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¿Elegir Santander? El banco vuelve a probar la tolerancia al riesgo de sus accionistas
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LO MEJOR, VENDER LOS DERECHOS EN EL MERCADO

¿Elegir Santander? El banco vuelve a probar la tolerancia al riesgo de sus accionistas

Los accionistas de Santander vuelven a enfrentarse a la decisión de cobrar el dividendo en acciones o en efectivo. Para el banco lo mejor es que

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¿Elegir Santander? El banco vuelve a probar la tolerancia al riesgo de sus accionistas

Los accionistas de Santander vuelven a enfrentarse a la decisión de cobrar el dividendo en acciones o en efectivo. Para el banco lo mejor es que el mayor número de inversores se apunten a la primera opción, se ahorra el desembolso y amplía capital. Para los accionistas no está tan claro: la ampliación supone una mayor dilución y el cobro en títulos les deja expuestos a que el valor vuelva a caer en bolsa. La elección depende de la tolerancia al riesgo y de las necesidades fiscales.

Los expertos siguen siendo reticentes a las acciones del sector financiero, porque todavía no se han despejado las incertidumbres sobre España y las cotizaciones en bolsa seguirán oscilando en función de que se vayan resolviendo las cuestiones pendientes. Pero, puestos a elegir, se quedan con Santander. 

El banco presidido por Emilio Botín entró en positivo en el año en julio y es la única entidad española que gana en 2012. El valor vivió un importante rally en agosto (+14,5%) y ha mantenido las subidas en septiembre (+2,2%) y octubre (+6,9% al cierre de ayer).

Llegados a este punto, y con un precio de 6,03 euros, el mercado está dividido sobre su posible evolución y, aunque los expertos consideran que a medio plazo tiene potencial, no creen que sea buen momento para añadir acciones de Santander a la cartera. A los que ya las tienen, la mayoría de firmas aconseja mantenerlas y esperar.

“Sus soportes más importantes de corto plazo están en el 5,70/5,80 y, sobre todo, la zona comprendida entre 5,15 y 5,30. Al alza, presenta una primera resistencia importante en 6,24, nivel que se intento superar sin éxito en diciembre”, explica Yosi Truzman, que añade que “la resistencia principal estructural se encuentra un poco más arriba, entre el 6,46 y el 6,54. Esta es la zona en donde quedó fijado uno de los máximos decrecientes de la estructura bajista desplegada entre 2007 y 2009”.

Vender los derechos

Sobre la opción a escoger, hay tres posibilidades: vender los derechos a Santander para percibir el efectivo -el banco ofrece un precio fijo bruto de 0,15 euros-, vender los derechos en el mercado o quedarse con las acciones. Si no quiere aumentar el riesgo que ya se tiene con las actuales acciones de Santander, serían mejores las dos primeras opciones.

Entre vender los derechos al banco o en el mercado, hay que tener en cuenta el diferente tratamiento fiscal. Tal y como explica Virginia Pérez, de Tressis, “el accionista lo que debe plantearse es si está en Santander por la rentabilidad del dividendo y si prefiere el dinero a ampliar su riesgo con un valor que ya tiene en cartera”.

Lo que aconseja Pérez es, por cuestiones fiscales, “vender los derechos en el mercado”, porque si se elige el efectivo, la cantidad percibida tendrá un 21% de retención. En cambio, “si se vende en el mercado, no se tributará por esa cantidad hasta que se vendan las acciones originales, por lo tanto, el pago se difiere”.

Son necesarios 38 derechos para recibir una acción. El 26 de octubre finaliza el plazo para vender los derechos a Santander si se prefiere la retribución en efectivo y el pago se hará el 5 de noviembre. El 9 de noviembre se iniciará la contratación ordinaria de las nuevas acciones. El banco prevé emitir 265,76 millones de acciones a 5,8 euros. 

Los accionistas de Santander vuelven a enfrentarse a la decisión de cobrar el dividendo en acciones o en efectivo. Para el banco lo mejor es que el mayor número de inversores se apunten a la primera opción, se ahorra el desembolso y amplía capital. Para los accionistas no está tan claro: la ampliación supone una mayor dilución y el cobro en títulos les deja expuestos a que el valor vuelva a caer en bolsa. La elección depende de la tolerancia al riesgo y de las necesidades fiscales.