Argentina evalúa los daños 'colaterales' de su ofensiva sobre Repsol-YPF

El hostigamiento del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner a Repsol-YPF podría tener consecuencias más serias de lo inicialmente planeado, según advierten hoy diversos artículos en la prensa argentina. La política de sanciones y retirada de licencias a la petrolera podría suponer tensión en las relaciones bilaterales con otros países, subida del riesgo y bajada de las acciones de empresas participadas por otros Estados.

El Ejecutivo se encuentra actualmente valorando los ‘daños colaterales’ que podrían derivarse de continuar el avance sobre Repsol, según fuentes citadas por el diario ‘Clarín’. La operación sobre la petrolera ya no se trata solo de un conflicto con España, con quien las relaciones pasan por un mal momento, sino que las tensiones alcanzan ya a Estados Unidos, Chile, Brasil, México, Francia y Canadá.

De entrada, los fondos de inversión que poseen el 17% de YPF están radicados en Estados Unidos, donde ya se han producido malestar, y la retirada del área de Campamento Central en Chubut ha afectado directamente a Chile, donde su empresa ENAP controlaba el 50%. Además, la retirada de una licencia a Petrobras ha sorprendido negativamente al gobierno brasileño, cuyo ministro de Industria, Fernando Pimentel, ha descalificado la política económica argentina.

También llegan lamentos desde México, cuya petrolera estatal, Pemex, es accionista de Repsol, y desde Canadá, donde las acciones de Azabache Energy, una empresa de ese origen que perdió una concesión en la provincia de Neuquén, han caído un 7,7%.  

La estrategia sobre los inversores en el negocio del petróleo profundiza en los problemas a las importaciones, lo que motivó la queja de 40 países en la Organización Mundial del Comercio. La semana próxima, Cristina Fernández de Kirchner acudirá a la Cumbre de las Américas, donde deberá hacer frente las quejas internacionales.

A pesar de que la estatalización de YPF aún no está confirmada, los inversores internacionales ya están retirando su confianza a Argentina, cuyo riesgo país se ha elevado hasta situarse a la misma altura que el de Venezuela. Esto no solo significa que el país deberá pagar más para obtener créditos sino que a largo plazo podría tener problemas para conseguir inversiones en petróleo y gas, algo que requiere de manera urgente para equilibrar su déficit energético.

Por el momento, el Gobierno ha desmentido que exista un plan que implique a empresarios privados para hacerse con YPF, y ha asegurado que tiene sobre la mesa “siete u ocho proyectos posibles”.