercer trimestre de este año creció un 1.4%. Es decir, una décima más de los que crecieron los salarios en la negociación colectiva.

Es la primera vez que ocurre algo semejante desde que estalló la crisis económica, pero no será la última. Todo indica que en 2011 los salarios volverán a crecer menos que el deflactor de la economía, y que el Gobierno ha estimado en el cuadro macroeconómico que acompaña a los presupuestos del 2011 en un 1,3%. Una tasa sobrepasada a todas luces por la realidad. La pérdida de poder adquisitivo se alimenta de un hecho: el año próximo los convenios no podrán recoger actualizaciones de salarios por el incremento de la inflación, toda vez que sólo la tercera parte de los convenios han incorporado una cláusula de  aplicación.

Hay que tener en cuenta que, según las previsiones de Funcas, el IPC medio se situará en 2011 en el 1,8%, por encima de lo que presumiblemente suban los salarios.  Como sostiene el catedrático Santo M. Ruesga, la evolución de los salarios desmiente a quienes dicen que los convenios colectivos no se adaptan a la realidad económica. “Lo hacen”, sostiene, “lo que sucede es que tienen retardo”. Y los datos le dan la razón. En 2009 el deflactor del PIB -una medida que incorpora toda la inflación que sufre una economía y no sólo la derivada del consumo- creció un 0,6%, pero los salarios pactados en convenio crecieron nada menos que un 3,7% (incluyendo revisiones por desviaciones de IPC).

Este año los salarios (hasta octubre) están creciendo un 1,3%, pero según los expertos esa tasa recoge cierto efecto composición. ¿Qué quiere decir esto? Pues que al haberse cebado los despidos  en los salarios más bajos (de baja cualificación), los que suben ahora son los medios y altos, lo que introduce un sesgo alcista en las tasas de variación. Sin este efecto composición, la subida de los salarios sería más reducida. De hecho, en los convenios colectivos de empresa, que se ajustan más rápidamente que los sectoriales o los territoriales a las circunstancias de mercado, la subida salarial media se limita ya al 0,9%. Claramente por debajo del IPC (2,3%) y del deflactor del PIB (1,3%).

Para el profesor Samuel Bentolila, la evolución de los salarios, junto con el crecimiento de la productividad aparente del trabajo, está contribuyendo a las ligeras mejoras de competitividad (de unos 3.5 puntos porcentuales en términos del coste laboral unitario desde finales de 2008, algo menos con otras medidas) que empiezan a observarse. “Este tipo de evolución”, sostiene en la web Nada es Gratis, “deberá mantenerse para que España pueda salir de la recesión. Pero no solo en los salarios, también en los precios y en la productividad. Es la ‘devaluación interna’ que nos toca hacer”, asegura.

Ganancias de competitividad

En esta misma línea, el Ministerio de Economía recuerda en su último informe trimestral de coyuntura que el indicador más global del coste salarial del conjunto de la economía, la remuneración por asalariado, se desaceleró en el conjunto de los tres primeros trimestres de 2010, al anotar un crecimiento interanual del 1,2%. Muy por debajo del 4,1% con que cerró el año pasado año. Esta tasa, recuerdan los técnicos de la vicepresidenta Salgado, es inferior al 1,3% firmado en la negociación colectiva y esa diferencia previsiblemente aumenta si se descuentan tanto los pagos atrasados y extraordinarios como las indemnizaciones por despido.

Esto sugiere, aseguran, que la deriva salarial sigue siendo negativa, tal y como corresponde a la actual fase cíclica de la economía española. “Sin duda, este ajuste, aunque todavía insuficiente, está contribuyendo a la moderación de la destrucción de puestos de trabajo”, concluyen.

Los costes laborales por unidad de producto (CLUs), de hecho, se están moderando de manera “significativa” como resultado tanto de la evolución de la remuneración por asalariado como de la productividad. Aunque la productividad aparente del trabajo en los tres primeros trimestres de 2010 redujo el fuerte ritmo de crecimiento que alcanzó en 2009 (3,1%), su avance siguió siendo elevado (2,3%). Si a ello se une que la remuneración por asalariado se ha desacelerado hasta tasas del 1,2%, se obtiene que los CLUs retroceden un 1,1%, lo cual supone un ajuste mayor que en el promedio del área del euro.

Esta ganancia de competitividad explicaría en parte “el favorable comportamiento de las exportaciones españolas en esta crisis, que han sido claves para el repunte de la actividad industrial”, asegura Economía.

Primero fue el ajuste del empleo -1,96 millones de puestos de trabajo destruidos desde el tercer trimestre de 2007-, pero ahora son los salarios los que toman el relevo. Los datos más recientes de negociación colectiva reflejan que, por primera vez desde que estalló la crisis, las nóminas pierden poder adquisitivo. No sólo respecto del IPC -que es un indicador parcial sobre la evolución de los precios-, sino en relación al deflactor del producto interior bruto, que en el tercer trimestre de este año creció un 1.4%. Es decir, una décima más de los que crecieron los salarios en la negociación colectiva.

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