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Cómo invertir en high yield con menos volatilidad
  1. Economía
LOS FONDOS DE CORTA DURACIÓN REDUCEN EL RIESGO DE CRÉDITO

Cómo invertir en high yield con menos volatilidad

¿Deuda corporativa 'investment grade o high yield'? Esta pregunta se la hacen muchos inversores que desean rentabilizar sus ahorros a través de la renta fija privada,

¿Deuda corporativa 'investment grade o high yield'? Esta pregunta se la hacen muchos inversores que desean rentabilizar sus ahorros a través de la renta fija privada, aprovechando que las compañías están recurriendo de forma mayoritaria al mercado secundario para financiarse ante la escasez de crédito.

Evidentemente, invertir en deuda con calificación high yield (por debajo de BBB) implica un riesgo mayor ya que, en teoría, estas compañías tienen una mayor probabilidad de impago. Para compensar este riesgo, los cupones que pagan en sus emisiones son mayores que los de grado de inversión.

Lo que muchos inversores no saben, sin embargo, es que existe una fórmula que permite aprovechar las rentabilidades que ofrecen los bonos de alto rendimiento, pero con un riesgo menor. Se trata de los fondos de high yield de corta duración.

Invertir en el tramo final de las emisiones, normalmente cuando quedan menos de tres años para el vencimiento de los bonos, permite reducir el riesgo de crédito, la probabilidad de que se produzca un ‘default’ y, además, tener una menor sensibilidad a las variaciones de los tipos de interés. “Históricamente, los tipos bajos de interés han posicionado a los bonos de high yield como una inversión atractiva para diversificar las carteras. Y los que tienen corta duración proporcionan retornos potenciales más altos que los de investment grade”, asegura Benoît Soler, responsable de high yield de Edmond de Rothschild IM.

“Los títulos de duración corta suelen ser un peso muerto para los inversores de high yield, que tienden a reducir o eliminar esas posiciones a favor de otros títulos de mayor rentabilidad-los bonos de alto rendimiento suelen tener una duración de entre cinco y siete años y ofrecen una prima mayor los dos o tres primeros años-. Sin embargo, este factor permite comprar emisiones de empresas con flujos de cajas visibles y con rentabilidades muy por encima de las que ofrecen otros mercados de crédito”, explica Carl Whitbeck, gestor del fondo AXA IM US Short Duration High Yield, uno de los pocos fondos de estas características que existen en el mercado español.

Whitbeck invierte en el mercado norteamericano  de high yield que, según señala, ha batido a otras muchas clases de activos, con una volatilidad mucho menor. “El mercado americano es aproximadamente cuatro veces más grande que el europeo y está mucho más poblado de compañías relacionadas con el sector financiero”, afirma.  En este sentido, Benoît Soler subraya que la mayor parte del mercado de high yield de corta duración se concentra precisamente en compañías financieras y de automoción.

La tasa de impago del mercado de high yield americano es relativamente baja. Según un reciente informe publicado por Fitch, el ‘default rate’ entre marzo de 2011 y 2012 se situó en el 1,9%, aunque espera que aumente hasta el 2,5%-3%. En marzo de este año se declararon en quiebra solo seis emisores. Una cifra que, aunque dobla los impagos del mismo mes del año anterior, da idea de la solvencia de las empresas.

Además cabe señalar, que el mercado de high yield está creciendo constantemente, ya que la oleada de rebajas de calificación por parte de las agencias de rating ha provocado que muchas compañías pasen a encuadrarse en este segmento.

En España, aparte del fondo de AXA IM, que gana un 1,89% en 2012, también se comercializan otros dos fondos de este tipo: UBS BS Short Duration HY USD, que invierte en el mercado americano y se revaloriza un 2,54% este año, y EDM HY Short Duration Sicav, que obtiene una rentabilidad del 3,38% en 2012.

¿Deuda corporativa 'investment grade o high yield'? Esta pregunta se la hacen muchos inversores que desean rentabilizar sus ahorros a través de la renta fija privada, aprovechando que las compañías están recurriendo de forma mayoritaria al mercado secundario para financiarse ante la escasez de crédito.