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Rajoy deshoja la margarita: hacer caso al BCE o complacer a De Guindos
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MANTO DE SILENCIO SOBRE EL NUEVO GOBERNADOR

Rajoy deshoja la margarita: hacer caso al BCE o complacer a De Guindos

Lo dice en privado un alto cargo del Banco de España: “lo importante es que el nuevo gobernador tenga capacidad de influencia en Fráncfort [sede del

Foto: Rajoy deshoja la margarita: hacer caso al BCE o complacer a De Guindos
Rajoy deshoja la margarita: hacer caso al BCE o complacer a De Guindos

Lo dice en privado un alto cargo del Banco de España: “lo importante es que el nuevo gobernador tenga capacidad de influencia en Fráncfort [sede del Banco Central Europeo]”. Y no le falta razón. De ahí que el nombramiento del sucesor de Miguel Ángel Fernández Ordóñez vaya mucho más allá que la elección de un alto cargo de la Administración.

Rajoy está obligado a sopesar la opinión del BCE, y por eso los dos candidatos mejor colocados al cierre de esta edición eran Luís María Linde y José Manuel González-Páramo. El primero, un experto en economía internacional, está respaldado de forma expresa por el ministro de Economía, Luis de Guindos, con quien trabajó en el Comité Monetario de la UE que alumbró el nacimiento del euro; mientras que el segundo cuenta con el apoyo -no confesado en público- del presidente del BCE, Mario Draghi, que quiere tener un interlocutor directo en España.

Pero no sólo eso. El nombramiento tiene efectos colaterales en la otra gran área económica del Ejecutivo, la que gobierna el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien en realidad oficia también como responsable económico del Partido Popular. Y parece probable que tenga algo que decir en este nombramiento. Entre otras cosas, porque las atribuciones del gobernador no acaban en el control del sistema financiero; sino, también en la política económica. Y el Banco de España es quien a través de sus informes de coyuntura escudriña la contabilidad pública.

¿Qué quiere decir esto? Pues según una de las fuentes consultadas, Rajoy tiene una ‘patata caliente’, ya que el nombramiento de un gobernador vinculado directamente a De Guindos o Montoro  se podría interpretar como una apuesta por uno de sus dos ministros del área económica. De ahí que hay quien considera que Rajoy “tirará por la calle del medio” y optará por un candidato vinculado directamente a su persona y no a alguno de sus ministros. El nombre de Fernando Bécker, en este sentido, cobraría algún fundamento, pero en su contra juega su nula experiencia en asuntos monetarios, y menos ante el BCE.

El jurista Antonio Sainz de Vicuña, por el contrario, sí que tiene una amplia experiencia en el Banco Central Europeo, donde es responsable de asuntos legales. De hecho, ya fue el candidato de Mariano Rajoy para ocupar la plaza que dejó libre el pasado 31 de mayo González-Páramo, y que finalmente perderá España a cambio, previsiblemente, de obtener un puesto de responsabilidad en el nuevo Mecanismo de Estabilidad  Europeo (Mede) en la persona de Belén Romana, de la absoluta confianza de Luis de Guindos.

Para mantener ese equilibrio entre los dos ministros del área económica del Gobierno, el propio Rajoy anunció nada más llegar a la Moncloa que él personalmente presidiría la Comisión Delegada de Asuntos Económicos. Y ayer a última hora, dirigentes del PP cercanos a Moncloa insistían en que sólo Rajoy y alguno de sus más estrechos colaboradores (la vicepresidenta Sáenz de Santamaría) conocía el nombre del sustituto de Fernández-Ordóñez.

Cese en tres años

Una solución salomónica, en todo caso, sería el nombramiento de Linde, toda vez que cuenta con 67 años, y la ley de autonomía del Banco de España establece que los gobernadores cesan automáticamente a los 70 años por razones de edad. Esto significa que en 2015 Rajoy tendría que nombrar un nuevo gobernador, por lo que en realidad su nuevo candidato seguiría en el cargo hasta 2021. En total, nueve años con un gobernador elegido por el líder del Partido Popular. Algo parecido sucedió en tiempos de Luis Ángel Rojo, cuyo mandato (ocho años en el banco central) fue prorrogado ‘in extremis’ debido a la entrada en vigor de la ley de autonomía del Banco de España.

Lo que sí está claro es que ayer Moncloa impuso un manto de silencio sobre la identidad del nuevo gobernador a la espera de que hoy, a las seis de la tarde, el ministro de Economía comparezca ante la Comisión correspondiente del Congreso para desvelar el nombre.

A últimas horas de la noche de ayer, ni siquiera el Grupo Socialista había podido conocer el nombre del nuevo gobernador, aunque, sí se baraja la idea de que el PSOE está dispuesto a negociar la figura del subgobernador, que tradicionalmente corresponde al principal partido de la oposición (el mandato de gobernador y subgobernador es de seis años improrrogables).

Los nombres que ahora se manejan son los de Fernando Restoy (vicepresidente de la CNMV y exfuncionario del Banco de España) y Soledad Núñez (exdirectora general del Tesoro y también funcionaria del banco central). En este último caso con el apoyo del PSOE. El problema es que no está claro que pudiera salir un ticket Páramo-Núñez debido al marcado perfil político de la segunda que difícilmente aceptaría el primero.

En todo caso, y aunque sea formalmente, la ley de autonomía del Banco de España establece que es el gobernador quien propone a su número dos, por lo que carecería de sentido negociar ahora el nombre cuando ni siquiera se conoce al número uno. Habrá que esperar, al menos, una semana, toda vez que el gobernador será nombrado en el próximo consejo de ministros.

Lo dice en privado un alto cargo del Banco de España: “lo importante es que el nuevo gobernador tenga capacidad de influencia en Fráncfort [sede del Banco Central Europeo]”. Y no le falta razón. De ahí que el nombramiento del sucesor de Miguel Ángel Fernández Ordóñez vaya mucho más allá que la elección de un alto cargo de la Administración.

Mariano Rajoy Luis de Guindos