Unicaja acepta absorber Caja España a cambio de 2.000 millones de dinero público

Este viernes se ha desbloqueado definitivamente la fusión entre Unicaja y Caja España-Duero. Braulio Medel, presidente de la andaluza, ha aceptado seguir adelante con la operación a cambio de recibir un total de 2.000 millones de ayudas públicas, según fuentes conocedoras del acuerdo. El grueso de este dinero será una inyección del FROB 3 establecido en el Real Decreto de saneamiento del sector financiero, pero no habrá EPA (esquema de protección de activos) ni ninguna otra fórmula que no se ajuste a esta norma.

Ambas entidades tienen convocados consejos esta tarde en los que se dará la bendición definitiva a un acuerdo que se ha forjado en una dura negociación con el Banco de España y el Ministerio de Economía. De hecho, Medel ha tensado tanto la cuerda que ha estado a punto de dar al traste con la operación, con el fin de presionar a las autoridades para conseguir estas compensaciones que, a pesar de la abultada cifras, son inferiores al coste de una ruptura que habría forzado a una intervención de Caja España-Duero.

Las ayudas públicas se dividen en 1.000 millones para Caja España-Duero y otros 1.000 para la entidad fusionada. En los primeros se incluyen los 525 millones concedidos por el FROB 1 a Caja España, que se quedan fuera de la fusión, tal como adelantó El Confidencial esta semana. Otros 475 millones provendrán del FROB 3 con forma de convertibles contingentes (Cocos) a un plazo de ocho años. Estos títulos son préstamos sin derechos políticos que se convierten en capital con esos derechos si la ratio de solvencia baja de un determinado nivel.

Estas ayudas públicas con sus intereses -del 8%- deberán ser devueltas por Caja España-Duero en solitario con los únicos ingresos de los dividendos que cobre del 30% que poseerá en la entidad fusionada. Algo que se antoja complicado para varios observadores y que, aunque sea posible, dejará a la caja castellanoleonesa prácticamente sin capacidad para llevar a cabo su obra social.

En cuanto a los otros 1.000 millones, se trata de una "línea de disponibilidad de obligaciones convertibles", que irá desde 375 hasta 1,025 millones, según ha informado la entidad. Unicaja sólo tendrá que responsabilizarse de devolver el 70% de esa cantidad, mientras que el 30% restante (120 millones) correrá a cargo de la entidad que preside Evaristo del Canto. Otras de las concesiones realizadas a la caja malagueña son el reconocimiento de una serie de beneficios fiscales de la integración.

Medel quería un EPA originalmente

Como adelantó El Confidencial en febrero, Medel pidió al Gobierno un EPA de unos 1.200 millones porque las cuentas de la fusión -acordada inicialmente en abril del año pasado- no le salían con las nuevas normas de provisiones que introduce el Real Decreto. Por encima de todo, la entidad pretendía mantener una ratio de capital del 10% después de estas provisiones. "Unicaja considera que es cambiar las reglas a mitad del partido y que no se puede acometer una operación diseñada para ser viable con un marco legal si ahora éste se cambia por otro mucho más duro", explican fuentes conocedoras de la situación.

Sin embargo, el Banco de España y el Ministerio de Economía han denegado esta posibilidad porque, con la normativa actual, sólo se puede conceder EPA a entidades intervenidas o nacionalizadas y subastadas posteriormente. Es decir, que para dar estas garantías contra pérdidas, Medel tendría que haber aceptado perder el control y arriesgarse a quedarse sin Caja España-Duero, como le pasó hace dos años con CajaSur.

Medel ya consiguió en septiembre ampliar su participación hasta el 70% de la entidad fusionada pese a que Unicaja tiene unos activos de 35.000 millones aproximadamente frente a los 46.000 de Caja España-Duero, poniendo a Del Canto -presidente de esta última- en la tesitura de elegir entre Unicaja o el FROB.