NovaGalicia pide ayudas como las de Unicaja para captar capital privado

Los privilegios concedidos a Unicaja para la adquisición de Caja España-Duero han levantado ampollas en el resto del sector. Una de las entidades que se considera agraviada es NovaGalicia, que pretende que el Banco de España y Economía le otorguen algún tipo de ayuda que abriría la puerta a suficientes inversores internacionales para seguir en solitario y evitar la subasta de la entidad.

"Ni siquiera haría falta un EPA (esquema de protección de activos) como tal, sino algún tipo de garantía, una especie de EPA light", explican fuentes cercanas a la entidad que preside José María Castellano. "Pero Economía se cierra en banda con que no se permiten estas actuaciones sin una subasta, algo que no se sostiene después de lo que le han dado a Braulio Medel".

Otra fuente financiera gallega asegura que la fusión de las cajas gallegas "tendría ya dinero de sobra si no fuera porque las autoridades se han empeñado en poner palos en las ruedas de la operación". Según estas fuentes, en NovaGalicia no entienden que se les niegue lo que se ha concedido a Unicaja cuando ellos pretenden ahorrarle dinero al erario público.

"Una subasta como las que hemos visto hasta ahora le saldría mucho más cara", afirman. Además, se trataría de la primera vez que entra capital extranjero en el sistema financiero español en los últimos tres años y medio. Si logra convencer a esos inversores, podría alcanzar los soñados 1.000 millones que le permitirían mantener el control de la entidad, aunque el dinero invertido por el FROB sea mucho mayor: 2.450 millones en forma de capital (FROB 2) más 1.162 como préstamo a través de preferentes (FROB 1).

Este capital provendría de un conjunto de fondos extranjeros entre los que destaca el fondo buitre Elliott, especializado en el sector financiero. También estarían interesados fondos domiciliados en Canadá e incluso el banco de inversión japonés Daiwa, como adelantó El Confidencial el lunes pasado. Ahora bien, como demuestra la petición de ayudas de NovaGalicia, estas instituciones exigen ciertas garantías para entrar definitivamente en el capital de la entidad.

Estos inversores han acudido al reclamo de Castellano tras el fracaso de sus reiterados intentos por atraer capital de potentados sudamericanos de origen gallego con el argumento del "patriotismo".  Ante este rechazo, Castellano ha decidido dar un cambio radical a su estrategia para captar inversores y pasar de una actitud defensiva a otra ofensiva. En vez de apelar a ese sentimiento nacionalista para salvar una entidad histórica en apuros, ahora presenta un proyecto de banca vanguardista con el que atraer al 'smart money' internacional que busca nuevas oportunidades de negocio.