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El automóvil alerta de que no puede bajar más los precios y reclama una 'revolución fiscal'
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COMO SOLUCIÓN PARA DAR AIRE A LA INDUSTRIA

El automóvil alerta de que no puede bajar más los precios y reclama una 'revolución fiscal'

Sólo se cambian los coches que van a la chatarra, las cuentas de resultados de proveedores y distribuidores coquetean con el rigor mortis y la matriculación

Foto: El automóvil alerta de que no puede bajar más los precios y reclama una 'revolución fiscal'
El automóvil alerta de que no puede bajar más los precios y reclama una 'revolución fiscal'

Sólo se cambian los coches que van a la chatarra, las cuentas de resultados de proveedores y distribuidores coquetean con el rigor mortis y la matriculación de vehículos corteja un suelo de apenas 800.000 vehículos anuales. “Si no se hace nada, las consecuencias sobre el empleo pueden ser nefastas y la pérdida de peso específico en las decisiones de las multinacionales un error de política económica”, aseguraba ayer Rafael Prieto, responsable de la patronal de fabricantes (Anfac) y director general de Peugeot España. Eso sí, considera que la industria ya ha hecho los esfuerzos en precio de que era capaz. Su principal apuesta pasa por reclamar un plan estructural y toda una revolución fiscal como salvavidas para el sector.

¿Siguen los turismos demasiado caros? “El esfuerzo económico para comprar un coche es hoy un 5% inferior que hace cinco años (…). Ya se ha hecho un esfuerzo muy importante. Si no, las ventas estarían todavía mucho más bajas. Podemos estar hablando de un 10% o un 15% menos”, aseguró Prieto, que defendió el sacrificio comercial de las marcas durante los años de crisis. Según los datos que maneja Anfac, la compra de un turismo pequeño representaba en 2010 un 48% del salario anual, frente al 62% de 1990. En el caso de un coche mediano, hace 20 años suponía un 103% del sueldo, mientras que ahora está en el 84%. “Sin tener en cuenta que incluyen mucha más tecnología”, subrayó.

Por eso los fabricantes estiman que la pelota está el tejado del Gobierno que salga del 20-N, que debe acometer una batería de medidas para estimular la demanda y rejuvenecer un parque en el que el 36,5% de vehículos tiene más de diez años. Con los tributos como punta de lanza. En esta línea, Anfac insistió en uno de sus mantras: la eliminación o la reducción sustancial del Impuesto de Matriculación. Como publicó El Confidencial, el Ministerio de Industria ya estudió la aplicación temporal de la medida para incentivar las ventas a finales de 2008. Chocó con el Ministerio de Hacienda y con las comunidades autónomas, a las que habría que compensar en tanto se trata de un gravamen cedido desde 2002.

También se abogó por revisar el Impuesto de Circulación, incluso rebajando la tributación a aquellos vehículos con menores emisiones de dióxido de carbono, y por reducir la fiscalidad asociada a las remuneraciones en especie del vehículo en el IRPF. “La tendencia general en los principales mercados es la de que las flotas de empresa tenga un peso cada vez mayor sobre el total del mercado”, explica la patronal. El gancho que utilizan los fabricantes para legitimar sus propuestas es la necesidad de que la política del gobierno no sólo se centre en controlar el gasto público, sino que también potencie la vía del ingreso. El aumento de matriculaciones incrementaría la recaudación vía IVA e Impuesto Especial.

Más medidas a través de CEOE

Según ha podido saber El Confidencial, los fabricantes de vehículos también plantean otras propuestas fiscales más genéricas que canalizarán a través de CEOE. De este modo, son partidarios de una rebaja de los Impuesto de Sociedades y Actividades Económicas, así como de incrementar la deducción por inversión en I+D+i en la citada tributación por Sociedades. “La legislación contempla actualmente una reducción sobre la situación inicial de las deducciones por inversiones a las actividades de investigación y desarrollo. Sería deseable que esta volviera a situarse en el 100% de la deducción contemplada en la ley, ya que actualmente está reducida en un 15%”, subrayan fuentes conocedoras del planteamiento.

Y también hay ideas fiscales relacionadas con la oleada de expedientes de regulación de empleo (ERE) que ha sufrido el sector. Los fabricantes de coches pedirán una modificación en el Reglamento del IRPF para que se reduzca el plazo por el que las cantidades percibidas por trabajadores afectados por EREs extintivos dejan de estar exentas si les vuelve a contratar la misma empresa. Ahora, hay que pasar por caja si el trabajador es recontratado en los tres años posteriores al despido. Se insta a que haya que tributar sólo si la reincorporación se produce en los doce meses siguientes a la extinción del contrato.

Dentro del decálogo de medidas que ha hecho llegar a los partidos políticos, Anfac también es partidaria de que se endurezcan las sanciones por no cumplir con la ITV, así como por incrementar las exigencias de las inspecciones. También de que se incentive la compra de vehículos con sistemas eléctricos de propulsión, como etapa previa al coche eléctrico. Todo parece poco a los fabricantes, que se justifican señalando las cifras. Las matriculaciones de turismos alcanzaron durante los nueve primero meses del año un total de 623.926 unidades, lo que supone un descenso del 20,7% respecto al mismo periodo de 2010.

Sólo se cambian los coches que van a la chatarra, las cuentas de resultados de proveedores y distribuidores coquetean con el rigor mortis y la matriculación de vehículos corteja un suelo de apenas 800.000 vehículos anuales. “Si no se hace nada, las consecuencias sobre el empleo pueden ser nefastas y la pérdida de peso específico en las decisiones de las multinacionales un error de política económica”, aseguraba ayer Rafael Prieto, responsable de la patronal de fabricantes (Anfac) y director general de Peugeot España. Eso sí, considera que la industria ya ha hecho los esfuerzos en precio de que era capaz. Su principal apuesta pasa por reclamar un plan estructural y toda una revolución fiscal como salvavidas para el sector.